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14.05.19

Lo peligroso de ser periodista en América Latina

De acuerdo al índice 2019 elaborado por Reporteros sin Fronteras (RSF), en Latinoamérica se profundizó el deterioro de la libertad de prensa. Un factor que hizo aumentar el peligro para los periodistas fueron las numerosas elecciones que se celebraron durante el 2018, como el caso de Brasil. Párrafo aparte para México, que se consolida como el país más mortífero de la región para ejercer el periodismo.

En países donde aflora la ilegalidad y la impunidad judicial es moneda corriente, el periodismo puede ser la única fuente para revelar las verdades que incomodan. Pero no a todos les gusta que se hagan preguntas. Al respecto, si nos basamos en el índice 2019 elaborado por Reporteros sin Fronteras (RSF), en Latinoamérica se profundizo el deterioro de la libertad de prensa.

Para analizar el grado de libertad con el que se ejerce el periodismo, RSF realiza en primer lugar un registro cuantitativo de los actos de violencia cometidos contra periodistas. A esto más tarde se le agrega un cuestionario destinado a expertos que indaga sobre el estado del pluralismo, la independencia de los medios de comunicación, el ambiente de trabajo y grado de autocensura de los periodistas, el marco legal, la transparencia y la calidad de las infraestructuras para la producción de información. El resultado puede ir de lo mejor posible, que es 0, a lo peor, que es 100.

América completa exhibe un puntaje de 32, siendo la segunda peor del mundo detrás de los Balcanes europeos con 21. Pero lo más dramático es que ninguna región cayó tanto como la nuestra durante el 2018, un 3,6% peor. Para sumar, Costa Rica ostentando su 12.24 es el único país latinoamericano donde la situación puede ser considerada buena y que entra dentro de los 10 mejores países del mundo (el más destacado es Noruega, con 7.82). En el resto de los países la situación es muy alarmante.

Es clara la relación entre democracia y libertad de prensa, la una no se puede pensar sin la otra. Por eso la caída en autoritarismos que sufrieron Venezuela (49.10) y Nicaragua (35.53)      sumándole al siempre presente totalitarismo cubano (63.81) y el deterioro democrático de Bolivia (35.38) poca esperanza dejaba para una mejora en el oficio del periodismo.  

Otro factor que hizo aumentar el peligro para los periodistas fueron las numerosas elecciones que se celebraron durante el 2018.  Brasil (32.79) es el mejor ejemplo de las agresiones que sufrieron periodistas en el marco de una campaña donde desde varios lados se fomentó la desconfianza y el odio hacia la prensa. Muchas de estas embestidas fueron por medio de la difusión de información falsa en las redes sociales sobre periodistas críticos con el ahora presidente Jair Bolsonaro, algo que se repitió en Honduras (48.53), Nicaragua (35.53) y Colombia (42.82).

Párrafo aparte para México (46.78), que se consolida como el país más mortífero de la región para ejercer el periodismo y tomando a todo el mundo, es solo superado por Siria y Afganistán. Las 10 muertes de periodistas en México solo se explican por la confabulación entre muchos gobiernos locales y los carteles que no se andan con vueltas cuando se trata de liquidar a alguien que busca arrojar luz en sus oscuros negocios.

Ante el asolador panorama, solo queda por destacar la increíble valentía de quienes día a día se ponen en total riesgo para llevar un poco más de transparencia a sus países.