Ecuador: una democracia defectuosa con economía débil y gobernanza moderada
Entre 2006 y 2024, la economía de Ecuador se mantiene relativamente estable, mostrando un valor de 5.11 en 2006 y llegando a 5.68 en 2024, de acuerdo al Bertelsmann Transformation Index (BTI). Por su parte, las fluctuaciones en la política doméstica han llevado al país a categorizarse como una democracia defectuosa en las ediciones de 2006 a 2008 y 2020 a 2024 y una democracia altamente defectuosa entre el BTI 2010 y 2016. Finalmente, es en el índice de Gobernanza del BTI en el que peores valores cuenta, posicionando a Ecuador en el puesto 59 de 137.Por Dana Weissbrod
¿Qué consecuencias tiene la dolarización de la economía para un país en crisis? En el año 2000, Jamil Mahuad, presidente de Ecuador al momento, tomó la decisión repentina de dolarizar la economía, moneda que ya era aceptada en la sociedad ecuatoriana debido a la desconfianza en la divisa local, el sucre. Esto se debió a la profunda crisis que estaba atravesando el país en ese momento, producto de la devaluación, inflación y emisión monetaria que alcanzaron su punto máximo a finales de la década de 1990. Este suceso logró una parcial estabilidad a corto plazo, pero generó un mayor descontento y estado de frustración en la población en los años siguientes.
De esta manera, se generó un clima propicio para la asunción de Rafael Correa en 2007, un líder crítico frente a las previas políticas neoliberales; que planteó cambios y un enfoque activo en materia de desarrollo social. Un líder que, en definitiva, prometió soluciones al clima de incertidumbre que se había generado. Luego de diez años de su mandato, ganó las elecciones Lenin Moreno, quien había sido vicepresidente durante el primer período de Correa. Este decidió tomar distancia de las políticas aplicadas por su predecesor y propuso un plan de modernización, el cual no pudo terminar de llevar a cabo debido a la crisis mundial que trajo el 2020.
Producto de la pandemia, Guillermo Lasso asumió en 2021 con miras en la apertura e inversión en el país, pero la desconfianza de la población solo aumentó. Esto acabó en 2023 con un juicio político en su contra y el llamado a elecciones anticipadas, las cuales llevaron al poder a Daniel Noboa, actual presidente de Ecuador.
Esta introducción permite entender el desempeño del país en el Bertelsmann Transformation Index (BTI). El BTI realizó su primera edición en el 2006 y a partir de ese momento, cada dos años, publica los resultados del análisis y progreso de 137 países en vías de desarrollo. Para evaluar su democratización e inclusión en el mercado, se vale de tres criterios: transformación política, transformación económica y gobernanza. Teniendo una guía estandarizada, se le da la tarea a expertos de evaluar a los países de acuerdo con 17 criterios; estos son luego revisados por miembros de un segundo país, donde se acaba por calibrar y determinar los valores del 1 al 10 que se dará en cada aspecto. El gráfico a continuación permite examinar el desenvolvimiento de Ecuador:
Si bien a grandes rasgos tiene un desempeño estable, se puede observar que los tres criterios alcanzan su punto máximo en el 2020, luego de la asunción de Lenin Moreno. Sin embargo, esto sirvió de punto de inflexión producto del crecimiento tanto de la desconfianza como de la corrupción, haciendo que las presidencias que siguieron no pudieran mantener esos valores. A lo largo de los dieciocho años analizados, la gobernanza ha aumentado en más de un punto; la transformación política, a pesar de tener variantes ha mantenido un valor similar al de origen y la transformación económica se ha mostrado constante.
Para entender mejor esto, a continuación se analizará en profundidad cada uno. Es importante saber que luego de la dolarización de la economía ecuatoriana, la población se ha presentado cada vez más descontenta y con menos confianza en los poderes políticos, cuestión que sigue presente al día de hoy.
Transformación económica
La dimensión económica del BTI se mide en base a los siguientes criterios: nivel de desarrollo socioeconómico, organización del mercado y competición, estabilidad monetaria y fiscal, propiedad privada, régimen de bienestar, desempeño y sostenibilidad. Ecuador se encuentra actualmente en el puesto 56 de los 137 países analizados.
Si se observa el gráfico propuesto, se puede ver que durante los años analizados, la economía de Ecuador se mantiene relativamente estable, mostrando un valor de 5.11 en 2006 y llegando a 5.68 en 2024. Esto posiciona al país dentro de la categoría de economía limitada a lo largo de todo el periodo, lo cual invita a preguntarse: ¿por qué no ha habido mayores cambios? Una de las consecuencias de la dolarización de la economía es la facilitación del comercio exterior debido a que ya no se corre el previo riesgo cambiario, aunque también genera que no se pueda recurrir a métodos como la inflación para apaciguar el gasto público, además de pasar a depender de los cambios en la economía de Estados Unidos. Es por estas razones que los líderes se quedan con reducidas opciones a la hora de elegir sus políticas económicas. Los presidentes que siguieron a Jamil Mahuad se enfrentaron a este desafío y los cambios que estos introdujeron y sus repercusiones son analizados a continuación.
Se debe tener en cuenta tanto el periodo de Correa, de 2007 a 2017, como los que siguieron a éste. Con respecto al primero, si bien se ve una inversión en obras públicas gracias a la gran recaudación impositiva y los altos precios de su principal exportación, el petróleo, el sector privado no corrió la misma suerte. Debido a la inestabilidad y las estrictas regulaciones en sectores como la minería, algunos inversores (extranjeros inclusive), decidieron retirarse. Esto se puede observar, por un lado, en la medición de la propiedad privada, tanto los derechos de propiedad como el emprendimiento privado fueron criterios que experimentaron un descenso de 1 punto en el BTI de 2018 (al final del mandato de Correa), a comparación del de 2008, obteniendo un puntaje de 5 y 6 respectivamente. Por otro lado, el sistema bancario percibió un aumento de 2 puntos en el mismo periodo, pasando de un puntaje de 5 a 7.
Posterior a esto, Lenin Moreno estableció reducciones y limitaciones al gasto público en 2017 como parte de su separación de las políticas de su predecesor. Su plan de modernización llevó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en 2019. Estos cambios se tradujeron en una mejora en los valores de la transformación económica del BTI para estos años, llegando a su punto más alto en 2020 con 5.74. Más específicamente, se observa en el aumento de 2 puntos del emprendimiento privado gracias a su plan de fortalecimiento del sector productivo y desarrollo tecnológico. Este pasó de 5 en 2018 a 7 en 2020. Además, se ve el aumento de un punto en la organización de mercado y política de competencia, llegando a valores de 5 y 7 respectivamente.
Los efectos devastadores que había dejado la pandemia a nivel global hicieron que la estabilidad fiscal de Ecuador disminuyera de un puntaje de 6 en el BTI de 2020 a 5 en el 2022, razones por las que también se registró una caída en el puntaje general de la transformación económica, llegando a un valor de 5.46. A partir de 2021, y con la llegada de Guillermo Lasso al poder, se implementaron medidas de apertura para promover la inversión, sumado a su plan de reactivación económica. Esto generó que la estabilidad fiscal recupere en la medición de 2024 el punto que había perdido en el periodo anterior. La transformación económica se encuentra en un periodo de crecimiento, llegando a la última publicación del BTI con un valor de 5.68 y deja esperanza para el futuro del país.
Transformación política
Esta dimensión se analiza en base a los siguientes criterios: estatalidad, participación política, Estado de derecho, estabilidad de las instituciones democráticas e integración política y social. En el gráfico se puede observar que Ecuador ha ido en descenso entre los años 2006 y 2016, donde comenzó un pronunciado ascenso. Luego de alcanzar su puntaje máximo en 2020, muestra nuevamente una tendencia negativa. Esto lo ubica actualmente en el puesto 41 de 137.
No caben dudas respecto a que Ecuador es una democracia. Sin embargo, ha habido fluctuaciones en la política doméstica que han llevado al país a categorizarse, de acuerdo con el índice, como una democracia defectuosa en las ediciones de 2006 a 2008 y 2020 a 2024 y una democracia altamente defectuosa entre el BTI 2010 y 2016. Nuevamente nos encontramos ante las dificultades que encuentran los presidentes como producto de la dolarización. El descontento social solo iba en aumento debido a las crisis económicas a las que no se les podía poner fin, lo cual se tradujo en constantes movilizaciones y la progresiva pérdida de legitimidad, la falta de confianza en las instituciones.
El periodo presidido por Correa establece un marco de restricción a las libertades, un marco jurídico represivo y obstaculización de los movimientos sociales. En 2008 se sanciona una nueva constitución que fortalece la presencia del Estado en economía, salud y educación. Así, el poder efectivo para gobernar aumentó de un puntaje de 7 en el BTI del 2008 a 9 en 2010. Pero esto también provocará una limitación a la prensa libre, y como consecuencia la opinión pública, lo cual genera la declinación y el paso a la categorización de democracia altamente defectuosa. Esto se demuestra con un descenso de 2 puntos en la libertad de expresión en el periodo mencionado, obteniendo un puntaje de 6 en el BTI del 2010.
Las elecciones de 2017 llevaron a un aumento significativo de la participación política, la cual aumentó 2 puntos en el periodo entre el BTI 2018 y 2020. Es así como se llega en este último año a un valor de 7.2 en la escala del BTI. Sin embargo, el clima de creciente corrupción e inseguridad asociada al gobierno de Lasso, llevó a un juicio político en 2023 impulsado por la oposición que terminó con el mandatario disolviendo la Asamblea y convocando a elecciones anticipadas, invocando lo que se conoce como “muerte cruzada”. Esta es la situación de inestabilidad que lleva a Ecuador a obtener un puntaje de 6.6 en la dimensión política en la actualidad, lo cual hace a la tendencia en descenso mencionada previamente.
Gobernanza
El índice de gobernanza se mide en el BTI en base a los siguientes criterios: nivel de dificultad, capacidad de dirección, eficiencia de recursos, creación de consenso y cooperación internacional. Este es el índice con el que peores valores cuenta, posicionando a Ecuador en el puesto 59 de 137. Se califica como gobernanza moderada exceptuando el período entre 2006 y 2008, donde fue débil. ¿Cómo se puede dirigir un país cuya sociedad está polarizada, no confía en las instituciones y siente que sus necesidades no fueron tenidas en cuenta? Este es el clima que dejó la dolarización de Mahuad y al que tuvieron que enfrentarse los presidentes que lo siguieron, quienes tomaron distintos caminos para afrontarlo.
Entre 2008 y 2010 es donde se percibe el ascenso más pronunciado, pasando de un valor de 3.73 a 4.42. Esto se debe principalmente a la concentración del poder que se atribuyó Correa, con ayuda de la nueva constitución, permitiéndole tomar decisiones sin encontrarse con múltiples trabas a la hora de hacerlo. Es así como la capacidad de dirección pasó de un puntaje de 3 en el BTI de 2008 a 4.7 en 2010 y la coordinación de políticas se duplicó en el mismo periodo, alcanzando un valor de 6. Otro aspecto llamativo que se deriva de estos atributos dados al poder ejecutivo es el crecimiento de dos puntos de los actores antidemocráticos, llegando a un puntaje de 7, y un descenso en iguales cantidades de la credibilidad (la cual obtuvo un puntaje de 4), producto principalmente de las crecientes tensiones con Estados Unidos. Estas cuestiones pasan a ser centrales en la política ecuatoriana en los años siguientes.
La gobernanza llegó a su punto máximo en el BTI de 2020, producto de los cambios introducidos por Lenin Moreno, con un puntaje de 5.22. Las políticas anticorrupción observaron un aumento de 2 puntos en comparación con el BTI de 2016, llegando a un valor de 6. Esto es producto principalmente del fomento a la transparencia de datos que el presidente propuso y la búsqueda de cooperación en el ámbito internacional, especialmente con la OEA.
Sin embargo, el descontento de la sociedad con la presidencia de Guillermo Lasso y su limitada capacidad para promover un cambio significativo, llevaron a una distribución menos eficaz de los recursos y un descenso en el apoyo internacional ya que tuvo relaciones complejas tanto con la ONU como con sus vecinos regionales. Esto lentamente se está comenzando a revertir en la actualidad.
¿Qué consecuencias tiene la dolarización de la economía para un país en crisis? En el año 2000, Jamil Mahuad, presidente de Ecuador al momento, tomó la decisión repentina de dolarizar la economía, moneda que ya era aceptada en la sociedad ecuatoriana debido a la desconfianza en la divisa local, el sucre. Esto se debió a la profunda crisis que estaba atravesando el país en ese momento, producto de la devaluación, inflación y emisión monetaria que alcanzaron su punto máximo a finales de la década de 1990. Este suceso logró una parcial estabilidad a corto plazo, pero generó un mayor descontento y estado de frustración en la población en los años siguientes.
De esta manera, se generó un clima propicio para la asunción de Rafael Correa en 2007, un líder crítico frente a las previas políticas neoliberales; que planteó cambios y un enfoque activo en materia de desarrollo social. Un líder que, en definitiva, prometió soluciones al clima de incertidumbre que se había generado. Luego de diez años de su mandato, ganó las elecciones Lenin Moreno, quien había sido vicepresidente durante el primer período de Correa. Este decidió tomar distancia de las políticas aplicadas por su predecesor y propuso un plan de modernización, el cual no pudo terminar de llevar a cabo debido a la crisis mundial que trajo el 2020.
Producto de la pandemia, Guillermo Lasso asumió en 2021 con miras en la apertura e inversión en el país, pero la desconfianza de la población solo aumentó. Esto acabó en 2023 con un juicio político en su contra y el llamado a elecciones anticipadas, las cuales llevaron al poder a Daniel Noboa, actual presidente de Ecuador.
Esta introducción permite entender el desempeño del país en el Bertelsmann Transformation Index (BTI). El BTI realizó su primera edición en el 2006 y a partir de ese momento, cada dos años, publica los resultados del análisis y progreso de 137 países en vías de desarrollo. Para evaluar su democratización e inclusión en el mercado, se vale de tres criterios: transformación política, transformación económica y gobernanza. Teniendo una guía estandarizada, se le da la tarea a expertos de evaluar a los países de acuerdo con 17 criterios; estos son luego revisados por miembros de un segundo país, donde se acaba por calibrar y determinar los valores del 1 al 10 que se dará en cada aspecto. El gráfico a continuación permite examinar el desenvolvimiento de Ecuador:
Si bien a grandes rasgos tiene un desempeño estable, se puede observar que los tres criterios alcanzan su punto máximo en el 2020, luego de la asunción de Lenin Moreno. Sin embargo, esto sirvió de punto de inflexión producto del crecimiento tanto de la desconfianza como de la corrupción, haciendo que las presidencias que siguieron no pudieran mantener esos valores. A lo largo de los dieciocho años analizados, la gobernanza ha aumentado en más de un punto; la transformación política, a pesar de tener variantes ha mantenido un valor similar al de origen y la transformación económica se ha mostrado constante.
Para entender mejor esto, a continuación se analizará en profundidad cada uno. Es importante saber que luego de la dolarización de la economía ecuatoriana, la población se ha presentado cada vez más descontenta y con menos confianza en los poderes políticos, cuestión que sigue presente al día de hoy.
Transformación económica
La dimensión económica del BTI se mide en base a los siguientes criterios: nivel de desarrollo socioeconómico, organización del mercado y competición, estabilidad monetaria y fiscal, propiedad privada, régimen de bienestar, desempeño y sostenibilidad. Ecuador se encuentra actualmente en el puesto 56 de los 137 países analizados.
Si se observa el gráfico propuesto, se puede ver que durante los años analizados, la economía de Ecuador se mantiene relativamente estable, mostrando un valor de 5.11 en 2006 y llegando a 5.68 en 2024. Esto posiciona al país dentro de la categoría de economía limitada a lo largo de todo el periodo, lo cual invita a preguntarse: ¿por qué no ha habido mayores cambios? Una de las consecuencias de la dolarización de la economía es la facilitación del comercio exterior debido a que ya no se corre el previo riesgo cambiario, aunque también genera que no se pueda recurrir a métodos como la inflación para apaciguar el gasto público, además de pasar a depender de los cambios en la economía de Estados Unidos. Es por estas razones que los líderes se quedan con reducidas opciones a la hora de elegir sus políticas económicas. Los presidentes que siguieron a Jamil Mahuad se enfrentaron a este desafío y los cambios que estos introdujeron y sus repercusiones son analizados a continuación.
Se debe tener en cuenta tanto el periodo de Correa, de 2007 a 2017, como los que siguieron a éste. Con respecto al primero, si bien se ve una inversión en obras públicas gracias a la gran recaudación impositiva y los altos precios de su principal exportación, el petróleo, el sector privado no corrió la misma suerte. Debido a la inestabilidad y las estrictas regulaciones en sectores como la minería, algunos inversores (extranjeros inclusive), decidieron retirarse. Esto se puede observar, por un lado, en la medición de la propiedad privada, tanto los derechos de propiedad como el emprendimiento privado fueron criterios que experimentaron un descenso de 1 punto en el BTI de 2018 (al final del mandato de Correa), a comparación del de 2008, obteniendo un puntaje de 5 y 6 respectivamente. Por otro lado, el sistema bancario percibió un aumento de 2 puntos en el mismo periodo, pasando de un puntaje de 5 a 7.
Posterior a esto, Lenin Moreno estableció reducciones y limitaciones al gasto público en 2017 como parte de su separación de las políticas de su predecesor. Su plan de modernización llevó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en 2019. Estos cambios se tradujeron en una mejora en los valores de la transformación económica del BTI para estos años, llegando a su punto más alto en 2020 con 5.74. Más específicamente, se observa en el aumento de 2 puntos del emprendimiento privado gracias a su plan de fortalecimiento del sector productivo y desarrollo tecnológico. Este pasó de 5 en 2018 a 7 en 2020. Además, se ve el aumento de un punto en la organización de mercado y política de competencia, llegando a valores de 5 y 7 respectivamente.
Los efectos devastadores que había dejado la pandemia a nivel global hicieron que la estabilidad fiscal de Ecuador disminuyera de un puntaje de 6 en el BTI de 2020 a 5 en el 2022, razones por las que también se registró una caída en el puntaje general de la transformación económica, llegando a un valor de 5.46. A partir de 2021, y con la llegada de Guillermo Lasso al poder, se implementaron medidas de apertura para promover la inversión, sumado a su plan de reactivación económica. Esto generó que la estabilidad fiscal recupere en la medición de 2024 el punto que había perdido en el periodo anterior. La transformación económica se encuentra en un periodo de crecimiento, llegando a la última publicación del BTI con un valor de 5.68 y deja esperanza para el futuro del país.
Transformación política
Esta dimensión se analiza en base a los siguientes criterios: estatalidad, participación política, Estado de derecho, estabilidad de las instituciones democráticas e integración política y social. En el gráfico se puede observar que Ecuador ha ido en descenso entre los años 2006 y 2016, donde comenzó un pronunciado ascenso. Luego de alcanzar su puntaje máximo en 2020, muestra nuevamente una tendencia negativa. Esto lo ubica actualmente en el puesto 41 de 137.
No caben dudas respecto a que Ecuador es una democracia. Sin embargo, ha habido fluctuaciones en la política doméstica que han llevado al país a categorizarse, de acuerdo con el índice, como una democracia defectuosa en las ediciones de 2006 a 2008 y 2020 a 2024 y una democracia altamente defectuosa entre el BTI 2010 y 2016. Nuevamente nos encontramos ante las dificultades que encuentran los presidentes como producto de la dolarización. El descontento social solo iba en aumento debido a las crisis económicas a las que no se les podía poner fin, lo cual se tradujo en constantes movilizaciones y la progresiva pérdida de legitimidad, la falta de confianza en las instituciones.
El periodo presidido por Correa establece un marco de restricción a las libertades, un marco jurídico represivo y obstaculización de los movimientos sociales. En 2008 se sanciona una nueva constitución que fortalece la presencia del Estado en economía, salud y educación. Así, el poder efectivo para gobernar aumentó de un puntaje de 7 en el BTI del 2008 a 9 en 2010. Pero esto también provocará una limitación a la prensa libre, y como consecuencia la opinión pública, lo cual genera la declinación y el paso a la categorización de democracia altamente defectuosa. Esto se demuestra con un descenso de 2 puntos en la libertad de expresión en el periodo mencionado, obteniendo un puntaje de 6 en el BTI del 2010.
Las elecciones de 2017 llevaron a un aumento significativo de la participación política, la cual aumentó 2 puntos en el periodo entre el BTI 2018 y 2020. Es así como se llega en este último año a un valor de 7.2 en la escala del BTI. Sin embargo, el clima de creciente corrupción e inseguridad asociada al gobierno de Lasso, llevó a un juicio político en 2023 impulsado por la oposición que terminó con el mandatario disolviendo la Asamblea y convocando a elecciones anticipadas, invocando lo que se conoce como “muerte cruzada”. Esta es la situación de inestabilidad que lleva a Ecuador a obtener un puntaje de 6.6 en la dimensión política en la actualidad, lo cual hace a la tendencia en descenso mencionada previamente.
Gobernanza
El índice de gobernanza se mide en el BTI en base a los siguientes criterios: nivel de dificultad, capacidad de dirección, eficiencia de recursos, creación de consenso y cooperación internacional. Este es el índice con el que peores valores cuenta, posicionando a Ecuador en el puesto 59 de 137. Se califica como gobernanza moderada exceptuando el período entre 2006 y 2008, donde fue débil. ¿Cómo se puede dirigir un país cuya sociedad está polarizada, no confía en las instituciones y siente que sus necesidades no fueron tenidas en cuenta? Este es el clima que dejó la dolarización de Mahuad y al que tuvieron que enfrentarse los presidentes que lo siguieron, quienes tomaron distintos caminos para afrontarlo.
Entre 2008 y 2010 es donde se percibe el ascenso más pronunciado, pasando de un valor de 3.73 a 4.42. Esto se debe principalmente a la concentración del poder que se atribuyó Correa, con ayuda de la nueva constitución, permitiéndole tomar decisiones sin encontrarse con múltiples trabas a la hora de hacerlo. Es así como la capacidad de dirección pasó de un puntaje de 3 en el BTI de 2008 a 4.7 en 2010 y la coordinación de políticas se duplicó en el mismo periodo, alcanzando un valor de 6. Otro aspecto llamativo que se deriva de estos atributos dados al poder ejecutivo es el crecimiento de dos puntos de los actores antidemocráticos, llegando a un puntaje de 7, y un descenso en iguales cantidades de la credibilidad (la cual obtuvo un puntaje de 4), producto principalmente de las crecientes tensiones con Estados Unidos. Estas cuestiones pasan a ser centrales en la política ecuatoriana en los años siguientes.
La gobernanza llegó a su punto máximo en el BTI de 2020, producto de los cambios introducidos por Lenin Moreno, con un puntaje de 5.22. Las políticas anticorrupción observaron un aumento de 2 puntos en comparación con el BTI de 2016, llegando a un valor de 6. Esto es producto principalmente del fomento a la transparencia de datos que el presidente propuso y la búsqueda de cooperación en el ámbito internacional, especialmente con la OEA.
Sin embargo, el descontento de la sociedad con la presidencia de Guillermo Lasso y su limitada capacidad para promover un cambio significativo, llevaron a una distribución menos eficaz de los recursos y un descenso en el apoyo internacional ya que tuvo relaciones complejas tanto con la ONU como con sus vecinos regionales. Esto lentamente se está comenzando a revertir en la actualidad.