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13.06.13

Por qué pienso que el FA va camino a perder la Intendencia de Montevideo

El FA gobierna la IMM desde 1990. Vamos 23 años, y cuando llegue el momento de la elección se completará el cuarto de siglo. Tuvo apenas dos gestiones innovadoras: la de Tabaré Vázquez (1990-1994) y la primera de las dos de Mariano Arana (1995-1999). No hace falta ser un genio para concluir que para la oposición será muy pero muy simple, cuando llegue el momento, argumentar que el FA ya tuvo su oportunidad, y que es hora de cambiar
Por Adolfo Garcé

(El Observador) Hace casi seis años me invitaron a dar una charla a propósito de la metamorfosis del MLN-Tupamaros. Ese viernes de noche, sentado entre los escasos asistentes, estaba un periodista del diario La República.

A la pasada, argumentando acerca de por qué el libro podría tener algún interés, deslicé: “Puede ayudar a entender por qué Mujica terminará siendo presidente”. Nunca imaginé que esa afirmación sería el titular principal de ese mismo diario el domingo siguiente.

Acaba de pasar algo parecido. En el programa de Alejandro Camino en Diamante FM, polemizando con mi colega Daniel Buquet, presenté tres argumentos que terminaron levantando polvareda: a) que, a pesar de la resistencia de algunos importantes dirigentes como Fernando Amado, el acuerdo político entre colorados y blancos es un hecho; b) que, por ende, y con independencia de quiénes sean sus candidatos, el FA va camino a perder la elección; y c) que el favorito para ganar la carrera por el cargo de intendente de Montevideo es el actual diputado Jorge Gandini.

Desarrollé rápidamente estas ideas y me despedí de la audiencia. No calculé que los frenteamplistas se enojarían tanto que hasta un viejo amigo, el diputado de Asamblea Uruguay Carlos Varela, consultado sobre el tema, sentenció: “Lo de Garcé no es un análisis político sino una adivinanza”.

Desde principios de 2004 vengo diciendo que, con la elección de octubre de ese año, se iniciaría una larga etapa histórica caracterizada por la hegemonía frenteamplista (la Era Progresista).

Que yo recuerde, Varela no me trató de adivino. Vengo aseverando que lo más probable es que Vázquez sea electo nuevamente presidente el año próximo.

Ningún dirigente del FA dijo: “Falta mucho”, “Ni siquiera sabemos realmente si va a ser candidato”. Sin embargo, no vacilan en cuestionar mis conclusiones cuando afirmo que pueden perder la IMM…

Desde luego, no soy el dueño de la verdad. Pero no estoy adivinando sino argumentando. Lo que dije, y reafirmo hoy, se apoya en un razonamiento.

Bueno o malo. Correcto o incorrecto. Discutible, por cierto, como cualquier otro. Que juzgue el lector.

El FA gobierna la IMM desde 1990. Vamos 23 años, y cuando llegue el momento de la elección se completará el cuarto de siglo.

Tuvo apenas dos gestiones innovadoras: la de Tabaré Vázquez (1990-1994) y la primera de las dos de Mariano Arana (1995-1999).

Las demás han sido a lo sumo regulares, por no decir mediocres (sospecho que, en su fuero íntimo, la mayoría de los dirigentes del FA están de acuerdo con esto).

La segunda gestión de Arana (2000-2004) naufragó arrastrada por la crisis del país.

La siguiente, de Ricardo Ehrlich (2005-2009) sufrió, por un lado, el agotamiento del programa (el FA ya se había quedado sin ideas) y el vaciamiento de cuadros fundamentales (que pasaron del gobierno departamental al nacional).

La de Ana Olivera nació malherida (14% de votos en blanco y anulados) y está muy lejos de entusiasmar a los vecinos de la capital.

En ese sentido, la información de opinión pública es elocuente. A comienzos de 2013, según Equipos Mori, el 39% de los montevideanos desaprobaba la gestión de Olivera; mientras tanto, 34% la aprobaba.

Estos datos ayudan a entender la intención de voto registrada casi en el mismo momento por Cifra: FA: 37%, PN: 18%, PC: 7%, PI: 1%; otras respuestas: 37% (nótese, de paso, que la intención de voto al PN casi triplica a la del PC).

No encuentro ninguna razón para pensar que el clima de opinión vaya a experimentar un cambio radical. A Ana Olivera no le falta capacidad de trabajo.

Pero ya pasaron tres años desde que asumió y la opinión pública sigue sin confiar en ella. Para colmo de males, Adeom está otra vez en pie de guerra.

El o los candidatos frenteamplistas en 2015 tendrán una tarea digna de Hércules.

Deberán convencer a la opinión pública montevideana de volver a confiar en el FA.

No hace falta ser un genio para concluir que para la oposición será muy pero muy simple, cuando llegue el momento, argumentar que el FA ya tuvo su oportunidad, y que es hora de cambiar.

Cuando al gobierno le va bien (como al FA a nivel nacional), el partido gobernante es favorito.

Cuando le va mal (como al FA en la IMM) y existe una alternativa política creíble, el favoritismo pasa a manos de la oposición.

No debería ser tan difícil de entender: el incuestionable desgaste del FA en la IMM y la inminente alianza entre colorados y blancos ponen a la izquierda al borde de la derrota.

Algunos dirigentes de izquierda, como el propio Varela, especulan con el “efecto arrastre” de la elección nacional sobre la departamental (subestimando, dicho sea de paso, la capacidad de discernimiento de los electores).

Tengo de nuevo malas noticias: les recuerdo que el supuesto “efecto arrastre” no impidió que el FA perdiera en mayo de 2010 cuatro intendencias que creía ganadas: Florida, Paysandú, Salto y Treinta Tres.

Dirán que todavía no expliqué por qué afirmo que el candidato del PN es el favorito.

Me quedé sin espacio, así que prometo desarrollar esta tercera idea otro día.

Pero adelanto una razón elemental. Como todos sabemos, hace ya un año que Jorge Gandini está trabajando para ser intendente de Montevideo.

Mientras tanto, ni siquiera sabemos quién podría ser el candidato del PC.

Adolfo Garcé es Doctor en Ciencia Política, docente e Investigador en el Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Udelar, y miembro del Consejo Académico de CADAL.

Fuente: El Observador (Montevideo, Uruguay)