Artículos

28.08.13

Al nuevo presidente paraguayo le marcaron la agenda

Horacio Cartes asumió hace pocos días como nuevo presidente de Paraguay. Su mandato, que tendrá varios desafíos, comienza con un ataque realizado por una pequeña guerrilla en una estancia. Seguramente este hecho marcará la actividad de los próximos meses. Al igual que durante la presidencia de Lugo, la propiedad y la concentración de la tierra vuelven a estar en el tapete, repitiéndose como el tema político por excelencia en este país del Cono Sur.
Por Diego Telias

En abril de este año Horacio Cartes superó por diez puntos de ventaja a su contrincante del Partido Liberal, Efraín Alegre. De esta manera el Partido Colorado, una de las agrupaciones políticas más antiguas de Latinoamérica, obtuvo una mayoría holgada en el Congreso. Cartes, que gobernará hasta 2018, se presentó como la cara renovada de un partido tradicional, aunque no dudó en manifestar sus opiniones conservadoras tanto en el tema del aborto como en el matrimonio homosexual. Este hombre de negocios, del rubro financiero y tabacalero, fue objeto de denuncias por actividades ilícitas. Cartes deberá convencer a los paraguayos que las acusaciones contra él son falsas y que la investigación de Estados Unidos por presunto lavado de dinero no tenía fundamento.

En su asunción brindó un discurso con constantes referencias teológicas y con un mensaje reconciliador hacia sus países vecinos. El principal objetivo de su gobierno será la expansión de la bonanza agropecuaria de un país que avanza a buen ritmo. El crecimiento de la ganadería y la exportación de soja favorecieron la situación económica en los últimos años. Sin embargo, es clave que el gobierno siga apuntando a las inversiones extranjeras para mejorar las infraestructuras, introducir tecnología y modernizar el Estado. Además, Cartes tendrá el desafío de reducir sustancialmente la pobreza (situada en 32%), generando trabajo, mejorando la educación y también la salud para brindar igualdad de oportunidades a los habitantes de Paraguay.

Para mantener el buen crecimiento económico también será clave la estabilidad política del país. En este sentido, Cartes optó por un gabinete de perfil técnico y por personalidades de la nueva camada del Partido Colorado prescindiendo de hombres fuertes de la agrupación, lo cual causó cierto recelo. Si bien el nuevo mandatario intenta desprenderse de ciertos vicios, en el caso que se aleje mucho de los pesos pesados podría quedar aislado, tal como le ocurrió al anterior mandatario Fernando Lugo. Un tema interesante en el corto plazo será el trato con los poderosos empresarios sojeros ante la posibilidad de establecer impuestos a las altas ganancias que han tenido en los últimos años.

El eterno problema: la propiedad de la tierra

El relacionamiento con la región es clave para un país que no tiene salida al mar. Aunque la UNASUR y el MERCOSUR levantaron la suspensión, tanto Ecuador como Venezuela no asistieron a la ceremonia de ascenso de Cartes. La situación más tensa es con Venezuela ya que el ex presidente Federico Franco declaró persona no grata a su homólogo Nicolás Maduro. A pesar que un cuarto de las exportaciones de Paraguay van hacia Brasil y Argentina, el gobierno se manifiesta a favor de la Alianza del Pacífico de la cual ya es observador. Este bloque que conforman México, Perú, Colombia y Chile es atractivo para una economía como la de Paraguay, aunque Brasil ya manifestó que este movimiento es incompatible con el MERCOSUR.

Los problemas de Paraguay con la región comenzaron tras la destitución de Fernando Lugo en 2012 y la asunción de Federico Franco. En junio de aquel año se produjo una condena política en la que el Partido Liberal le quitó el apoyo a Lugo y  se unió a los colorados. El aislamiento político del ex obispo supuso para muchos un golpe institucional. Los gobiernos de la región se apegaron a Lugo y condenaron el nuevo gobierno de Franco. En aquel entonces y aprovechando la suspensión de Paraguay, los países del MERCOSUR incorporaron a Venezuela, ingreso que estaba siendo trabado por el Parlamento paraguayo.

La salida de Fernando Lugo se da tras un enfrentamiento en el que murieron 11 campesinos y 6 policías en la hacienda de un empresario político. Increíblemente el mandato de Cartes comienza con un episodio que apunta hacia el mismo tema. Cinco guardias de una estancia del centro del país, a 370 kilómetros de Asunción, fueron asesinados días después de la asunción del nuevo presidente. Las autoridades adjudicaron el atentado al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), un pequeño grupo armado que opera en las regiones del centro y noreste del país. Además a fines de mayo se produjo el asesinato de un ganadero, Luis Lindstron, por el que fueron detenidos varios campesinos. Por estos últimos golpes el Ministro de Defensa advirtió sobre una posible militarización de la lucha contra el EPP, mientras que el Ministro del Interior aseguró que se está elaborando una nueva estrategia para combatir estos casos. Mientras tanto el gobierno anunció mano dura contra este tipo de situaciones que debilitan el proceso democrático. En este sentido ya se envió un proyecto para reformar la ley de Defensa.

Tras unas elecciones a la que la población no le dio demasiada importancia se abre un período de pruebas para Horacio Cartes. Además de llevar adelante un gobierno de oportunidades tendrá que asumir el problema eterno de Paraguay, la desigualdad y la tenencia de tierra. Una izquierda con poco arraigo y un Partido Liberal que apoyó el “golpe” a Lugo causó el retorno al poder del Partido Colorado, aquel que gobernó bajo la dictadura de Stroessner. Con un personaje renovado al mando, el gobierno tendrá que atacar los mismos problemas de siempre.

Fuente: Espacio Infoco