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15.01.18

El enigma de por qué Francisco no visita la Argentina

(La Nación) El Papa con su visita agudizaría viejas heridas que ya arden, dividiría más que unir, empujando a la Argentina hacia un pasado del que trata de salir. Lo que no hace cuando va a Chile y Perú.
Por Loris Zanatta

(La Nación) Bolonia. La noticia sería que el Papa va a Chile y Perú, pero para todos es que el Papa no va a la Argentina. Inútil sorprenderse. Se reanuda así el culebrón que dura años: ¿por qué el papa Francisco, gran viajero, no visita Argentina? Ahora que va a otros países vecinos, la pregunta es aún más obligatoria que en el pasado: es evidente, hasta para los que niegan la evidencia, que no quiere ir; que cree tener buenas razones para no ir. Parece que, sobrevolando la Argentina, enviará un telegrama "interesante". Un poco de suspenso siempre viene bien: ¿nos dirá que irá próximamente? ¿Nos revelará el misterio de por qué no va?

Mientras tanto, los comunes mortales intentamos develar el arcano. Hace algún tiempo, un monseñor explicó que Francisco no va a la Argentina para evitar agudizar la grieta que divide el país. ¡Ábrete cielo! ¿El Papa divide en lugar de unir? Los bomberos se apresuraron a extinguir el fuego: ese prelado no representa a nadie, el Papa es más popular que nunca y no divide nada, explicaron. Está bien. Pero ahora volvemos a las andadas. Peor: porque ahora puede que divida más la disputa sobre por qué el Papa no va, que una verdadera visita del Papa.

Admito que no tengo idea de por qué el Papa no va a la Argentina. Me limito a observar que cuanto más tiempo pasa, menos beneficioso es para su imagen; y a hacerme preguntas, que surgen de las explicaciones que al misterio le dan sus seguidores más devotos.

La noticia sería que el Papa va a Chile y Perú, pero para todos es que el Papa no va a la Argentina. Inútil sorprenderse. Se reanuda así el culebrón que dura años: ¿por qué el papa Francisco, gran viajero, no visita Argentina? Ahora que va a otros países vecinos, la pregunta es aún más obligatoria que en el pasado: es evidente, hasta para los que niegan la evidencia, que no quiere ir; que cree tener buenas razones para no ir. Parece que, sobrevolando la Argentina, enviará un telegrama "interesante". Un poco de suspenso siempre viene bien: ¿nos dirá que irá próximamente? ¿Nos revelará el misterio de por qué no va?

Mientras tanto, los comunes mortales intentamos develar el arcano. Hace algún tiempo, un monseñor explicó que Francisco no va a la Argentina para evitar agudizar la grieta que divide el país. ¡Ábrete cielo! ¿El Papa divide en lugar de unir? Los bomberos se apresuraron a extinguir el fuego: ese prelado no representa a nadie, el Papa es más popular que nunca y no divide nada, explicaron. Está bien. Pero ahora volvemos a las andadas. Peor: porque ahora puede que divida más la disputa sobre por qué el Papa no va, que una verdadera visita del Papa.

Admito que no tengo idea de por qué el Papa no va a la Argentina. Me limito a observar que cuanto más tiempo pasa, menos beneficioso es para su imagen; y a hacerme preguntas, que surgen de las explicaciones que al misterio le dan sus seguidores más devotos.

Fuente: La Nación (Buenos Aires, Argentina)