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28.05.07

¿Ganó Lennon y volvió Lenin?

Parecía que las lecciones de Lenin habían sido olvidadas y ahora se abrazaba a Lennon. “Déjalo ser presidente”, habrán pensado muchos nicaragüenses, y le otorgaron su voto con la esperanza de que el antiguo incendiario se hubiera convertido en bombero. Sin embargo, a poco de retornar a la primera magistratura, el presidente Ortega y los sandinistas se plegaron a la mala ola reformista que está sacudiendo a las naciones iberoamericanas.
Por Ricardo López Göttig

Después de haber sido derrotado en varias elecciones desde 1990, Daniel Ortega ganó democráticamente la presidencia de Nicaragua en noviembre del 2006 con el 38% de los sufragios, después de que se bajó el umbral de votos al 35% para ser electo. Con un discurso rebosante de amor y paz, citando a John Lennon y Gandhi, volvió el sandinismo al poder, un partido que gobernó férreamente durante el decenio de los ochenta con el apoyo cubano y soviético.

Parecía que las lecciones de Lenin habían sido olvidadas y ahora se abrazaba a Lennon. “Déjalo ser presidente”, habrán pensado muchos nicaragüenses, y le otorgaron su voto con la esperanza de que el antiguo incendiario se hubiera convertido en bombero.

Sin embargo, a poco de retornar a la primera magistratura, el presidente Ortega y los sandinistas se plegaron a la mala ola reformista que está sacudiendo a las naciones iberoamericanas, que modifican sus constituciones para otorgar más atribuciones y reducir los controles a los poderes ejecutivos. Pero como en Nicaragua el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) no tiene mayoría en el parlamento, sus posibilidades de que se apruebe una reforma constitucional son muy limitadas. Por ello, el presidente Daniel Ortega está bregando por la creación de los Comités de Poder Ciudadano (CPC), integrados por los vecinos para resolver ellos mismos los problemas en los barrios y los pueblos, y que estarían al margen de las instituciones ya existentes. Los más memoriosos recuerdan que durante el régimen sandinista existieron los CDS, los Comandos de Defensa Sandinista, que funcionaban como los soviets en los comienzos de la revolución bolchevique.

Lenin desconfió de la existencia de los soviets en un principio, pero luego descubrió que podían ser excelentes instrumentos para la agitación revolucionaria y la implantación de un régimen totalitario en la Rusia zarista. “Soviet” significa consejo o asamblea, y surgieron en la revolución de 1905 en Rusia, tras la derrota del imperio zarista en la guerra contra Japón. El soviet pudo ser bien manipulado y dirigido por un pequeño y disciplinado grupo de revolucionarios profesionales, es decir: los bolcheviques, que se consideraban la vanguardia del proletariado. Con buena formación ideológica, unidad de acción y organización, lograron encaminar a los soviets hacia sus fines de implantación del sistema socialista.

Es por ello que la sociedad civil nicaragüense y los partidos opositores señalan con alarma la instauración de estos consejos, que funcionarían como grupos que vigilarían a la ciudadanía y las instituciones republicanas ya existentes a partir del próximo 19 de julio, conmemorando la llegada del sandinismo al poder en 1979.

Daniel Ortega supo obtener una victoria electoral con un discurso de amor y paz, prometiendo la reconciliación de todos los nicaragüenses. Pero ante el retorno de los soviets, ¿ganó Lennon y volvió Lenin?

Ricardo López Göttig es investigador asociado de CADAL y la Fundación Hayek, y Director de la Licenciatura en Ciencia Política de la Universidad de Belgrano.