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11.05.15

Las tristes noticias del embarazo adolescente en América Latina

(Infolatam) América Latina es la segunda región del mundo después de África con mayor maternidad infantil. Sin embargo, sólo allí aumenta el fenómeno. En la región se producen anualmente 1.200.000 embarazos y unos 670.000 abortos entre jóvenes de 15 a 19 años. En El Salvador una adolescente da a luz cada media hora. En Paraguay paren diariamente al menos dos niñas de entre 10 y 14 años. México es el país de la OCDE con mayor número de embarazos adolescentes. Más del 31% de las mexicanas de 15 a 19 años son activas sexualmente y de ellas el 56% queda embarazada.
Por Carlos Malamud

(Infolatam) Entre las noticias de América Latina de la última semana algunas me han provocado un desasosiego mayor que en otras ocasiones. De todas ellas destaca por su dramatismo la imposibilidad de que una niña paraguaya de 10 años, violada por su padrastro, pueda abortar. Se pueden mencionar también la prohibición a Teodoro Petkfoff de viajar a España para recoger el premio Ortega y Gasset de periodismo y la renuncia de la vicepresidente de Guatemala, Roxana Baldetti, acusada de corrupción. Sin olvidar la rigidez del presidente ecuatoriano Rafael Correa, dispuesto a mantener enhiesta su solemne investidura por encima de cualquier crítica, llegando al extremo de zarandear a un joven de 17 años que no le había guardado el debido respeto.

En Paraguay, a pesar de existir una disposición legal que autoriza el aborto en caso de peligrar la vida de la madre, esta norma sólo se aplicó en una única ocasión, en 2009. Pero no estamos ante un caso aislado. En 2014 se produjeron 680 partos de menores de 15 años. Si bien entre 2008 y 2012 hubo un gobierno teóricamente de izquierdas con el ex obispo Fernando Lugo a su cabeza, durante ese período no se buscaron las soluciones adecuadas. El defenestrado presidente, generalmente tan locuaz, no ha sabido o no ha querido tomar un rol protagónico en esta ocasión.

Lo ocurrido en Paraguay remite al embarazo de niñas y adolescentes, un problema cada vez más preocupante en América Latina. Días después de conocerse este caso supimos de otro muy similar en Uruguay. Una menor de 11 años que hoy está en su tercer mes de embarazo había sido violada por la persona que convivía con su madre. Si bien aquí encontramos una situación menos rígida que en Paraguay, el asunto deberá ser decidido por un Juzgado de Familia, al ser judicializado el tema ante la imposibilidad de que las autoridades actúen de oficio.

América Latina es la segunda región del mundo después de África con mayor maternidad infantil. Sin embargo, sólo allí aumenta el fenómeno. En la región se producen anualmente 1.200.000 embarazos y unos 670.000 abortos entre jóvenes de 15 a 19 años. En El Salvador una adolescente da a luz cada media hora. En Paraguay paren diariamente al menos dos niñas de entre 10 y 14 años. México es el país de la OCDE con mayor número de embarazos adolescentes. Más del 31% de las mexicanas de 15 a 19 años son activas sexualmente y de ellas el 56% queda embarazada.

Según Marcela Suazo, directora para Latinoamérica y el Caribe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) el fenómeno responde básicamente a cuatro causas: “El nivel de ingresos, la falta de acceso a la educación, la diferencia en el acceso a los servicios en las áreas rurales respecto a las urbanas y la relación del embarazo entre indígenas y afro descendientes y las no afro descendientes”. Lo más preocupante del caso es que las gestantes menores de 16 años tienen un riesgo de muerte cuatro veces superior al de una mujer mayor de 20 años.

A los problemas de salud se unen otros sociales y económicos. En primer lugar el abandono escolar de aquellas niñas y adolescentes que dan a luz y se quedan a cargo de sus hijos, lo que redunda en más marginación, bajos salarios y menor productividad. Cuando el padre es también menor el problema se duplica. Según un estudio de la UNFPA, citado por la BBC, un país como Brasil aumentaría su productividad en 3.500 millones de dólares si las niñas y adolescentes postergaran su primer embarazo a los 20 años. La prohibición del aborto y las duras penas a él asociadas sólo agravan la situación. Esto lleva a muchas adolescentes a abortar en condiciones sanitarias precarias y con serios riesgos para su salud. En ciertos casos el suicidio termina siendo la única salida para muchas adolescentes embarazadas. En El Salvador, un caso especialmente dramático, el porcentaje alcanza el 57%.

La solución es complicada y debe ser integral. Esto implica unir educación y prevención. Ninguna por sí misma puede dar buenos resultados. Pese a ello, en Ecuador han sustituido la Estrategia Nacional de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo Adolescente por un nuevo Plan Nacional de Fortalecimiento de la Familia. Mónica Hernández, responsable de la nueva política, citó al presidente Correa para decir que el anterior plan, centrado en la distribución gratuita de métodos anticonceptivos, “incitaba al hedonismo”. En lugar de preservativos y píldoras anticonceptivas se enseñarán valores en los colegios y se impulsarán escuelas para padres. Me temo que hasta que todo eso cuaje habrá muchos “deslices” por el camino.

Un reciente artículo de El País comenzaba con la siguiente y elocuente frase: “Las niñas de 15 años deben sentir mariposas en el estómago, no las patadas de un bebé”. El embarazo de una niña o adolescente no sólo marca a hierro su presente sino también su futuro, y a veces toda su vida. Si bien la pobreza, la desigualdad y la marginalidad agudizan el problema, su tratamiento no sólo requiere la mejora de las condiciones sociales, sino también soluciones políticas. Y hasta ahora la mayor parte de los políticos latinoamericanos ha vivido prácticamente al margen de una cuestión que les supone más problemas que beneficios. El atraso de la región está anclado en la desigualdad y el embarazo adolescente sólo tiende a perpetuarla.

Fuente: Infolatam (Madrid, España)