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16.10.15

Dos logros a favor de la libertad de expresión en América Latina

La presión generada por sucesivas denuncias de entidades y personalidades internacionales, sumado a la resistencia interna, fueron determinantes para la marcha atrás de Correa. A tener en cuenta por quienes niegan o escatiman su solidaridad con las agresiones y violaciones a los derechos humanos en Latinoamérica.
Por Hugo Machín Fajardo

Dos hechos positivos en contra de la censura al derecho a la información y la libertad de prensa ocurrieron a finales de septiembre en Latinoamérica: uno, en Ecuador y otro en Colombia.

Rafael Correa, presidente Ecuador, dispuso el archivo del proceso de disolución de la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios), lo que, por ahora, aleja una nueva agresión de la serie que el mandatario mantiene contra la prensa de ese país.

La presión generada por sucesivas denuncias de entidades y personalidades internacionales, sumado a la resistencia interna, fueron determinantes para la marcha atrás de Correa. A tener en cuenta por quienes niegan o escatiman su solidaridad con las agresiones y violaciones a los derechos humanos en Latinoamérica.

El otro hecho positivo fue la premiación en Medellín al equipo periodístico mexicano que encabeza Carmen Aristegui en la tercera edición del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, al que fueron presentados 1.645 trabajos de Iberoamérica en las categorías Cobertura, Texto e Imagen.

La casa blanca de Enrique Peña Nieto, es el título del reportaje que insumió 18 meses de investigación, generó la pérdida de las fuentes de trabajo para sus autores – despedidos por presiones gubernamentales de la cadena radial MVS –y la denegación de un recurso de amparo presentado ante la justicia mexicana. El reportaje galardonado demostró que Peña Nieto “posee una casa en Las Lomas, DF, con valor de USD 7 millones. (…) construida a su gusto por Grupo Higa, una de las empresas que ganó la licitación del tren México-Querétaro, y que antes levantó obras en Edomex, cuando él fue gobernador”.

El trabajo periodístico fue censurado en Primera Emisión, el programa radiofónico que Aristegui desde hace seis años conducía diariamente de 6 a 10 de la mañana en MVS, por lo que Aristegui decidió compartirlo con la revista Proceso y los periódicos La Jornada y Reforma, de México; así como con The Nueva York Times, The Wall Street Journal, The Guardian, Financial Times, la cadena CNN y corresponsales extranjeros acreditados en México.

La investigación comprueba que el Estado Mayor Presidencial (EMP) resguarda la casa de Sierra Gorda 150, dada conocer por revista Hola en mayo de 2013 y que el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa participaron, personalmente, con el arquitecto que diseñó la residencia. Peña Nieto no ha podido dar explicaciones satisfactorias para esta conjunción de intereses. Los periodistas perdieron su trabajo y seguramente el paraguas que supone la labor de Aristegui en CNN hasta el momento no les deparó otros perjuicios, en un país donde los periodistas son decapitados y los cadáveres dejados frente a sus redacciones.

En México el 73,2 % de sus habitantes considera “inseguro” a su país donde en 2014 se registraron 33,7 millones de delitos, un 1,8% más que el año anterior, según un sondeo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En julio la justicia mexicana denegó la posibilidad de que prosperara la acción de amparo presentada por Aristegui y su equipo contra la censura de la empresa radial que cambió las reglas de juego existente en el contrato firmado por la empresa y los periodistas que ,en opinión de Aristegui, contraviene la constitución mexicana que ampara la libertad de expresión.

Durante su participación en el coloquio “Contra la corrupción”, desarrollado el miércoles 30 de setiembre en el festival de periodismo de Medellín, Aristegui anunció que presentará “una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado mexicano por denegación de la justicia, precisamente porque el Estado mexicano y su sistema de justicia impidió que este juicio sucediera”.

Ante su anunció la periodista chilena Mónica González, del Consejo Rector de la fundación para nuevo periodismo latinoamericano (fnpi), convocó a los periodistas presentes- además de los locales, 75 invitados de 18 países- a acompañar con su firma la presentación de Aristegui: “Quiero puntualizar que este no es un acto político, aunque sí de política pública. Este es un acto que compete y que le importa a toda la sociedad latinoamericana y a todos los periodistas de América Latina. La libertad de expresión es crucial para combatir la violencia y la corrupción. Lo que han hecho con el equipo de Carmen Aristegui es la otra cara del asesinato físico de periodistas. Esa lacra que no podemos seguir presenciando desde el balcón. ¡Asesinan a nuestros compañeros!, ¡no hay justicia!, ¡nadie sabe quién los mata!, ¿hasta cuándo? ¡Basta!

En México son tres los periodistas muertos en lo que va de 2015, según Reporteros Sin Fronteras (RSF), y en Colombia, dos: la última fue Flor Alba Núñez Vargas, 31, asesinada con disparos en la cabeza efectuados por un sicario el 10 setiembre cuando ingresaba a su trabajo en la emisora La Preferida, en el departamento del Huila, al suroccidente de Colombia.

Otros premiados. En la categoría Texto, el premio fue para el periodista argentino Javier Sinay por su nota Rápido, furioso muerto, publicada en la revista Rolling Stone, sobre el homicidio del joven Axel Lucero. En la categoría Innovación, el premio fue para el sitio web argentino Chequeado.com, una plataforma digital de verificación del discurso público, dirigida por la periodista Laura Zommer. En Imagen, el ganador fue el fotógrafo y documentalista independiente Tomás Munita, de Chile, autor de Vaqueros Extremos, sobre los gauchos que en la Patagonia se dedican a recuperar ganado cimarrón.

El premio a la Excelencia fue otorgado a la experimentada periodista brasileña de origen yugoeslavo, Dorrit Harazim, ex periodista de L’Express y Veja -actualmente en la revista de periodismo literario Piaui- quien a los 72 años, y luego de casi 50 de profesión, en que cubrió la guerra de Vietnam, la caída de Salvador Allende, el apartheid sudafricano, nueve Olimpíadas a partir de 1980 en Moscú, y el atentado contra las Torres Gemelas, dijo sentirse orgullosa de volver a hacer de reportera. Finalmente, Mauricio Sáenz, editor de revista Semana de Bogotá, fue distinguido con el premio Manuel Clemente Zabala dedicado al ejemplar editor colombiano.