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06.12.10

Volvió el FMI, como “diseñador” de CFK

Es evidente que ambas partes maquillaron como asesoría para construir un índice de precios creíble la -relativa- normalización de relaciones. Fue el modo “honorable” de volver al redil.
Por Pablo Díaz de Brito

El gobierno argentino acuerda con el FMI. El Ministro de Economía Amado Boudou lo anuncia de la manera más lacónica posible junto con Edwin e Itzcovich, funcionarios del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Al día siguiente, el diario oficialista Página 12 presenta la noticia así: "Vuelve el FMI, pero como diseñador, no como auditor". Está claro que las posibilidades del idioma y de la imaginación humana son infinitas. ¿Qué querrá decir "diseñador"? ¿Será Anoop Singh un diseñador cool del East Side? En fin, el hecho es que el G-20 y el Club de París habían dicho basta a los ninguneos y planteos de CFK al Fondo, y la pulseada ahora termina de esta forma. O sea, con el FMI de "diseñador".

Es evidente que ambas partes maquillaron como asesoría para construir un índice de precios creíble la -relativa- normalización de relaciones. Fue el modo "honorable" de volver al redil. Es que Argentina se había quedado sola: ni Brasil, ni ningún país emergente del G-20 toleraba más esta excepción argentina. Francia, hoy al frente del G-20, había apretado con fuerza. Y en la última asamblea del Fondo parece que el clima era más o menos el mismo. "¿Por qué estos argentinos no hacen la revisión del capítulo IV? Que se vayan del Fondo si quieren, si se quedan, que acaten las reglas que valen para todos", podría ser la síntesis del ambiente internacional que se había creado con la Argentina K. Dicho de paso: hasta la Nicaragua sandinista de Daniel Ortega acaba de cerrar un acuerdo con el FMI. Es claro que para una normalización total falta mucho, pero es igualmente evidente el giro copernicano respecto a la doctrina intransigente con el FMI vigente en estos últimos años. El fallido y rebuscado eufemismo de Página 12 lo demuestra.

Ahora, este paso fundamental fue posible porque Néstor K no está más. No es imaginable la conferencia de prensa de Boudou y de sus laderos del INDEC con NK en Olivos. Algo parecido sucedería en las próximas semanas con el "acuerdo social" entre UIA y CGT, que buscará contener a Moyano y a la estampida salarial en 2011. Todo apunta a que el gobierno va tomando conciencia de que la inflación, al ritmo actual, es insostenible política y socialmente. Además, con el panorama político despejado de adversarios serios, CFK puede dedicarse a hacer un poco de política económica "ortodoxa". Seguir sosteniendo la zoncera de NK de que cualquier política antinflacionaria es "ajuste ortodoxo" es eso, una zoncera, un sinsentido. Y los réditos politico-sociales de frenar a la inflación serán mucho mayores que los presuntos costos. La lección de Brasil está a la vista: crece casi como Argentina pero hace una firme política monetaria antiinflacionaria (tasa Selic), y así se evita los graves problemas económicos y sociales que tenía hasta 1994.

Está claro que hoy la inflación es un adversario mucho más peligroso para CFK que la retahíla de pequeños líderes opositores. Ninguno le hace cosquillas, en cambio la inflación sí la inquieta. Si se espiraliza, el costo político podría ser grande en octubre de 2011. Hoy, de hecho, ya lo es. Porque un gobierno con una economía que crece como la Argentina y con una oposición fragmentada y confusa, no debería tener ni el más mínimo margen de riesgo. Pero sí lo tiene, y por la inflación y sus consecuencias. Se come la Asignación Universal, los aumentos a los jubilados; y lo más preocupante, los salarios: varios gremios ya avisaron que quieren reabrir paritarias antes de fin de año. Ante este cuadro, CFK debe haber estudiado el tema y, ya liberada del veto furioso de su esposo, habrá dado la orden a Boudou de avanzar con el FMI. Así se explican los viajes a Washington.

Ahora hay que ir preguntándose cómo titulará Página 12 el anuncio de la política antiinflacionaria, que debería hacerse cuanto antes, durante este verano.

Pablo Díaz de Brito es periodista y analista de CADAL.