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27.11.13

El posicionamiento presidencial de Cobos es «No positivo»

(7 Miradas) Más allá de los números, Cobos tiene serias dificultades para proyectarse como líder. Se suponía que su triunfo en Mendoza iba a darle un empujón importante, pero eso no ha sucedido. Por otro lado, con estos números en la mano, ¿por qué los diputados radicales deberían preocuparse por ungir a Cobos como su jefe de bloque? La actitud de victimización permanente no es una buena idea: el electorado no quiere víctimas, quiere líderes.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) ¿Cómo comienza Cobos su campaña presidencial? Con otro “no positivo”. Las palabras claves terminan impregnando la imagen de un dirigente político.

La semana pasada se quedó sin la presidencia del bloque de diputados nacionales. El contraatacó diciendo que le habían hecho una cama. ¿Cómo anda Cobos?

Imagen personal: en el último año siempre tiene más imagen negativa que positiva (2 en contra por cada una a favor). En general no supera el 23 % de popularidad.

Intención de voto para presidente: medido de manera espontánea es insignificante (en octubre 0.2 %). Medido en una lista de dirigentes una semana antes de la elección del 27 de octubre medía 2.2 %. En los últimos 12 meses su máxima fue 3.8 %.

Es cierto que los números no alcanzan para describir en profundidad la imagen de un dirigente, por lo que debe analizarse cómo se lo ve en los grupos focales. Aún entre quienes manifiestan una actitud de mayor rechazo hacia el gobierno nacional, se advierte en algunos casos críticas desde la percepción de “traidor” a los K por no haber acompañado los lineamientos propuestos desde la presidencia. A esa visión se suma la crítica por haber “abandonado” el radicalismo para establecer alianzas con el kirchnerismo en su momento: “la camiseta no se cambia”. En síntesis: nunca quedó del todo claro si fue héroe o traidor.

Tomando estas evidencias empíricas se podría entonces afirmar que su posicionamiento es –efectivamente- “no positivo”. Es alguien que, más allá de los números, tiene serias dificultades para proyectarse como líder. Se suponía que su triunfo en Mendoza iba a darle un empujón importante, pero eso no ha sucedido. Por otro lado, con estos números en la mano ¿por qué los diputados radicales deberían preocuparse por ungir a Cobos como su jefe de bloque? 

La actitud de victimización permanente no es una buena idea: el electorado no quiere víctimas, quiere líderes. Un dirigente puede ensayar alguna estratagema de víctima… de vez en cuando. Si persiste en esa actitud, a la larga la gente terminará pensando que no tiene la garra suficiente para ejercer un cargo importante.

La cultura latinoamericana privilegia al luchador, no al que se baja del ring: Reutemann y Chacho Alvarez son un buen ejemplo. Massa decidió bien. Scioli viene jugando mal. ¿Macri? Mejoró cuando se hizo cargo del subte y dejó de quejarse por las trabas de Cristina. Como dijo el “filósofo” político Giulio Andreotti: “el poder desgasta a quien no lo tiene”.

Fuente: 7miradas (Buenos Aires, Argentina)