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11.03.13

El apuro de Cristina con las candidaturas

(TN) Por más que la situación económica deje de empeorar, no mejorará significativamente, y la imagen presidencial puede que no siga cayendo, pero difícilmente repuntará mucho; así que lo más probable es que para mayo, cuando haya que presentar las listas que competirán en las internas abiertas de agosto, y luego en las generales de octubre, la situación será más o menos la misma que hoy, o incluso un poco peor, porque la opinión pública estará más cansada y escéptica. Conclusión: cuanto antes se definan esas listas, mejor.
Por Marcos Novaro

(TN) No escapa a nadie la íntima conexión que existe entre la indiferencia del gobierno nacional a los pedidos de fondos de La Plata y la falta de definición sobre la lista, o las listas, que el peronismo bonaerense presentará en las legislativas de octubre próximo.

Y no es que Scioli no pueda hacer nada para desarmar esa conexión, sino que lo que le exigen para lograrlo está en franca contradicción con sus planes políticos: desandar cualquier operación en gestación o en curso con Massa, De Narváez y la Juan Domingo, comprometerse a apoyar a Alicia Kirchner, incluso con su candidatura, testimonial o no tanto, y olvidarse de recuperar el control de la legislatura provincial.

Además, y por sobre todas las cosas, firmar por triplicado ya mismo esos compromisos, y dejarse de dar vueltas a la espera de que el tiempo pase y la capacidad de presión del kirchnerismo se debilite.

Se entiende también por qué para el gobierno nacional es tan urgente imponerle cuanto antes estas condiciones. De un lado, comparte en alguna medida el diagnóstico de Scioli sobre el efecto que tiene el paso del tiempo en sus recursos de poder: por más que la situación económica deje de empeorar, no mejorará significativamente, y la imagen presidencial puede que no siga cayendo, pero difícilmente repuntará mucho; así que lo más probable es que para mayo, cuando haya que presentar las listas que competirán en las internas abiertas de agosto, y luego en las generales de octubre, la situación será más o menos la misma que hoy, o incluso un poco peor, porque la opinión pública estará más cansada y escéptica. Conclusión: cuanto antes se definan esas listas, mejor.

Del otro lado, entiende bien el juego de Scioli, que en alguna medida también es el de Massa, de dejar hacer a sus seguidores más entusiastas, para que armen redes, estructura y eventualmente listas en el territorio. Y necesita abortarlo cuanto antes, porque para mayo ya puede ser tarde. Y cualquier promesa en este sentido es insuficiente: necesita garantías, que sólo pueden valer por escrito y en público.

Es por ello que en las últimas semanas se invirtieron los roles que estos dos bandos habían estado desempeñando. Scioli, Massa y sus colaboradores, que venían de ser acusados de adelantar las cosas, poner el carro delante de los caballos y lanzar candidaturas extemporáneas, no se cansan de repetir que es tiempo de gestionar y no hay apuro para hablar de las elecciones. Mientras que los kirchneristas de la provincia no hacen más que hablar de candidaturas, propias y ajenas, buscando forzar una definición y que el escenario electoral se organice cuanto antes.

Es improbable que lo consigan. A menos que quienes lideran todas las encuestas de opinión en el distrito, y también en el país, decidan rendirse con armas y bagajes y confiar en la benevolencia kirchnerista. La pregunta es, entonces: ¿logrará el gobierno nacional en mayo lo que no puede conseguir ahora?, y si no lo logra, ¿estará dispuesto a ceder, y prolongar un delicado equilibrio en el peronismo bonaerense, o preferirá correr el riesgo de una ruptura?

Tal vez el mejor negocio para Scioli y Massa es dejar que sea Cristina la que en última instancia decida, porque ellos sí tendrán plan B. 

Fuente: TN, Argentina