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24.06.11

Cuba: la sociedad civil ha dejado los pañales

(Revista Digital Convivencia) Lo bello y original de la sociedad civil es que no necesita ni puede ser una unidad monolítica. Han intentado convertirla en eso, pero el fracaso ha sido el fruto. Por el contrario, la articulación y la armonía en el aparente caos de la diversidad es lo que más excita a unos e irrita a otros. Yo me encuentro del lado de los primeros. Se encuentran en un mismo espacio, un maestro yogui, rastafaris, rockeros, cibernéticos, rumberos, gays y cuanto ser hay y todos y cada uno tiene un lenguaje común desde su identidad y colabora en disímiles proyectos, que pueden ir desde la política partidista hasta un simple performance artístico, o un proyecto en beneficio de niños y niñas enfermos, o aprender a hacer periodismo ciudadano, o educarnos a participar responsablemente en medio de la sociedad, aprendiendo y enseñando economía, gestión empresarial con responsabilidad ciudadana y muchos, muchos más. Esa es la sociedad civil cubana, tantas veces talada y otras tantas regeneradas. Ella es su propia cura, esa es su gran virtud, que quiere ser actriz principal y no correa de transmisión de ningún poder, y lo está logrando, por el momento con pequeños proyectos, que no por esto dejan de tener un gran impacto en el país y fuera de él.
Por Juan Carlos Fernández Hernández

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