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09.12.15

Venezuela: Apenas el comienzo

La clarísima victoria de la alternativa democrática venezolana puede explicarse por una combinación de factores. El más visible es la crisis económica y su impacto político, especialmente en azuzar el descontento popular en el sector tradicionalmente alineado con el chavismo. La otra razón que explica este triunfo democrático tiene que ver con el propio papel de la MUD. Pese a que surgieron algunas candidaturas alternativas, de figuras descontentas con las decisiones de la MUD a la hora de hacer las postulaciones, en general lograron imponerse candidaturas unitarias en todo el país.
Por Andrés Cañizález

Los resultados de las elecciones parlamentarias en Venezuela han sido diáfanos. Sin duda alguna se impusieron los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que al alcanzar la mayoría calificada de dos tercios (112 diputados contra 55 del Partido Socialista Unido de Venezuela) coloca el escenario político para 2016 en un territorio desconocido, al menos en relación con lo que ocurrió en el país en la última década y media.

La clarísima victoria de la alternativa democrática venezolana puede explicarse por una combinación de factores. El más visible es la crisis económica y su impacto político, especialmente en azuzar el descontento popular en el sector tradicionalmente alineado con el chavismo. La pobreza medida por ingresos creció 25 por ciento en un año (entre 2014 y 2015) según la encuesta nacional de condiciones de vida que llevaron adelante tres universidades del país (UCAB, UCV, USB). El acelerado y abultado empobrecimiento es un asunto que no puede soslayarse al analizar lo que ocurrió el 6 de diciembre en las urnas en Venezuela.

La otra razón que explica este triunfo democrático tiene que ver con el propio papel de la MUD. Pese a que surgieron algunas candidaturas alternativas, de figuras descontentas con las decisiones de la MUD a la hora de hacer las postulaciones, en general lograron imponerse candidaturas unitarias en todo el país. Hubo una sola tarjeta identificada con la unidad, con lo cual simbólicamente los partidos políticos quedaron en un segundo plano. No menos importante fue la tarea de la alternativa democrática para hacer frente a la hegemonía comunicacional oficial, y en ello tuvo un papel muy notable el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Chúo Torrealba.

Sí algo demostraron los resultados del 6 de diciembre es el deseo de cambio que se respira en Venezuela. Sin embargo se está apenas en el comienzo de un proceso que perfectamente puede describirse como una transición democrática. El año 2016 será complicado y duro.

Será complicado en la economía, ya que la elección parlamentaria no desmonta de forma automática la lógica populista y de controles que ha signado el manejo económico nacional. Hasta ahora el presidente Nicolás Maduro ha respondido con más controles y más populismo a la crisis económica, eso junto a la poco probable recuperación de los precios del petróleo en el corto plazo, apunta a un año de profundización de la crisis económica que se vivirá en la población de nuevo con lo que será la inflación más alta del mundo, junto a importantes niveles de desabastecimiento de productos esenciales, tanto en alimentos como medicinas.

El descontento seguirá presente entre los venezolanos. Un desafío de la MUD es convertir lo que ha sido una mayoría electoral en una nueva mayoría política claramente identificada con el cambio.

Será un año duro en lo político. Hay una nueva mayoría en la Asamblea Nacional y tiene muy amplios poderes, pero el sistema presidencialista venezolano que le otorga amplios poderes al jefe de Estado está intacto. En las primeras reacciones a los resultados electorales, el presidente Maduro ha apuntado lo que podría ser su política: bloquear las iniciativas del nuevo parlamento, con lo cual Venezuela entraría en el terreno –hasta ahora desconocido- de pugnacidad institucional entre los principales poderes. Esa será una característica del 2016, escenario en el cual la MUD como mayoría parlamentaria tendrá también algunos recursos constitucionales para encontrarle salidas a la crisis política, a tono con el deseo de cambio manifiesto entre los venezolanos.

Al cumplirse en 2016 la mitad del mandato de Maduro de seis años, según la constitución es el momento indicado si se opta por un referendo revocatorio del mandato presidencial. La nueva mayoría parlamentaria tiene la potestad constitucional de convocarlo. Desde mi punto de vista es un escenario bastante probable, especialmente si el poder ejecutivo opta por bloquear las iniciativas parlamentarias y el resto de poderes, controlados por el chavismo, intenta vaciar de funciones y atribuciones al parlamento.

No será un año fácil para los venezolanos, este 2016. Sin embargo el aprendizaje social del 2015 estará fresco: una mayoría de ciudadanos votó de forma amplia por el cambio, y esa voluntad popular se impuso pese a estar compitiendo electoral y mediáticamente en condiciones de desventaja frente al poder del Estado. Estamos apenas en el comienzo de una transición democrática.

Andrés Cañizález es Doctor en Ciencia Política. Investigador de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Forma parte del Consejo Académico del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).