Rankings

23.07.19

La paz que se ganó y perdió en América del Sur

Pese a los indicadores de Colombia, Venezuela y Brasil en el índice de la Paz Global (IPG), Sudamérica es la mejor región del mundo en términos de militarización y conflictos en marcha. Eso es algo que vale la pena mantener, y el acuerdo con las FARC simboliza tanto el cierre de una etapa como la esperanza que se abre cuando se da lugar a la paz.

Por momentos, la paz parece un escenario tan lejano que solo funciona como un eco motivador para tratar que las cosas fuesen de otra manera. Pero muchas veces ese objetivo se materializa, y viejas enemistades se hacen a un lado para que se de otra forma de relacionarse. Un lugar donde la armonía corrió al miedo.

El Institute for Economics & Peace es un think tank que se ocupa de realizar anualmente el índice de la Paz Global (IPG). A un concepto tan abstracto como lo es el de la paz, lo identifica en la práctica con la idea de libertad negativa. De esta manera, habrá mayor paz mientras haya menos violencia o miedo de violencia. Las categorías del índice son tres: conflictos internacionales o domésticos en marcha, protección y seguridad (lo que en ingles sería societal safety and security), y militarización (que en su criterio contempla entre otras cosas el porcentaje del GDP destinado a gastos militares y el número de personal militar por cabeza).

Con esta óptica, nuestra región se ubica con una calificación de 2,411 (1 es lo peor y 5 lo mejor), en el cuarto puesto de las nueve regiones que analiza el IPG siendo la mejor Europa con un 1,666. Si comparamos con el año anterior la caída en un 0,018 refleja que estamos peor y únicamente tres países lograron mejorar sus mediciones.

El sustancial proceso de paz en Colombia con las FARC sigue sumando positivamente a la región, haciendo que con Chile y Uruguay (estos dos los mejores de Sudamérica con un 1,634 y 1,711 respectivamente) compongan los únicos países que mejoraron su desempeño durante el último año. Aun así, la violencia en Colombia se expande de tal forma que con su 2,661 ocupa el peor lugar detrás de Venezuela.

La crisis venezolana donde dos sujetos proclaman ostentar el título de presidente aumentó la inestabilidad política a nivel regional. Por otra parte, los 4 millones de venezolanos que han abandonado sus hogares por la crisis humanitaria representan un gran desafío para los países receptores. Pero la propia violencia intrínseca del régimen de Maduro explica que con un 2,671 Venezuela ocupe el fondo del ranking sudamericano.

Entre los cinco países del mundo que más cayeron en el IPG se encuentra un sudamericano: Brasil. Cayendo un 0,112 y manteniendo con un 2,271 la antepenúltima posición en el ranking regional, la categoría que más se deterioró fue la de los conflictos en marcha a nivel doméstico. El aumento de los enfrentamientos entre grupos organizados se sumó a la gran polarización entre fuerzas políticas que subsistió a la elección presidencial generando un ambiente menos pacífico en el país. De igual modo, esto también abarca el ataque a figuras políticas y el enfoque más duro que la administración Bolsonaro le ha dado a las fuerzas de seguridad.

Pese a los indicadores de Colombia, Venezuela y Brasil, Sudamérica es la mejor región del mundo en términos de militarización y conflictos en marcha. Eso es algo que vale la pena mantener, y el acuerdo con las FARC simboliza tanto el cierre de una etapa como la esperanza que se abre cuando se da lugar a la paz. El desafío esta puesto en mantener ese progreso y dar vuelta las situaciones de Brasil y Venezuela.