Trabajadores a la deriva: El retroceso de los derechos laborares en América Latina
En 16 de los 25 países analizados, el derecho a huelga fue vulnerado creando un clima de brutalidad que va contra cualquier noción de derecho laboral; haciendo particular referencia al estado brasileño que utiliza el ejército para reprimir disputas laborales.
En todas partes del mundo se vulneran derechos laborales, pero en el continente americano hace tiempo que se hizo costumbre. El último índice realizado por la Confederación Sindical Internacional (CSI) muestra con un puntaje global de 3,47 (siendo 5 lo peor posible) que durante el pasado año de forma regular los trabajadores de nuestra región continuaron siendo víctimas de violaciones a sus derechos.
Los sindicatos son una organización sumamente necesaria para nuestra sociedad. Es la forma que tienen los trabajadores para lograr una mejor posición a la hora de defender sus derechos y negociar sus acuerdos. Solos por su cuenta, cada trabajador puede encontrarse en desventaja frente al empleador. Bien aplicados y alejados de posiciones partidistas parasitarias, los sindicatos son un contrapeso necesario.
La CSI denuncia que en América las prácticas antisindicales empiezan desde el vamos. En muchos puntos del continente se ponen trabas a los derechos de negociación colectiva y a la mismísima formación de los sindicatos. En su lugar se crean sindicatos amarillos, organizaciones creadas por los empresarios que, lejos de defender genuinamente a los trabajadores, lo que hacen es representar los intereses de los propios empresarios. A modo de ejemplo, la CSI señala cómo en México, en tres ocasiones, se negó el registro al sindicato de la confección Cone Denim Yecapixtla logrando que la compañía imponga su propio sindicato amarillo.
No obstante, lo peor viene con la violencia y represión. En 16 de los 25 países analizados, el derecho a huelga fue vulnerado creando un clima de brutalidad que va contra cualquier noción de derecho laboral; haciendo particular referencia al estado brasileño que utiliza el ejército para reprimir disputas laborales. En cuanto a asesinatos, durante el 2018 en Colombia fueron muertos 19 sindicalistas, en Brasil 3, y en Guatemala 87 contando desde 2004.
Es una lástima para el cometido de la CSI algunos de los sesgos que tiene a la hora de analizar situación laboral de determinados países. Resulta increíble que un país como Venezuela sea ubicado en una mejor posición que Panamá, Perú o Estados Unidos. ¿Se les habrá pasado por alto la gigantesca crisis humanitaria que obliga a cientos de miles de venezolanos a abandonar su país para encontrar una mejor situación laboral? Parece difícil, pues esas cosas no se ignoran.
Por otro lado, la CSI varias veces reitera cómo en el mundo disminuye el “espacio democrático” de los trabajadores, pero deciden no analizar al país menos democrático de América, como lo es Cuba. Un país donde la propia constitución, por medio de su artículo quinto, prohíbe a los trabajadores organizarse por fuera del sindicato del gobierno conocido como la Confederación de Trabajadores Cubanos (CTC).
En tiempos donde muchas economías latinoamericanas parecen atascadas en viejos moldes, el informe de la CSI nos hace pensar que los cambios que se tienen que hacer no tienen que significar una marcha atrás en que la protección de los derechos del trabajador. Aun así, resulta triste que se hayan quedado en el camino, prefiriendo guardar silencio y no denunciando algunos de los casos más graves de la región.
En todas partes del mundo se vulneran derechos laborales, pero en el continente americano hace tiempo que se hizo costumbre. El último índice realizado por la Confederación Sindical Internacional (CSI) muestra con un puntaje global de 3,47 (siendo 5 lo peor posible) que durante el pasado año de forma regular los trabajadores de nuestra región continuaron siendo víctimas de violaciones a sus derechos.
Los sindicatos son una organización sumamente necesaria para nuestra sociedad. Es la forma que tienen los trabajadores para lograr una mejor posición a la hora de defender sus derechos y negociar sus acuerdos. Solos por su cuenta, cada trabajador puede encontrarse en desventaja frente al empleador. Bien aplicados y alejados de posiciones partidistas parasitarias, los sindicatos son un contrapeso necesario.
La CSI denuncia que en América las prácticas antisindicales empiezan desde el vamos. En muchos puntos del continente se ponen trabas a los derechos de negociación colectiva y a la mismísima formación de los sindicatos. En su lugar se crean sindicatos amarillos, organizaciones creadas por los empresarios que, lejos de defender genuinamente a los trabajadores, lo que hacen es representar los intereses de los propios empresarios. A modo de ejemplo, la CSI señala cómo en México, en tres ocasiones, se negó el registro al sindicato de la confección Cone Denim Yecapixtla logrando que la compañía imponga su propio sindicato amarillo.
No obstante, lo peor viene con la violencia y represión. En 16 de los 25 países analizados, el derecho a huelga fue vulnerado creando un clima de brutalidad que va contra cualquier noción de derecho laboral; haciendo particular referencia al estado brasileño que utiliza el ejército para reprimir disputas laborales. En cuanto a asesinatos, durante el 2018 en Colombia fueron muertos 19 sindicalistas, en Brasil 3, y en Guatemala 87 contando desde 2004.
Es una lástima para el cometido de la CSI algunos de los sesgos que tiene a la hora de analizar situación laboral de determinados países. Resulta increíble que un país como Venezuela sea ubicado en una mejor posición que Panamá, Perú o Estados Unidos. ¿Se les habrá pasado por alto la gigantesca crisis humanitaria que obliga a cientos de miles de venezolanos a abandonar su país para encontrar una mejor situación laboral? Parece difícil, pues esas cosas no se ignoran.
Por otro lado, la CSI varias veces reitera cómo en el mundo disminuye el “espacio democrático” de los trabajadores, pero deciden no analizar al país menos democrático de América, como lo es Cuba. Un país donde la propia constitución, por medio de su artículo quinto, prohíbe a los trabajadores organizarse por fuera del sindicato del gobierno conocido como la Confederación de Trabajadores Cubanos (CTC).
En tiempos donde muchas economías latinoamericanas parecen atascadas en viejos moldes, el informe de la CSI nos hace pensar que los cambios que se tienen que hacer no tienen que significar una marcha atrás en que la protección de los derechos del trabajador. Aun así, resulta triste que se hayan quedado en el camino, prefiriendo guardar silencio y no denunciando algunos de los casos más graves de la región.