La «recesión democrática» regional y global
El número de democracias plenas, encabezadas por Noruega, es apenas de 26 países (12,3% de la población global), las democracias defectuosas son 53 (37% de la población), los regímenes híbridos son 33, mientras que los regímenes autoritarios representan la categoría más numerosa, con 55 países y el 36,5% de la población mundial. La mayor parte de los países de la región cae en la categoría de «democracias defectuosas». El reporte indica que el puntaje promedio de la región ha experimentado un leve descenso.
En la tercera edición del Índice de la Democracia, la Unidad de Inteligencia de The Economist analiza la situación, a noviembre de 2010, de la democracia en 165 estados y dos territorios, excluyendo los micro-estados. En aras de medir el nivel de democratización de los regímenes políticos, el análisis se basa en cinco indicadores: pluralismo y elecciones libres; libertades civiles; funcionamiento del gobierno; participación política; y cultura política. Asimismo, plantea otras categorías dividiendo a los regímenes en: democracias plenas; democracias defectuosas; regímenes híbridos; regímenes autoritarios.
El número de democracias plenas, encabezadas por Noruega, es apenas de 26 países (12,3% de la población global), las democracias defectuosas son 53 (37% de la población), los regímenes híbridos son 33, mientras que los regímenes autoritarios representan la categoría más numerosa, con 55 países y el 36,5% de la población mundial.
Es interesante analizar la clasificación en este índice de los países de la región. Se impone destacar que en la lista de las “democracias plenas”, por parte de nuestra región sólo aparecen Uruguay y Costa Rica, con puntajes promedio de 8.10 y 8.04 (sobre 10), respectivamente, mientras que la mayor parte de la región cae en la categoría de “democracias defectuosas” (Chile en la posición 34, Jamaica 43, Trinidad y Tobago 44, Panamá 45, Brasil 46, México 50, Argentina 51, Colombia 57, El Salvador 61, Paraguay y Perú 62, República Dominicana 70, Guyana y Guatemala 75). Entre los regímenes híbridos encontramos algunos países centro y suramericanos (Bolivia 80, Ecuador 87, Honduras 88, Nicaragua 89, Venezuela 96 y Haití, ocupando la penúltima posición, 111). Cuba, por su parte, ocupa la posición 121 del ranking, integrando la lista de regímenes autoritarios. De esta manera, se evidencia que el mapa democrático de la región dista de ser homogéneo.
El reporte indica que el puntaje promedio de la región ha experimentado un leve descenso entre 2008 (cuando la segunda edición del Índice) y el 2010. Es interesante analizar el abordaje que el informe realiza sobre dos grandes temas: la democracia electoral y la libertad de prensa. Si bien respecto del primero se dictamina que la región goza de una relativa “buena salud”, alegándose que en la mayor parte de los países latinoamericanos las elecciones “libres y justas” se encuentran bien establecidas, se destaca una erosión en la libertad de prensa, reflejando una tendencia hacia un mayor control y participación en la misma por parte del gobierno en un gran número de estados latinoamericanos. Los números hablan por sí mismos: de los 36 países que experimentaron un deterioro en su puntaje de libertad de prensa entre la segunda y la tercera
edición del índice, 9 son latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, México, Honduras, Nicaragua y Perú). En este sentido, resulta aleccionador el pronunciamiento del primer mandatario de la democracia “más plena” de la región, José “Pepe” Mujica, sobre este tema: “la mejor ley de prensa es la que no existe”.
Por añadidura, el informe subraya que flagelos como la violencia y narcotráfico, han impactado negativamente en el posicionamiento en el índice de varios países de la región. Además, se pone de manifiesto que tres países (Honduras, Nicaragua y Bolivia), experimentaron cambio sustancial en su clasificación en la tabla, dejando de ser considerados “democracias defectuosas” para incorporarse a la lista de regímenes “híbridos”.
Así las cosas, las conclusiones generales de Unidad de inteligencia de The Economist son contundentes al advertir un claro retroceso en la democracia global. Como demuestran las estadísticas, la sociedad internacional está pasando por una fase de “recesión democrática” en la que la crisis económica global acentúa las tendencias políticas negativas. Las democracias latinoamericanas, pese a los avances experimentados en las recientes décadas, ostentan fragilidad significativa, con niveles de participación política relativamente bajas, débil cultura democrática, erosión de libertad de expresión y el ascenso al poder de fuerzas populistas con credenciales democráticas dudosas en algunos países de la región. A resultas de ello, no es casual que junto a Europa del Este, nuestra región concentre mayormente las “democracias defectuosas”.
María Laura Depetris es analista del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Nota: El informe completo de Democracy Index 2010 puede descargarse de http://graphics.eiu.com/PDF/Democracy_Index_2010_web.pdf
En la tercera edición del Índice de la Democracia, la Unidad de Inteligencia de The Economist analiza la situación, a noviembre de 2010, de la democracia en 165 estados y dos territorios, excluyendo los micro-estados. En aras de medir el nivel de democratización de los regímenes políticos, el análisis se basa en cinco indicadores: pluralismo y elecciones libres; libertades civiles; funcionamiento del gobierno; participación política; y cultura política. Asimismo, plantea otras categorías dividiendo a los regímenes en: democracias plenas; democracias defectuosas; regímenes híbridos; regímenes autoritarios.
El número de democracias plenas, encabezadas por Noruega, es apenas de 26 países (12,3% de la población global), las democracias defectuosas son 53 (37% de la población), los regímenes híbridos son 33, mientras que los regímenes autoritarios representan la categoría más numerosa, con 55 países y el 36,5% de la población mundial.
Es interesante analizar la clasificación en este índice de los países de la región. Se impone destacar que en la lista de las “democracias plenas”, por parte de nuestra región sólo aparecen Uruguay y Costa Rica, con puntajes promedio de 8.10 y 8.04 (sobre 10), respectivamente, mientras que la mayor parte de la región cae en la categoría de “democracias defectuosas” (Chile en la posición 34, Jamaica 43, Trinidad y Tobago 44, Panamá 45, Brasil 46, México 50, Argentina 51, Colombia 57, El Salvador 61, Paraguay y Perú 62, República Dominicana 70, Guyana y Guatemala 75). Entre los regímenes híbridos encontramos algunos países centro y suramericanos (Bolivia 80, Ecuador 87, Honduras 88, Nicaragua 89, Venezuela 96 y Haití, ocupando la penúltima posición, 111). Cuba, por su parte, ocupa la posición 121 del ranking, integrando la lista de regímenes autoritarios. De esta manera, se evidencia que el mapa democrático de la región dista de ser homogéneo.
El reporte indica que el puntaje promedio de la región ha experimentado un leve descenso entre 2008 (cuando la segunda edición del Índice) y el 2010. Es interesante analizar el abordaje que el informe realiza sobre dos grandes temas: la democracia electoral y la libertad de prensa. Si bien respecto del primero se dictamina que la región goza de una relativa “buena salud”, alegándose que en la mayor parte de los países latinoamericanos las elecciones “libres y justas” se encuentran bien establecidas, se destaca una erosión en la libertad de prensa, reflejando una tendencia hacia un mayor control y participación en la misma por parte del gobierno en un gran número de estados latinoamericanos. Los números hablan por sí mismos: de los 36 países que experimentaron un deterioro en su puntaje de libertad de prensa entre la segunda y la tercera
edición del índice, 9 son latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, México, Honduras, Nicaragua y Perú). En este sentido, resulta aleccionador el pronunciamiento del primer mandatario de la democracia “más plena” de la región, José “Pepe” Mujica, sobre este tema: “la mejor ley de prensa es la que no existe”.
Por añadidura, el informe subraya que flagelos como la violencia y narcotráfico, han impactado negativamente en el posicionamiento en el índice de varios países de la región. Además, se pone de manifiesto que tres países (Honduras, Nicaragua y Bolivia), experimentaron cambio sustancial en su clasificación en la tabla, dejando de ser considerados “democracias defectuosas” para incorporarse a la lista de regímenes “híbridos”.
Así las cosas, las conclusiones generales de Unidad de inteligencia de The Economist son contundentes al advertir un claro retroceso en la democracia global. Como demuestran las estadísticas, la sociedad internacional está pasando por una fase de “recesión democrática” en la que la crisis económica global acentúa las tendencias políticas negativas. Las democracias latinoamericanas, pese a los avances experimentados en las recientes décadas, ostentan fragilidad significativa, con niveles de participación política relativamente bajas, débil cultura democrática, erosión de libertad de expresión y el ascenso al poder de fuerzas populistas con credenciales democráticas dudosas en algunos países de la región. A resultas de ello, no es casual que junto a Europa del Este, nuestra región concentre mayormente las “democracias defectuosas”.
María Laura Depetris es analista del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Nota: El informe completo de Democracy Index 2010 puede descargarse de http://graphics.eiu.com/PDF/Democracy_Index_2010_web.pdf