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27.10.15

Cambio político en marcha, destino inevitable

(Noticias Electorales) La provincia de Buenos Aires luego de ser gobernada por décadas por el peronismo ha dado muestra de una suerte de primavera ciudadana. Muchos electores acostumbrados a votar de modo repetitivo ahora se toparon con la noticia de que no los gobernará el peronismo sino una joven mujer de un partido que poco tiempo atrás tuvo que gestionar el alta de su personería jurídica caduca. Muchos de esos electores peronistas por rutina podrían cambiar su voto y plegarse a la ola triunfadora lo cual confirmaría la presunción de que a Scioli le costará preservar los votos obtenidos en su distrito.
Por Leandro Querido

(Noticias Electorales) Los resultados confirmaron que hay un clima de cambio homogéneo en los 24 distritos de la Argentina. Cuando el comportamiento electoral es parejo podemos hablar de causas generales de esos cambios generales. Entre estas causas se destacan: el agotamiento del proyecto kirchnerista, la inflación, el ocultamiento de la pobreza, el cepo al dólar, la crisis económica y el insignificante carisma del candidato del gobierno.

Daniel Scioli prácticamente no sumó votos con relación a las primarias de agosto. Solo logró 300 mil votos de más cuando su contrincante, Maurico Macri, estuvo a solo 200 mil votos de superar los 3 millones de nuevos votantes. Un golpe muy duro para el oficialismo que lejos de provocar un estímulo para ganar la segunda vuelta genera un mar de dudas y reproches hacia adentro del heterogéneo Frente para la Victoria (FPV).

Diez días antes de las elecciones, en un clima de algarabía oficialista que preanunciaba un triunfo en primera vuelta, sostuve en este artículo el carácter “implacable” del voto útil (ver artículo). Los telegramas digitalizados que llegaron el domingo desde la provincia de Buenos Aires al centro de carga demostraron que me había quedado corto en el análisis. En un abierto desafío a los antecedentes electorales el pésimo candidato a gobernador del FPV traccionó para abajo la candidatura presidencial de Daniel Scioli. Aníbal Fernández actuó como la tunelera que terminó con las inundaciones en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Forjó un enorme conducto por donde fluyeron votos a raudales hacia la candidatura de Mauricio Macri. Hasta pudo observarse cómo votantes del Frente de Izquierda, por ejemplo, mantuvieron su preferencia en categorías legislativas mientras cortaron boleta a favor de María Eugenia Vidal. Increíble pero real.

La segunda vuelta del 22 de noviembre es un canal aceitado para que este tipo de práctica conocida como “voto útil” se potencie aún más. Aquí, el envión de la primera vuelta es muy influyente. Ese plus sin dudas lo tiene Cambiemos. Por otra parte, la composición del voto del tercero en discordia, Sergio Massa, ha sido muy estudiada y confirma que en su abrumadora mayoría su preferencia es por el “cambio”. Aunque muchos analistas intenten hacer un análisis sofisticado del voto lo cierto es que la clave de interpretación más efectiva es la que entiende que el elector opera en un contexto dicotómico: continuidad o cambio. Ya lejos de los reproches por el cierre de las listas en las PASO, Macri tiene ahora una segunda oportunidad para construir una gran coalición que mediante acuerdos garantice el triunfo electoral y la gobernabilidad posterior. El candidato de UNA que es inteligente y tiene un prominente futuro sabe que sus votos ya cuentan con un tramo de ida y de oponerse a ello podría evitar que adquieran el tramo de vuelta.

Cambiemos se llevará la parte del león de los votos de Sergio Massa. Aparte es improbable que los pocos votos que obtuvo Margarita Stolbizer asuman una lógica de izquierda/derecha ante el perfil coincidente de los candidatos que disputarán la segunda vuelta. Ahora bien, si tomamos en cuenta que un tercio de sus 600 mil votos provienen de la provincia de Buenos Aires y por lo tanto conocen a la perfección a Scioli, resultará difícil que puedan recalar en el candidato del FPV.

A Scioli solo le queda hurgar en el 1,67 obtenido por el peronista puntano Alberto Rodríguez Saa. Es muy poco, no alcanza y lo condena a perder en la tercera vuelta electoral.

La provincia de Buenos Aires luego de ser gobernada por décadas por el peronismo y sus barones del conurbano ha dado muestra de una suerte de primavera ciudadana. Muchos electores acostumbrados a votar de modo repetitivo ahora se toparon con la noticia de que no los gobernará el peronismo sino una joven mujer de un partido que poco tiempo atrás tuvo que gestionar el alta de su personería jurídica caduca. Muchos de esos electores peronistas por rutina podrían cambiar su voto y plegarse a la ola triunfadora lo cual confirmaría la presunción de que a Scioli le costará preservar los votos obtenidos en su propio distrito.

La expectativa de triunfo será el motor de una elección sin tracciones multinivel, una elección solo de dos, en donde el control el territorio ya fue definido el 25 de octubre. Los sorprendentes resultados le otorgan al candidato de Cambiemos el combustible diferencial por el cual podrá imponerse el 22 de noviembre sin mayores inconvenientes.

Fuente: Noticias Electorales (Buenos Aires, Argentina)