Artículos

12.05.17

Panorama actual sobre la Educación Sexual Integral en América Latina y el Caribe

La relevancia y compromiso de una Educación Sexual Integral se planteó de forma concreta en la Conferencia Internacional sobre la Población y Desarrollo, que tuvo lugar en El Cairo, Egipto, en 1994. Allí se tocaron temáticas referidas a los derechos sexuales y reproductivos, a las acciones con el objetivo de mejorar la situación de las niños, el status de la mujer y la enseñanza de la igualdad de género a los adolescentes.
Por Lucía Borello Taiana

La Educación Sexual Integral (ESI) es un tema que integra la agenda de diversas organizaciones y Estados del mundo. En lo que respecta a América Latina y el Caribe, no es un asunto menor, a pesar de que no se encuentra legislada en toda la región. Si bien existen algunos países de Latinoamérica que poseen legislaciones con respecto a la Educación Sexual Integral, como Argentina, México, Colombia, Uruguay y Brasil, estos tienen problemas a la hora de la implementación en las escuelas e incluso dificultades a la hora de capacitar a los docentes. Sin embargo, estos son los que más se acercan a la implementación correcta de la ESI. En cambio, los países que no poseen legislaciones en materia de educación sexual, como Guatemala, Costa Rica, Perú y El Salvador, son más religiosos y de tendencia conservadora. Por esta razón, la agencia internacional de noticias Inter Press Service afirma que estos países poseen una perspectiva de abstinencia y de métodos anticonceptivos, al remarcar lo espiritual de la sexualidad y darle importancia a la familia y la exigencia de retardar el comienzo de la actividad sexual. En definitiva, queda un largo camino por recorrer en lo que respecta a este tipo de legislación en toda América Latina y el Caribe.

La relevancia y compromiso de una Educación Sexual Integral se planteó de forma concreta en la Conferencia Internacional sobre la Población y Desarrollo, que tuvo lugar en El Cairo, Egipto, en 1994. Allí se tocaron temáticas referidas a los derechos sexuales y reproductivos, a las acciones con el objetivo de mejorar la situación de las niños y el status de la mujer, la enseñanza de la igualdad de género a los adolescentes, como elementos fundamentales para mejorar la sexualidad y reproducción de la población, entre otras.

Por otro lado, la Educación Sexual Integral fue declarada un derecho humano por las Naciones Unidas, con lo cual debería estar implementada en las escuelas de todos los países del mundo para que los alumnos puedan gozar con plenitud de sus derechos. Es así como en el “Informe del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la educación” de 2010, se destaca que la ONU considera “la falta de acceso a la educación sexual y reproductiva como una barrera para el cumplimiento de la obligación estatal de garantizar los derechos a la vida, a la salud, a la no discriminación, a la educación y a la información”.

Primero vale aclarar que el término “integral” referido a la educación sexual es lo que caracteriza a este derecho, debido a que se trata de una cuestión educativa transversal que abarca desde aspectos biológicos hasta psicológicos, éticos, afectivos y sociales. No sólo se trata de educar a los niños y adolescentes sobre cómo prevenir enfermedades de transmisión sexual o cómo cuidar su cuerpo a la hora de tener relaciones sexuales, sino que pretende además transmitir a los alumnos que son libres en lo que respecta a lo sexual, enseñarles que la violencia de género no debe ser justificada ni avalada bajo ningún aspecto, que las relaciones homosexuales y heterosexuales tienen que ser aceptadas por igual, entre otras cuestiones. En el documento “Educación para la sexualidad con bases científicas”, publicado en España en 2011, se considera a la educación sexual integral como una vía para “asegurar el desarrollo de una vida sexual saludable sin riesgos ni malestares, ni culpas ni vergüenza”. Así es como “se deben reconocer los derechos sexuales como tales”, los cuales deben ser promovidos, defendidos por todas las sociedades de la región latinoamericana haciendo uso de todos los recursos que cuenten. El informe fue escrito por un grupo de expertos internacionales en educación para la sexualidad, quienes son a su vez representantes de diversas asociaciones profesionales, organizaciones, instituciones, federaciones y agencias tanto españolas como internacionales.

Feminicidio. Es un término que hasta hace poco no estaba incluido en la Real Academia española, cuyo significado es “asesinato de una mujer por razón de su sexo". En la región, “cada día mueren en promedio al menos doce latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujer", según una estadística de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicada en octubre de 2016. Organizaciones y movimientos de la región, como la Fundación Argentina para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), junto con psicólogos y comunicadores especializados en género, están convencidos de que la Educación Sexual Integral es el vehículo para disminuir a largo plazo la tasa de feminicidios. En otras palabras, si se educan a los niños desde una temprana edad acerca de la sexualidad, si se les provee de conocimientos acerca de la igualdad de género, entre otras enseñanzas, la cantidad de feminicidas disminuirá. Estas ideas fueron propuestas por la ONU en su informe de 2010 acerca de los derechos de la educación: “El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer insta a los Estados a que brinden educación sexual de manera obligatoria y sistemática en las escuelas, incluida la formación profesional”.

La sociedad y los Estados de América Latina y el Caribe deben tener en cuenta la envergadura de la Educación Sexual Integral y sus ventajas para la población. No deben olvidar que existe mucho más que el aspecto biológico en la sexualidad, la educación sexual integral es un derecho humano de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, un derecho a la información, y que además, con educación sexual integral se eliminarán los estereotipos que se encuentran encastrados en la región. Los actores colectivos de cada uno de los países deberían luchar por captar la atención de los medios de comunicación hegemónicos y transformarse en agenda temática de los mismos para lograr un mayor alcance a toda la población, y así también manifestarse frente al Estado.

El intelectual argentino Oscar Oszlak, en su texto “Reflexiones sobre la formación del Estado y la construcción de la sociedad argentina” (1982), explica que el Estado forma parte “de un proceso en el cual se van definiendo los diferentes planos y componentes que estructuran la vida social y organizada” y que “estos planos conforman un cierto orden cuya especificidad depende de circunstancias históricas complejas”. Es decir, las sociedades cambian y nuevos temas surgen en torno a la agenda política, social y cultural de los países de la región. Estos deben poder adaptarse a los mismos y dar respuestas concisas que regulen los problemas de la actualidad para mantener el orden.

Como ilustra el especialista español Josep Vallés (2006), los gobiernos deberían recuperar su legitimidad escuchando y visibilizando las “demandas y propuestas que promulgan los distintos actores”, ya que ésta se trata de vincular “el poder con el mundo de los ideas y de los valores”. En un momento de una mayor visibilidad y un aumento de los casos de violencia de género y de feminicidios en la región, se debería dar la importancia que merece a la Educación Sexual Integral.