Artículos

05.04.08

Cristina pierde al aliarse con los comunicólogos de la UBA

Los de la UBA y Cristina buscan la invalidación, la negación de toda autenticidad, legitimidad y veracidad de sus adversarios politicos y mediáticos. Hay que "demostrar" que tergiversan, que "recortan" maliciosamente, como afirman el informe y Página 12. Hay aquí una conjunción explícita, una agregación que da más pena que preocupación.
Por Pablo Díaz de Brito

Recientemente, Cristina Kirchner dijo en un acto: "Tenemos que reflexionar sobre quienes son los titulares de los derechos de la información y la libertad de prensa, si son los grandes medios de comunicación o los ciudadanos, que merecen que todos los relatos que una sociedad tiene acerca de sus acontecimientos sean difundidos con la misma intensidad, de la misma manera". La agencia gubernamental Télam difundió un informe (1) sobre la cobertura del conflicto agropecuario realizado por la UBA que se presentó en ese acto.

Cristina Kirchner

Se decanta de su lectura que sólo Página 12, casualmente un medio tenido bajo total control por el gobierno, fue el que denunció el "relato construido y recortado" de los grandes medios.

El informe es una pieza doblemente útil: sirve para tener una clara idea de la decadencia terminal de la UBA y de la universidad pública argentina en general, por un lado; por otro, para demostrar fácilmente cómo el mismo informe de la UBA cae víctima de las categorías de "construcción" y "recorte" practicadas con mala fe que imputa a los medios no amigos del gobierno K. Porque si alguien "recorta" y luego "pega" descontextualizando, es el informe de los comunicólogos de la UBA. Cuando, por ejemplo, cita a una movilera de TN que destacaba que la "gente" que se manifestó en Plaza de Mayo era de clase media alta, oculta decir no lo hizo con intención exaltativa, como insinúa el trabajo, sino para remarcar, al contrario, el carácter "barrio Norte" y pituco de la protesta cacerolera. El periodista Ernesto Tenembaum, que estaba en el estudio de TN en ese momento, agarró la oportunidad al vuelo y resaltó de inmediato este aspecto presuntamente clasista del cacerolazo. Del mismo modo, el informe de la UBA "recorta" el carácter violento de la ocupación piquetera de la plaza, obviando los golpes y el matonismo profesional de los batatas del FTV, el hecho de que desalojaron con violencia física, además de "simbólica" a los caceroleros, negándoles el derecho a manifestar ahí. No hace la UBA ninguna mención a cómo corrieron a trompadas y amenazas de muerte a los jóvenes "blancos" y de barrio Norte. Ni una mención: ¿quién recorta más, y más tendenciosamente, entonces?

El informe desempolva además la vieja noción objetivista de la información achacándosela a los medios no alineados con el gobierno, como una estrategia de detentación de la verdad o realidad, que serían solamente "reflejadas" fielmente por ellos. Lástima que nadie toma hoy en serio esta versión ingenua de la producción de información. Por casualidad estoy leyendo un trabajo de Fernando Ruiz (docente de Comunicación y Periodismo, pero de la Universidad Austral) en el que, a propósito del periodismo venezolano bajo Chávez, repasa la noción de verdad que tiene hoy un periodista "profesionalista", tipología que opone al "revolucionario" chavista. "La verdad periodística se entiende como un proceso de verificación técnica en que participan distintos medios de comunicación para intentar construir una base informativa común en una comunidad determinada...la base informativa consiste en referencias informativas que sean igual de creíbles para los distintos sectores importantes de la comunidad y que, más allá de diferencias de perspectivas, pueda coincidir en un relato común de acontecimientos básicos" define Ruiz. Es evidente que todo el mundo da hoy por descontada la construcción social del texto-relato periodistico. Lo que no quiere decir que además de diferencias de perspectivas no haya enormes diferencias de calidad informativa: por ejemplo, el exaltado por la UBA - Página 12 tiene una credibilidad informativa infinitamente más baja que el diario La Nación, desde que es justamente considerado el diario vocero del gobierno K. La izquierda debería volver a las fuentes y hacer un poco de marxismo, en lugar de esta comunicología berreta, billikinesca, de trabajito de segundo año. Decir, por ejemplo, que cada medio refleja la "Weltanschaaung" o visión del mundo de la clase o grupo social al que va dirigido y del que representa y defiende los intereses. Pero, claro, esto no invalidaría la información y el medio en cuestión, sólo los caracterizaría. Y los de la UBA y Cristina buscan la invalidación, la negación de toda autenticidad, legitimidad y veracidad de sus adversarios politicos y mediáticos. Hay que "demostrar" que tergiversan, que "recortan" maliciosamente, como afirman el informe y Página 12. El único medio que convocó a comunicólogos (de la UBA) para analizar cómo los otros medios narraban distorsivamente el conflicto, destaca... la UBA. Hay aquí una conjunción explícita entre la Presidenta, Página 12 y la decadente UBA. Una agregación que da más pena que preocupación, sencillamente. Porque si CFK y su esposo piensan confrontar a la alianza de sectores medios y altos, urbanos y rurales, que hoy tienen enfrente con esos aliados, ya perdieron.

(1) El sábado 5 de abril de 2008, el informe "completo" ha desaparecido del portal de Télam, donde sin embargo estuvo colgado el día anterior desde las 20.10 bajo ese título (El informe completo de la UBA)

En la página de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en cambio, sólo aparecen dos comunicados, no un "informe", sobre el tema del conflicto agropecuario. El trabajo, sin embargo, fue publicado en Pagina 12 y citado por Clarín. Le doy entonces credibilidad, en principio, a Télam, aunque con las debidas reservas sobre su "còmpletitud" o exactitud.