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29.09.11

Re-lanzamiento del Banco del Sur y emergencia del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas en el marco de los encuentros de la Unasur

Funcionarios y representantes del más alto nivel, compartieron propuestas para hacer frente a las dificultades económicas que atraviesan Europa y Estados Unidos principalmente, pero que se constituye en una amenaza latente para China, hecho que sin duda tendría serias repercusiones y un impacto negativo en la región debido a la creciente demanda de materias primas por parte del país asiático y que ha permitido el posicionamiento de las economías sudamericanas a través de sus exportaciones.
Por Clara Riveros

La Unión de Naciones Suramericanas -denominada Unasur- tiene como antecedente la Declaración de Cusco del 8 de Diciembre del 2004, con la cual surge la Comunidad Suramericana de Naciones. Los postulados expresados en su momento hicieron explícita la necesidad de "estrechar la coordinación política y diplomática, fomentar una convergencia entre el Mercosur y la Comunidad Andina, dinamizar el libre comercio, la integración física y el intercambio empresarial", principios que se ratificaron en Isla Margarita el 16 de abril de 2007, fecha en que adoptó el nombre de Unasur, que va a constituirse oficialmente en Brasilia el 23 de mayo de 2008, cuando adquiere el carácter de organismo intergubernamental.

Al día de hoy la componen 12 países y cuenta con reconocimiento jurídico a partir del 11 de marzo de este año, después de cumplir con el requisito que se exige para tal fin: que por lo menos nueve países suscriban el convenio. Colombia, Brasil y Paraguay fueron los últimos países en aprobar el tratado constitutivo, después de que lo hicieran Uruguay, Argentina, Perú, Chile, Venezuela, Ecuador, Guyana, Surinam y Bolivia.

La presidencia pro tempore del organismo la han ocupado Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador) y Caroline Rodríguez (Canciller de Guyana). En tanto que, la Secretaría General ha estado a cargo del ex presidente argentino Néstor Kirchner y de la colombiana María Emma Mejía quien detenta el cargo actualmente.

Si bien la Unasur surge con el propósito de consolidar un espacio de integración regional a todos los niveles, a saber: político, económico, social y cultural; el organismo ha sido catalogado como "una organización hasta ahora de carácter solo político". Su eficiencia y efectividad han sido cuestionadas en diferentes oportunidades por su limitada capacidad de acción en lo económico, debido a las marcadas diferencias ideológicas entre los mandatarios de los países miembros, señalando incluso mayor pro-actividad por parte de la Comunidad Andina de Naciones conocida como CAN. La Unasur, como resaltó (agosto 2011) Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina, "aún es joven y su institucionalidad difusa".

En diciembre de 2010, el diario colombiano Portafolio, se refirió en estos términos al organismo: "la actual estructura de Unasur presenta serias fisuras. En aras de un consenso permanente, el organismo ha dejado de lado reafirmar valores y no ha sido enfático en fijar directrices claras sobre la democracia, la iniciativa privada, las libertades individuales y la institucionalidad comercial (…) Es infructuoso hablar de verdadera integración comercial cuando en varios países el pago a los exportadores de terceros Estados o las facultades de expropiación se manejan conforme al albedrío caprichoso de sus gobernantes y lo que es aún peor, ¿cómo se pueden brindar garantías a la inversión cuando las reglas de juego se cambian en función de intereses afines con las doctrinas de varios gobiernos? Unasur no puede sustituir el sistema interamericano, ni mucho menos pretender una integración excluyente bajo un paraguas ideológico, pues sería un retroceso inaceptable. Más importante que una cuota burocrática, ejercida a título personal y al servicio de una estructura organizacional compleja, países como Colombia, Perú, Chile, Brasil y Uruguay deben velar por que la integración se base en los principios que han guiado su transformación y no en tolerar ambivalencias que atemorizan el comercio y generan incertidumbre".

No obstante, estas percepciones extendidas en diferentes países y difundidas tanto por analistas como por medios de comunicación, sobresalen los encuentros sostenidos en los meses recientes, encaminados a estrechar y afianzar el organismo, los escenarios fueron: la última cumbre presidencial acaecida en el mes de julio en Perú, que coincidió con la posesión del presidente Ollanta Humala y donde el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, planteó la necesidad de enfrentar el impacto de la crisis económica que viene afectando las economías más importantes del espectro global. La iniciativa del mandatario colombiano fue respaldada por la presidenta brasileña Dilma Rousseff.

Posteriormente, el 12 de agosto en Buenos Aires, se dieron cita los ministros de Economía y los presidentes de los bancos centrales, encuentro en el que sentaron las bases y quedó constituido el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas, como el órgano que se encargará en el futuro próximo de coordinar las medidas económicas frente a la crisis financiera internacional.

Funcionarios y representantes del más alto nivel, compartieron propuestas para hacer frente a las dificultades económicas que atraviesan Europa y Estados Unidos principalmente, pero que se constituye en una amenaza latente para China, hecho que sin duda tendría serias repercusiones y un impacto negativo en la región debido a la creciente demanda de materias primas por parte del país asiático y que ha permitido el posicionamiento de las economías sudamericanas a través de sus exportaciones [1].

En el marco de las reuniones de la Unasur destaca un último encuentro en agosto, realizado también en Argentina, que se llevó a cabo en el Salón Dorado del Palacio San Martín y fue presidido por María Emma Mejía, por los representantes de Guyana que ocupan la presidencia pro tempore del organismo y por el anfitrión del encuentro, Héctor Timerman. Esta cita de carácter extraordinario se abrió espacio en la V Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Foro de Cooperación entre América Latina y Asia del Este (FOCALAE).

En términos generales, dichos encuentros buscaron, como se mencionó en líneas anteriores, "unir fuerzas para evitar que los efectos de la crisis puedan frenar un crecimiento económico que, pese a las turbulencias financieras que sufren los mercados internacionales, alcanzó el 6% el año pasado".

El balance de estos encuentros y reuniones propende la cohesión regional y deja como resultado, al menos en el papel, la estructuración de un Fondo Anticíclico Regional dirigido a enfrentar la crisis financiera internacional. El mismo está conformado por un equipo que gestionará las acciones pertinentes para incentivar el comercio en la región, coordinar el uso de las reservas monetarias y fortalecer las instituciones financieras regionales; es decir: planificar el desarrollo de un sistema multilateral de pagos en monedas locales, encaminado a la desdolarización del intercambio comercial.

Estas reuniones también sirvieron de plataforma para retomar la iniciativa en la creación de una banca de desarrollo propia de la región que podría llamarse el re-lanzamiento del Banco del Sur del cual no es la primera vez que se habla, sino que se viene gestando desde 2009, considerado como la piedra angular de Unasur.

En el marco de estos espacios de diálogo entre funcionarios de los diferentes países se aprobaron dos documentos: 1. el estatuto del Consejo de Economía y Finanzas y 2. un plan de acción que abarca tres grupos de trabajo dirigidos a crear el Fondo Latinoamericano de Reservas; analizar los Medios de Pago y Compensaciones Internacionales; y a la integración de las cadenas de producción para el Comercio Interregional.

Con estas resoluciones, los grupos de trabajo cuentan con 60 días para trabajar en las definiciones y pretenden llegar a la próxima cumbre de presidentes que se realizará a finales de octubre o principios de noviembre en Asunción, Paraguay, con mayor claridad y posturas sólidas sobre estos asuntos.

Esta es la octava área de trabajo generada dentro de la Unasur y la iniciativa de fijar fechas se corresponde claramente con la necesidad de generar consensos y acuerdos más concretos dadas las diferencias entre los miembros de la Unasur respecto a la lógica instrumental de las medidas propuestas, es decir avanzar en la concreción de hechos más allá de los discursos.

De las declaraciones que han surgido como producto de estos encuentros vale la pena señalar las del Ministro de Economía argentino, Amado Boudou, quien tras el encuentro afirmó que: no se adoptarán "medidas rimbombantes", porque "los países de la región se encuentran muy bien preparados para enfrentar la crisis" [2].

Una postura moderada en contraste con la de Boudou es la de su homólogo brasileño, Guido Mantega, quien asistió al encuentro desarrollado en Buenos Aires y fue más pragmático al señalar que: "Nos tenemos que preparar también para una crisis más larga de los países avanzados".  El funcionario brasileño es partidario de que se "perfeccionen instituciones ya existentes, antes de embarcarse en la creación de nuevas" en ese sentido, propuso ampliar el existente Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) con sede en Bogotá, que fue creado en 1978 y está conformado por Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela que está habilitado para captar recursos del mercado de capitales mediante la emisión de títulos de deuda para contar con la liquidez que le permita asistir a sus miembros ante situaciones de crisis. "Como emisor, en agosto de 2010, la agencia Standard & Poor's le ratificó su calificación crediticia 'AA', es decir, investment grade".

Para Mantega, éste es catalogado como un mecanismo para enfrentar la crisis y puntualizó además que las autoridades de ese fondo donde no participan ni Brasil ni Argentina, "harán una gira promocional" por la región buscando adhesiones. Al respecto, Boudou señaló que: esa opción "será estudiada por un grupo regional cuya coordinación estará a cargo de Colombia y Ecuador", así como la creación de un "nuevo fondo de reservas u otros instrumentos que cumplan la misma función". En un punto intermedio, se encuentra el presidente del Banco Central de Ecuador, Diego Borja, quien propuso "una gestión común de las reservas de los bancos centrales".

Mantega sugirió usar "swaps" cambiarios siguiendo a los países asiáticos que implementaron esta modalidad el año anterior, se trata de mecanismos que permiten el intercambio en el monto de una moneda por un monto similar en otra y pagar una tasa de interés por las posibles diferencias de cotización existentes al comienzo y al final de cada operación. "Es un instrumento fuerte para protegerse de las turbulencias", enfatizó.

El viceministro de economía argentino y coordinador técnico del grupo de coordinación financiera Roberto Feletti, enfatizó que "trabajaremos con el objetivo de preservar el mercado suramericano frente a la crisis y a la volatilidad financiera", se pasará "revisión a toda la arquitectura financiera regional" que mueve unos "120.000 millones de dólares" en términos de comercio interregional, además de plantear como prioridad "impulsar el pago en monedas locales para que los países de la Unasur dejen de lado el dólar". El viceministro recordó que "Argentina y Brasil ya avanzaron en ese sentido, ahora el resto de los países debería tomar medidas similares".

En lo que respecta al re-lanzamiento del Banco del Sur, su importancia para la Unasur consiste en que es "su principal herramienta financiera, destinada a promover con recursos propios el desarrollo económico y obras de infraestructura para la región, al cabo de severas lecciones históricas sobre el riesgo de atarse a corrientes de préstamos extrarregionales y en un contexto de crisis, ahora, de esas mismas fuentes, principalmente las del Norte (…) La Unasur pensó esta fuente de crédito propia en pos del logro de la soberanía alimentaria, energética, de la salud, de los recursos naturales y del conocimiento, y para mejorar la competitividad, el desarrollo tecnológico, la infraestructura, generación y provisión de servicios, la complementariedad productiva intrarregional y la maximización del valor agregado a las materias primas", según destacó Jorge Argüello Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

Frente a esa iniciativa, el funcionario brasilero Guido Mantega se ha mostrado prudente desde un comienzo, es decir desde que se planteó la iniciativa dos años atrás, él hizo manifiesta la preferencia de Brasil para adherirse a criterios bancarios convencionales: "El Banco del Sur debe ser un banco de desarrollo con las normas del mercado que exija garantías y tenga capitales muy transparentes para la asignación de recursos de aplicación de la cual, al fin y al cabo, todos nosotros somos responsables. Los recursos pertenecen a los países... y serán económicamente supervisados como cualquier otro recurso de la tesorería pública".

Por la misma época y mucho más crítico con esa idea, se expresó Roberto Teixeira da Costa, miembro de la Junta del Banco Itau Holding Financeira S/A y Sul America SA, quién señaló que: "Mi reacción inicial ante la creación del Banco del Sur fue negativa y esta percepción no ha cambiado. Todavía tengo la sensación de que una entidad como esa va a superponerse parcialmente con otros medios dedicados a financiar la región, no sólo el BID como se ha indicado, sino también la Corporación Andina de Fomento (CAF), la cual se dedica por entero a financiar a la región, sobre todo en los proyectos de infraestructura de urgente necesidad. Además del BID y el CAF, el BNDES y el FonPlata de Argentina también se encuentran en grado de financiar a la región. Lo que la región necesita son proyectos sólidos y viables que sean financiados. En general, creo que existen recursos disponibles y no ausencia fondos. Por tanto, sigo pensando que el Banco del Sur es un proyecto inducido sobre todo por las aspiraciones políticas del presidente Hugo Chávez de ejercer una influencia más fuerte en la región basada en sus petrodólares, aunque como se le considera tan genial para la región, no me sorprendería que el proyecto recibiera apoyo. Si el banco se pone en marcha, no creo que suponga una amenaza para los prestamistas multilaterales. Dudo del éxito de entidades financieras políticamente dirigidas", el presidente venezolano se había referido al Banco del Sur como una propuesta "política y no técnica".

En ese momento el ministro del Poder Popular para las Finanzas de Venezuela Rodrigo Cabezas afirmó que "el Banco del Sur establecerá un precedente mediante la creación de una institución financiera multilateral libre del derecho a veto sobre proyectos y políticas por parte de los accionistas no regionales. El banco proporcionaría una alternativa diferente a la de pedir prestado al Banco Intermericano de Desarrollo, al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial". Así mismo enfatizó en que Venezuela "va a proponer que una cláusula sea incorporada a los estatutos del banco que impida que cualquier país posea mayoría accionaria, así como otras cláusulas que impidan la aplicación de los mecanismos de ajuste empleados por el Banco Mundial, el BID y el FMI". Un tema central ha sido el poder de decisión de cada uno de los países participantes, ya que en organismos como el FMI el poder es directamente proporcional el poder decisivo y los aportes y contribuciones que hacen, Brasil se inclinó en principio por una lógica de este tipo, es decir, que abogó porque el "derecho a voto se relacionara con el aporte de capital de cada país", en tanto que, Venezuela ha sido partidaria de la igualdad en términos representativos y poder decisor de todos sus miembros, al margen de sus aportes.

Por su parte, Pedro Páez, representante económico de Ecuador en la Unasur le apuesta a "un nuevo orden mundial",  una América Latina con instituciones propias y con el Banco del Sur  "una alternativa al Fondo Monetario", Páez respondió a Infobae América en días recientes que: "Hay muchos países a los que entusiasma la idea. Quedan algunos temores por la presión de viejas ideas dogmáticas que no nos permiten avanzar. En el caso de Brasil, hay que tener en cuenta las pujas internas. El presidente de Colombia, que es claramente de derecha, dijo que hay que hacer algo porque la crisis se nos viene encima. Queremos avanzar en una moneda común, con el Banco del Sur y en una alternativa al FMI".

Se refirió a la posición de Brasil en la última reunión de ministros de Economía en Buenos Aires afirmando que no cree que el país esté en contra de la iniciativa sino que obedece a que la economía de Brasil "es más compleja", porque en ella inciden empresarios y trasnacionales.

Calificó el rol del Banco del Sur como "el brazo financiero de la Unasur", en la medida que, "están dadas las condiciones para que las economías reciclen recursos productivos en el continente. Debemos insistir en la soberanía alimentaria y energética de la región, en una red de ferrocarriles para el continente y en financiar a la economía con una lógica productiva" y criticó a Europa por "sincronizar las políticas de austeridad", con lo que cuál "no se relanza la economía".

Tendiente a ese proyecto no puede desconocerse el  debate de los diputados argentinos en el Congreso de la Nación, en los primeros días de septiembre, frente al tema de la adhesión de Argentina al Banco del Sur, como instrumento regional y política de Estado. Por ejemplo, Jorge Argüello, representante argentino ante la ONU, expresó que esta será "una iniciativa legislativa clave para la economía del país" valga decir, iniciativa aprobada con 210 votos a favor y ninguno en contra y promovida desde el oficialismo. De esta manera, Argentina pasa a ser formalmente el cuarto país que ratifica el convenio de creación del Banco del Sur como nuevo organismo de crédito regional, después de Venezuela, Ecuador y Bolivia. Los países que realizarán los aportes más significativos en principio son: Argentina, Brasil y Venezuela,  2.000 millones de dólares cada uno en acciones, en cinco años, seguidos de socios como Ecuador y Uruguay con 400 millones y Bolivia y Paraguay con 100 millones.

El funcionario también considera que "el Banco del Sur no sólo ayudará a reducir asimetrías dentro de la Unasur y a fortalecer la integración regional. Supondrá en la práctica crear un fondo para desarrollo de proyectos con un capital inicial de 7 mil millones de dólares -y esto es de lo más importante- sin depender de organismos financieros internacionales" afirma que la lectura debe darse en estricto sentido y consonancia con "la decisión de avanzar en mecanismos de intercambio comercial con monedas propias y de coordinar el uso de reservas, tomada por los ministros de Economía de la Unión, que constituyeron ya el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas".

Sobre este particular se pronunció el presidente de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME), Francisco Dos Reis, quien valoró positivamente el ingreso y la adhesión del Congreso a la creación del Banco del Sur, expresó que: "constituye un avance fundamental en la independencia económica del bloque del Cono Sur a nivel mundial. Nos alegra el gesto político de la oposición, que ha tenido una actitud constructiva al aprobar este proyecto que implica un verdadero avance para el país (…) se trata de una señal de madurez, lejana al tradicional mecanismo de obstrucción y palos en la rueda que suelen ser moneda común en los sectores contrarios a los oficialismos (…) no se trata de una mera herramienta económica, sino que la entidad tiene que ver con un fenómeno aún más profundo. Es un paso en estos 200 años de luchas por la independencia de nuestras naciones (…) en momentos donde la crisis financiera empuja a los países centrales a tomar decisiones erróneas de ajuste y recorte presupuestario, la región avanza en la financiación de la actividad productiva".

La APYME afirmó en un comunicado que dicha decisión "constituye una decisión fundamental en momentos en que la crisis internacional afecta a los países que aún confían en los mandatos del neoliberalismo" y que dicho organismo es un instrumento positivo porque "tiende a brindar seguridad y fortaleza a las industrias de los distintos países, ya que el objetivo de los créditos apunta a la complementariedad productiva interna y regional (…) de esta forma se promoverá con recursos propios obras de infraestructura que estimulen el desarrollo económico de la región (…) la nueva entidad permitirá la maximización del valor agregado de las materias primas, apuntalando el mercado interno (…) Este instrumento impulsado junto a otras seis naciones integrantes de la Unasur, reafirma un rumbo común orientado hacia objetivos de mayor autonomía con justicia social y equidad distributiva".

Finalmente, el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro dijo a Telesur en días recientes que con la aprobación del Tratado Constitutivo del Banco del Sur se afirmó la integración y el desarrollo de los pueblos del continente a partir de esta iniciativa  y subrayó "en las próximas semanas o antes de que finalice el año ya estaríamos entrando en operaciones, inaugurando la sede principal en Caracas y las sub sedes en Buenos Aires y La Paz para entrar a la demostración práctica de que es necesaria la construcción de un banco de desarrollo que se adapte a las necesidades y posibilidades de nuestros países".

Al día de hoy el Banco del Sur ha sido ratificado por Ecuador, Bolivia, Venezuela y Argentina, están pendientes Brasil, Uruguay y Paraguay. Sólo queda esperar y ver como sí con el paso del tiempo los propósitos comunes de los países miembros de la Unasur llegan a concretarse y trascienden del discurso a la realidad.

[1] Gremios y empresarios en los distintos países latinoamericanos han expresado preocupación y han destacado la importancia de China en materia comercial, así lo hizo notar Luis Carlos Villegas presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) de Colombia: "Es una economía que jalona el crecimiento mundial. De China depende el precio de los productos básicos, dependen los precios de la energía, de los alimentos. Y si tiene una desaceleración tendría consecuencias a la baja sobre los precios de los productos que exportamos".

[2] Sin hacer explícita referencia a este hecho en particular, la visión de los gremios y empresarios es relativa y responde a condiciones particulares de cada país,  puede llegar  a contrastar con la de Amado Boudou, por ejemplo, el empresario colombiano citado en líneas anteriores, destacó en la primera jornada de la Asamblea de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia acaecida en Cartagena en días recientes que: "la economía Colombiana está mejor preparada que hace unos años para enfrentar estos tiempos de incertidumbre, pero eso no quiere decir que el país sea "inmune" a lo que ocurre afuera, esta posición compartida por otros empresarios como el presidente de El Cerrejón, León Teicher. Villegas subrayó que: "Este es un mundo interconectado, donde definitivamente cualquier cosa que suceda, y más en mercados tan importantes como el de Europa y el de Estados Unidos, se traduce en consecuencias para todos los países".

Clara Riveros es asistente editorial de www.analisislatino.com