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14.11.12

Perú: ¿Somos brutos o qué?

(El Comercio) Los actores políticos buscan formalización, regulación, orden y por supuesto mayores impuestos que se reinviertan en obras públicas. Por el contrario, los actores económicos que crecieron con la informalidad, no.
Por Raul Castro

(El Comercio) La mitad de los limeños más pudientes la apoyan. También los empresarios, los líderes de opinión, y hasta la prensa internacional –como la influyente revista inglesa “The Economist”– han hecho saber su respaldo. Pese a semejante espaldarazo, nuestra actual alcaldesa, Susana Villarán, sigue siendo revocable para la mayoría de la gente de la ciudad.

Las cifras de inversión y los capitales atraídos la avalan. Los proyectos en ejecución que impulsa: infraestructura, transporte, comercio, medioambiente, también. Por primera vez en décadas alguien tiene una visión de progreso integral para Lima. Entonces, ¿por qué la queremos sacar, somos brutos o qué?

Según la agencia Datum, el 65% del total de capitalinos enviaría de regreso a su casa a Villarán. La insatisfacción hacia la alcaldesa se remarca en la medida que desciende el nivel socio económico. En el segmento C: la nueva clase media, la emprendedora, el 60% la revocaría. En el D lo haría el 75%, y en el E el 79%.

En el contexto de un extraordinario análisis de la situación que atraviesan las nuevas clases medias de América Latina, “The Economist” ensaya una respuesta: una década de crecimiento sostenido, producto de la economía informal, está generando conflictos de interés en nuestros países. Los actores políticos buscan formalización, regulación, orden y por supuesto mayores impuestos que se reinviertan en obras públicas. Por el contrario, los actores económicos que crecieron con la informalidad, no. Para estos últimos, mientras menos reguladas estén sus actividades, mayor libertad de acción tienen, y mayor será la oportunidad que encuentren para rentabilizar los bienes y servicios que brindan, dada la mínima fiscalización y falta de información en los consumidores. La posibilidad de seguir trabajando “san francisco” (sin factura) los entusiasma mucho.

Sobre la base de un estudio del Banco Mundial, The Economist sostiene que una década de crecimiento económico ha creado nuevas y vigorosas clases medias en los países emergentes de América Latina (50% en los últimos seis años), pero aún no sociedades de clases medias, que son las que requerimos para que el desarrollo no sea coyuntural sino sostenible a largo plazo.

Más aún, la propia noción de “clase media” se pone a discusión. ¿El contar con mayores ingresos hace de estos sectores el motor social responsable que requerimos? Evidentemente no. Contrario al énfasis que ponen los analistas financieros en este indicador, los sociólogos y politólogos acentúan que mientras la educación, la calidad del empleo y el cultivo de saberes específicos no acompañen el crecimiento material, la convivencia social constructiva y la falta de visión a largo plazo seguirán en crisis.

Dicho esto, la próxima vez que veamos a un taxista renuente a empadronarse vociferar en la tele y acusar a la Alcaldesa de inútil, no pensemos que es un bruto. Reconozcamos que está defendiendo un estatus quo gracias al cual logró salir de la pobreza y que le garantiza hasta hoy ingresos sin fiscalización. Contra esa experiencia de ciudadanía mercantil hagamos campaña, consientes de que lucha será muy, muy dura.

Fuente: (El Comercio)