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18.02.15

Contención: La nueva estrategia de Rusia en América Latina

En el día en que los "Cuatro de Normandía" mantuvieron largas conversaciones en Minsk por una solución pacífica a la crisis en la región de Donbas, el ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu comenzó una gira por tres países latinoamericanos: Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Por Eugene Bai

La visita del ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu a tres países de América Latina podría indicar que el Kremlin planea ampliar su presencia en la región, a pesar de la crisis económica en el país y la creciente crisis de Ucrania. 

En el día en que los "Cuatro de Normandía" mantuvieron largas conversaciones en Minsk por una solución pacífica a la crisis en la región de Donbas, el ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu comenzó una gira por tres países latinoamericanos: Venezuela, Nicaragua y Cuba. 

Como era de esperarse, expertos rusos fueron rápidos al explicar la visita como una "respuesta a las acciones de los Estados Unidos", que Moscú cree, que están moviendo las bases militares cerca de las fronteras de Rusia. 

"De hecho, representa la implementación de contención no nuclear, según lo prescrito en la doctrina militar de Rusia", dijo Leonid Ivashov, un experto militar y Presidente del Centro Internacional para el Análisis Geopolítico. "Cuáles serán los medios que se desplegarán [en los países visitados por Shoigu], buques, aeronaves o radares, son el tema de los acuerdos”.

El punto de vista de Ivashov es apoyado por Alexei Fenenko del Instituto de Seguridad Internacional de la Academia Rusa de Ciencias, que cree que la visita de Shoigu a América Latina pretendía "jugar con los nervios de Washington”.

"Fíjense cómo ni bien Estados Unidos pasó a ser activo en la Comunidad de Estados Independientes (CEI), no orientamos inmediatamente hacia América Latina", dice. "Después de la guerra de cinco días con Georgia en 2008, en diciembre de ese mismo año Nicaragua y Rusia comenzaron a hablar de cooperación en el campo de la exploración espacial y la venta de mísiles antiaéreos aumentó a la región".

Las conversaciones de Shoigu con Venezuela, Nicaragua y Cuba efectivamente se llevaron a cabo a puertas cerradas. Al parecer tocaron temas sobre cooperación militar y técnica militar, pero no hay más detalles. La cuestión sigue en cuanto a por qué el ministro de Defensa ruso necesitaba esta visita en un momento en que dirigentes políticos y militares del país tienen sus manos llenas con el conflicto en el sudeste de Ucrania.

Las metas de Shoigu en Venezuela 

Los tres países visitados por Shoigu tienen lazos militares ciertamente históricos y fuertes con Rusia. En los últimos cinco años, Venezuela solo ha recibido 24 cazas Su-30, 100.000 rifles Kalashnikov, 92 tanques T-72, helicópteros y armas de artillería antiaérea de Moscú.

Este arsenal requiere mantenimiento constante, el cual lo realizan expertos rusos en el territorio de Venezuela. Sin embargo, hay dos salvedades: en primer lugar, los acuerdos sobre el suministro de tan vasto poder de fuego fueron alcanzados bajo el ex Presidente Hugo Chávez en un momento de altos precios del petróleo, y en segundo lugar, la mayor parte fue entregada a crédito, que todavía tiene que ser pagada.

Ahora, cuando los precios del petróleo han colapsado, la inflación oficial en Venezuela el año pasado alcanzó el 68 por ciento, y las reservas de divisas del país son insuficientes para pagar su deuda externa por dos años, no se puede hablar de nuevos contratos militares con Rusia. Probablemente una de las tareas de Shoigu fue averiguar si Caracas iba a pagar las armas ya entregadas y si no, qué podría ofrecer a cambio.

¿Qué necesita Rusia en Cuba? 

En Cuba, las tareas del ministro de Defensa de Rusia fueron más modestas. Los medios de comunicación filtraron datos curiosos sobre una visita a una división de tanques parados cerca de la Habana.

"Muchos de nuestros ejemplares de hardware son únicos", explicó a su homólogo cubano, el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionaria Leopoldo Cintras Frías. De hecho, la división armada consiste en versiones híbridas de los tanques rusos T-34 y T-55. Tras el colapso de la Unión Soviética, cuando Moscú cortó los subsidios masivos a la isla, los cubanos se quedaron no sólo sin hardware nuevo, sino también sin piezas de repuesto. Así que tuvieron que ser inventivos y combinar dos tipos diferentes de tanques. En cierto modo, es una reminiscencia de los coches que surcan las calles de la Habana, que son principalmente híbridos basados en Cadillac americanos y los modelos Chevrolet de la década de 1950.

De más está decir que a Cuba le gustaría que Rusia reanudara la entrega de piezas de repuesto para su arsenal obsoleto. Sin embargo, ese contrato no puede ser considerado a largo plazo.

El foco de La Habana está puesto ahora en normalizar las relaciones con los Estados Unidos, y mientras la Casa Blanca está ocupada por Barack Obama, quien propuso la iniciativa "histórica" de reconciliar a los dos adversarios, Cuba se propone garantizar tantas concesiones como sea posible, principalmente el levantamiento del embargo económico y el libre acceso a la isla para los ciudadanos estadounidenses.

En este sentido, la visita de Shoigu a La Habana puede considerarse como rutina, desprovisto de cualquier contenido estratégico.

La intriga principal de la visita de Shoigu es Nicaragua

Las conversaciones de Shoigu con el gobierno nicaragüense fueron ligeramente más intrigantes. Como es sabido, Nicaragua fue uno de los cuatro países en reconocer a Abjasia y Osetia del Sur después del conflicto armado entre Rusia y Georgia. Tal vez la "buena voluntad" de Managua puede ser útil cuando se trate de reconocer a las repúblicas secesionistas de Donetsk y Luhansk.

Además, se informó que, durante su visita a Nicaragua, Shoigu llegó a un acuerdo para facilitar la entrada de barcos rusos a los puertos de este país centroamericano a lo largo de los litorales Pacífico y Atlántico. Pero eso no es todo.

El viaje también dio lugar a la inauguración de un nuevo centro topográfico configurado y equipado por Rusia. Un oficial nicaragüense le demostró a Shoigu un atlas topográfico del terreno sobre el cual se está construyendo el Canal de Nicaragua.

Este canal está pensado para duplicar el Canal de Panamá mediante la conexión de los océanos Atlántico y Pacífico. Los trabajos preliminares comenzaron en diciembre pasado. Está previsto que el Canal de Nicaragua entre en funcionamiento en 2019, y la construcción está programada para terminar en su totalidad en 2029.

El contratista principal es la empresa China HKND Group, que operará la ruta durante 50 años con la opción de ampliarlo por otros 50 años más. Pagará a Nicaragua $ 10 millones al año por el uso.

¿Y cuál es el papel de Rusia en este proyecto global? Bajo el acuerdo con Nicaragua, Rusia pretende garantizarse el uso de esta arteria, incluyendo para buques de guerra y aviones. En otras palabras, es obligatorio para abrir su paraguas político-militar sobre esta nueva ruta que une los dos océanos más grandes del mundo.

Hasta ahora, Washington ha reaccionado muy fríamente a los acuerdos militares de Rusia con América Latina. El Presidente Obama dijo que incluso los suministros de armas rusas a Venezuela "no le molestan". Pero ahora la situación parece ser diferente. El Canal de Nicaragua, un competidor directo en la ruta controlada por EE.UU. en Panamá, podría no sólo inclinarse hacia el equilibrio de poder en América Central, sino también revisar significativamente el mapa geopolítico del mundo. Esta preocupación ya ha sido expresada por la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua. "La embajada está preocupada por la falta de información y transparencia en muchos aspectos importantes del proyecto," según cita la declaración diplomática International Business Times.

El malestar es triple: el fortalecimiento de la presencia militar de Rusia en las aguas territoriales de Nicaragua; la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China en la región y el establecimiento del control de los competidores de Estados Unidos sobre una nueva ruta para el suministro de petróleo y otras materias primas estratégicas. También muchos ambientalistas han expresado su preocupación porque creen que el nuevo canal podría conducir a un desastre natural global, pues amenaza con contaminar el agua y acabar totalmente con la fauna del lago de Nicaragua, el lago tropical más grande en América Latina.

El reconocido columnista Andrés Oppenheimer escribe en el influyente diario estadounidense en español El Nuevo Herald que el canal representa una amenaza mayor para el planeta que el derrame de petróleo de Deepwater Horizon en el Golfo de México.

Las autoridades estadounidenses pueden contar con un cambio político en Nicaragua para obstaculizar la construcción de lo que se considera el proyecto del Presidente Daniel Ortega, o en la incapacidad del contratista chino basado en Hong Kong (que tiene una reputación dudosa y cuyo nombre está vinculado a una serie de grandes escándalos) para cumplir con el contrato, o incluso Rusia perdiendo interés en el proyecto debido a problemas económicos en casa.

De todos modos, el Canal de Nicaragua parece haber sido una de las principales razones de la visita de Sergei Shoigu a la región, haciéndose eco de la confrontación político-militar entre Rusia y Occidente en Ucrania desde el lado opuesto del globo.