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15.04.09

La excusa del ''bloqueo'' pierde terreno

El régimen se presentará como ha hecho hasta ahora, como han hecho otras dictaduras tercermundistas desde la llegada de Obama al poder: como el ofendido que espera y exige excusas de Washington, un abierto mea culpa sin conceder nada a cambio. Así actuó Fidel, como si él fuera el titular de una democracia modelo ajena a toda crítica.
Por Pablo Díaz de Brito

Ante la serie de decisiones tomadas el lunes por Obama sobre Cuba, se podría preguntar quién le está haciendo la toma de yudo a quién. La reticencia y tibieza del régimen ante las medidas de la Casa Blanca parecen indicar claramente que todo esto en el fondo no le gusta mucho, o sea, que está sufriendo la toma de yudo de Obama. Quien no es solamente un político carismático, sino también uno astuto.

El régimen está incómodo por razones evidentes: al fin de cuentas, el "bloqueo" le sirve desde siempre para justificar todos y cada uno de los enormes fracasos de la "revolución". (comillas obligatorias en ambos casos). Toda erosión real del embargo lo preocupa y desde el lunes esta excusa remanida se ha redimensionado. De ahí, tal vez, el tono arrogante de Fidel. Sabe que el instinto de supervivencia de la vieja guardia indica victimizarse, siempre, así que volvió a adoptar ese libreto.

La Casa Blanca señaló repetidamente que además de las remesas y viajes apuesta a liberalizar las comunicaciones en y desde la isla, en internet, teléfonos y cable satelital. Esto simplemente debe aterrar a los hermanos Castro: preferirían recibir únicamente las ansiadas remesas en dólares de los ex gusanos.

El hecho es que el régimen se presentará como ha hecho hasta ahora, como han hecho otras dictaduras tercermundistas desde la llegada de Obama al poder: como el ofendido que espera y exige excusas de Washington, un abierto mea culpa sin conceder nada a cambio. Así actuó Fidel, como si él fuera el titular de una democracia modelo ajena a toda crítica. Y el escepticismo de los experimentados disidentes, felices con las medidas de Obama pero pesimistas sobre la respuesta de La Habana, indica que el camino de la apertura y la democracia en Cuba sigue siendo muy cuesta arriba.

Fuente: La Capital (Rosario, Argentina)