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11.09.17

El canciller Jorge Arreaza pretenderá tomar por tontos a Naciones Unidas

(Cubaencuentro) Seguramente no se logrará una moción de condena porque Venezuela como Cuba cuenta con el apoyo de los gobiernos más impresentables del planeta, los más violadores de derechos humanos, como casi todos los africanos y árabes, y los gobiernos populistas latinoamericanos y sus aliados chinos, rusos y vietnamitas.
Por Marlene Azor Hernández

(Cubaencuentro) Por iniciativa propia, el presidente de Venezuela quiso ir al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a explicar sus intenciones políticas en la guerra contra el estado de Derecho venezolano. Canceló su visita y enviará al canciller Jorge Arreaza Montserrat, para que intervenga en la primera sesión del Consejo. Orientado por el gobierno cubano, experto en inventar realidades que no existen, el venezolano llegará con una lista de todo lo que ha ganado “el pueblo venezolano” bajo el mandato de Nicolás Maduro y el de la Constituyente.

Para empezar:

Hará un listado de las arepas que se han repartido desde 2013 a la actualidad por el Gobierno venezolano. Agregará que si no ha repartido más, ha sido por el ataque del Gobierno de EEUU, la oligarquía internacional y los opositores venezolanos.

Luego defenderá la limpieza y transparencia de las elecciones y en particular sobre la Constituyente dirá que todo el fraude que se arguye es una conspiración de la oligarquía internacional, los opositores venezolanos a quienes se le endilga toda la violencia en el país y al gobierno de EEUU que los ataca.

Dirá cifras infladas de los ciudadanos atendidos en los hospitales, los niños venezolanos que van a la escuela, los programas de vivienda (forma de clientelismo), y todos esos proyectos que actualmente están deprimidos y sin posibilidad de dar un servicio medianamente digno a los ciudadanos venezolanos precisamente por la crisis económica. Dirá que se mantendrán los “programas sociales” como voluntad política mientras que en la práctica estos programas siguen siendo paupérrimos.

Defenderá la soberanía e independencia de Venezuela, para enfrentar cualquier crítica al deplorable estado de violación de derechos humanos en ese país y argumentará que esas violaciones no existen, sino que son el resultado de una conspiración internacional orquestada por EEUU en coordinación con las transnacionales de la información y los opositores venezolanos. Hablará de “laboratorios de la guerra de cuarta generación” para explicar la repulsa masiva contra su Gobierno en las redes sociales, las instituciones, los presidentes, la OEA y hasta Naciones Unidas, que se han dejado “confundir” con falsa información. En esto le ayudarán las periodistas cubanas Arleen Rodríguez Derivet y Rosa Miriam Elizalde que conversan en Cubadebate sobre “laboratorios” siniestros que generan matrices de opinión en el mundo, y cambian comportamientos y sentimientos. Aunque usted lea este artículo y no pueda encontrar ni un solo supuesto laboratorio citado. Ninguna prueba de la existencia de tales laboratorios.[1]Yo, los únicos laboratorios reales que conozco son los de la UCI cubana en la cual estudiantes y profesores tienen las tareas repartidas para crear matrices de opinión contra los discrepantes del discurso oficial cubano y venezolano. Los llamados troles.[2]

Seguramente existen igual en Rusia, China, Vietnam y Corea del Norte, países que tienen sistemas de Internet defensivos contra la Internet Libre. Amnistía Internacional informa sobre 43 sitios bloqueados en la Internet de Cuba por el Gobierno cubano, aclarando que no es un informe completo sino sólo una investigación preliminar.

Seguidamente el presidente caerá en “los estados de negación” típicos de todas las dictaduras.

  • Si acepta la muerte de más de 120 personas dirá y hasta mencionará opositores que son los responsables de las muertes en las movilizaciones de abril a julio de este año.
  • Negará las violaciones de derechos humanos en Venezuela. Ni el número de arrestos arbitrarios, ni el número de violaciones al debido proceso, ni los tribunales militares juzgando a civiles. Tampoco reconocerá la responsabilidad de su gobierno en la represión o la disculpará por la guerra de EEUU contra Venezuela, la oligarquía y los opositores venezolanos.
  • Negará que su Gobierno no quiera negociar con la oposición por la paz. Dirá que son los opositores los que no quieren o no cumplen sus compromisos. “El infierno son los otros”.
  • Negará la crisis humanitaria de alimentos y medicinas en el país y convendrá que existen algunas dificultades por la guerra de “la oligarquía” venezolana contra “el pueblo”.
  • Negará los presos políticos o los disminuirá prácticamente a dos o tres presos de los más notorios a nivel internacional.
  • Negará la ausencia de separación de poderes en Venezuela.
  • Negará la sustracción de todas las prerrogativas de la Asamblea Nacional por su Gobierno, desde diciembre de 2015, y acusará a la oposición de inventar su invalidez entre los poderes del Estado.
  • Negará la usurpación del poder legislativo por los poderes judiciales, ejecutivos y electorales.
  • Negará que inventa delitos contra los opositores y que la justicia venezolana se ha vuelto tan arbitraria como la cubana, precisamente por la ausencia de un Estado de Derecho. El más reciente caso contra Lilian Tintori.
  • Defenderá la independencia y soberanía nacional y la no intromisión en los asuntos internos para continuar la represión con las manos libres de la repulsa nacional e internacional.

Finalmente, pedirá tiempo para organizar el país y sugerirá un voto de confianza. El guion de esta narrativa es copiada de la narrativa cubana que seguramente son los “asesores” cubanos quienes se la componen.

El Estado de negación, caracteriza a las dictaduras militares de todos los tiempos, esta dizque cívico-militar de “izquierda”, no hace más que utilizar las mismas “negaciones” del Gobierno cubano que es su mentor e interventor, con el cambio del pan por la arepa, pero utilizando el mismo patrón de terrorismo de Estado para someter a la población.

El Gobierno venezolano tiene representación permanente en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, como el Gobierno de Cuba. Ha ratificado los Pactos de Derechos económicos sociales y culturales y también los civiles y políticos desde 1978. En eso su compromiso es superior al Gobierno de Cuba que no los ha ratificado, para no ser evaluados.

O el Gobierno de Maduro cumple con sus compromisos internacionales voluntariamente asumidos, o debe ser sometido a evaluación y condena por la masiva violación de los derechos humanos en el país.

Seguramente no se logrará una moción de condena porque Venezuela como Cuba cuenta con el apoyo de los gobiernos más impresentables del planeta, los más violadores de derechos humanos, como casi todos los africanos y árabes, y los gobiernos populistas latinoamericanos y sus aliados chinos, rusos y vietnamitas. Pero al menos Naciones Unidas sé perfectamente que no se dejará embaucar con el cuento de hadas o de guerra que el canciller Jorge Arreaza prepara para su intervención el 11 de septiembre en Ginebra. Será en todo caso fuertemente contestado.


[1] Arleen Rodríguez Derivet “Laboratorios mediáticos apuntaron contra niños y adolescentes en Venezuela”. Cubadebate.cu, 27 de agosto 2017.

[2] “Con un ejército de troles el gobierno cubano libra una guerra para evitar noticias negativas” en Prodavinci.com, 15 de agosto de 2017

Fuente: Cubaencuentro