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29.08.09

El caso Roxana o la debilidad caracterial del Lole

Si Reutemann no puede controlar a la Senadora Roxana Latorre, que era su escudera, cabe preguntarse, sin ánimo chicanero alguno, cómo haría para manejar a los muchachos del PJ, al bloque de Diputados nacionales, a la oposición nacional, al propio gabinete, en caso de llegar a Presidente. Es una duda más que legítima.
Por Pablo Díaz de Brito

No, no era "una humilde escuela de la provincia", como dice el periodista Carlos Pagni, la que dirigía Roxana Latorre a inicios de los 90, sino la Burruchaga, una de las mejores escuelas públicas del centro de Rosario, de esas dos o tres que busca la élite socialista para sus hijos.

Pero sí es verdad que Roxana vivía en la casa anexa. Hoy habita en un costoso piso en Oroño y Jujuy, en la zona más exclusiva de la ciudad. Dicen que además tiene una casa de fin de semana en lo mejor de Funes (una suerte de pequeño Pilar cercano a Rosario) y que se mueve en un Audi. Nada mal para una mujer que era maestra de primaria. Todo esto, así como la agencia de colocaciones familiar que, dicen, abrió en Buenos Aires en organismos del Estado, se lo debe al Lole, claro.

También es verdad que la senadora cultivó sus vínculos con el poder K. En la campaña de 2007 había en calle Italia al 700, a la vuelta de mi casa, un local de Latorre en el que campeaba un cartel enorme de "Cristina presidenta" con la foto de las dos mujeres abrazadas. Claro que por entonces la relación de Reutemann con Néstor y Cristina era buena, fría pero buena.

El hecho es que todo este papelón lo esmeriló al Lole de lo lindo. Ya venía enculado con Duhalde y Chiche, que lo toreaban para que bajara al ruedo de una vez, y de repente llegó el voto en comisión de Roxana y todo lo que siguió. Un desquicio que hace reír de placer a los periodistas K rosarinos, que se regodean mostrando la página de Facebook de la joven esposa del Lole, donde Roxana aparece tachada con una cruz roja. Dicen (ellos, pero también Roxana) que la beldad santafesina lo influye mucho al ex corredor de Williams, sobre todo en sus decisiones más drásticas, como la de rajar del bloque y sin posibilidades de apelación a la afligida senadora.

En cualquier caso habrá que esperar la versión del Lole vía Maronna (el único periodista que tiene acceso real al tipo), pero para el análisis político ya se desprenden dos conclusiones: una, si Reutemann no puede controlar a Roxana, que era su escudera, cabe preguntarse, sin ánimo chicanero alguno, cómo haría para manejar a los muchachos del PJ, al bloque de Diputados nacionales, a la oposición nacional, al propio gabinete, en caso de llegar a Presidente. Es una duda más que legítima.

En segundo lugar, hay un desgaste de la figura del Lole impensable el 28 de junio y los días subsiguientes, cuando aparecía como el precandidato "natural" del PJ. El esmeril se le nota, para regocijo socialista y kirchnerista (de paso: un bolazo de Pagni eso de que se lanzó a la precandidatura para frenar las amenazas judiciales del PS por la represión y las inundaciones). Hoy salió Bussi proponiendo la fórmula Lole-Solá. Nada mal como contraofensiva y como ticket electoral del peronismo "blanco". Pero hay que cautivar al otro peronismo, tan cuantioso y abigarrado. Pequeño problema que Bussi ha dejado de lado en su afán reutemista (o reutemanista, como ridículamente escriben los porteños).

Pero sobre todo el caso Reutemann-Latorre recuerda una ley de la física política: quien deja vacío un lugar sólo puede esperar que otros lo ocupen. Y Reutemann se había vuelto a encerrar en su campo y no hablaba más desde fines de junio. Había dejado totalmente en manos de Latorre las votaciones en el Senado, como se supo ahora y no "bajaba" más a Capital Federal. Y repetía que para el 2011 faltaba mucho, como si él fuera un gobernador. Un error político básico y enorme. De ahí, en parte, que salgan a exhibirse en la vidriera política De Narváez y Solá, que se cuele incluso el nombre del propio Duhalde. Lo dicho: si alguien deja un lugar, otro lo ocupa. La competencia política exige y desgasta, pero es ineludible si se pretende ser presidente. Hay que estar al menos dos años dando examen todos los días y no solamente cuando uno tiene ganas. Si no, que le pregunten a Hillary y Obama. Reutemann volvió a encerrarse pasadas las elecciones del 28-J, cuando debía haber estado en Buenos Aires, tanto para cumplir con su mandato de senador como para ocuparse de llevar adelante una exigente agenda mediática.

En su ofuscación del famoso "que se la recontra metan en el medio del culo", dijo algo más, y muy acertado: recordó que en Santa Fe el kirchenirsmo sacó apenas un voto de cada 9. Una debacle fenomenal. Que da esperanzas, tanto al Lole como a Binner. Pocos pueden mostrar números como ésos de cara al 2011.