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30.03.16

El laboratorio del impuesto a las ganancias

(7 Miradas) Las oposiciones, por su parte, comenzarán a tomarle el tiempo al gobierno para ver dónde renguea y hacerle pagar algunos costos pensando en 2017. En los papeles suena lindo. Sin embargo, un triunfo político anticipado puede victimizar a Macri, dándole buenos argumentos para pedir una mayoría parlamentaria el año próximo.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) La luna de miel del gobierno con la sociedad puede durar mucho tiempo. Eventualmente durante este primer año de mandato si la mayoría ve satisfechas sus expectativas (no necesariamente la concreción de objetivos!). Pero lo que puede terminar la luna de miel del gobierno con la oposición moderada (massistas + progresistas + algunos gobernadores peronistas + PJ disidente, etc.) son las discusiones por venir. Como por ejemplo, las reformas en el impuesto a las ganancias.

Mientras el Senado aprobará en estas horas la ley que permite el acuerdo con los holdouts, hagamos algunos números y analicemos algunos escenarios:

  • En ambas cámaras del Congreso el oficialismo está lejos de ser mayoría. Solo lo logra con apoyo opositor, sobre todo en el caso de los senadores.
  • Si toda la oposición se junta, podría hacer aprobar una ley que suba el piso del mínimo no imponible, modifique las escalas del impuesto y decida que se aplique desde ahora.
  • Si una ley se aprueba en el Congreso, el presidente la puede vetar.
  • Si el presidente veta, la ley vuelve al Congreso. Si ambas cámaras insisten en la aprobación con los 2/3 de los votos (y acá entramos en un terreno de cuentas complejas en función de quienes estén presentes en la sesión) la ley se da por aprobada y el presidente ya no la puede vetar (si no me equivoco, esto ocurrió solo una vez en la historia).
  • Solo para tomar como parámetro a los diputados, al tener el interbloque Cambiemos 91 integrantes, ya impediría reunir los 2/3 al menos en una de las cámaras; con lo cual la insistencia parlamentaría se caería.
  • Pero el presidente puede hacer vetos parciales, no uno total, y entrar en contradicción con lo votado por las cámaras (esto es otro terreno farragoso).
  • De modo que el Congreso no estaría en condiciones de imponerle una ley al presidente contra su voluntad.
  • Un elemento favorable a Macri en este caso de ganancias es que cualquier límite recaudatorio al Estado federal repercute negativamente contra las finanzas provinciales. Ergo, la presión de los gobernadores sobre sus diputados y senadores también complicaría la hipótesis de un gran acuerdo opositor.
  • Paradójicamente (y no tanto) el proyecto que menos costo fiscal tiene para el gobierno es el del kirchnerismo. Es lógico, teniendo en cuenta que CFK nunca quiso resignar recursos fiscales.

Claro que las peleas políticas nunca se dan en un solo escenario. Fuera del Congreso está la opinión pública. Macri podría vetar seguramente a contra mano de lo que demanda la sociedad, ya que más allá de a quién afecta el impuesto, la cuestión ha sido particularmente irritante para la mayoría.

Hay al menos 2 cosas que no le pueden pasar al presidente en estos primeros tiempos: 1) que desafíen su autoridad política, y 2) resignar recursos fiscales antes de tiempo. Todo lo demás puede arreglarse.

En este sentido, el mal menor sería vetar y que una parte de la sociedad se enoje. El oficialismo seguramente dirá que comparte la intención de los legisladores, pero que “la herencia recibida” le impide dar satisfacción inmediata a una demanda legítima. Y con ese discurso una buena parte del electorado lo disculpará.

Las oposiciones, por su parte, comenzarán a tomarle el tiempo al gobierno para ver dónde renguea y hacerle pagar algunos costos pensando en 2017. En los papeles suena lindo. Sin embargo, un triunfo político anticipado puede victimizar a Macri, dándole buenos argumentos para pedir una mayoría parlamentaria el año próximo.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)