Artículos

30.01.11

América Latina y la Diplomacia Comprometida en Cuba

Resulta muy lamentable que entre los 16 diplomáticos nominados no haya ningún latinoamericano, en especial porque el Premio que otorga CADAL tiene precisamente como antecedente los gestos de solidaridad internacional por parte de gobiernos y funcionarios extranjeros durante las dictaduras militares del Cono Sur.
Por Gabriel C. Salvia

El 10 de diciembre pasado, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), anunció los ganadores del “Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba, 2009-2010”: la holandesa Caecilia Wigjers, el sueco Ingemar Cederberg y el alemán Volker Pellet.

Sobre la importancia de esta iniciativa, Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, expresó: “El régimen de los Castro también ejerce su enorme capacidad de intimidación sobre los diplomáticos y corresponsales extranjeros: la mayoría de los diplomáticos optan por ‘no buscarse líos’, y pasarla lo mejor posible. Esta realidad refuerza la necesidad y legitimidad del Premio a la Diplomacia Comprometida”.

Para Dagoberto Valdés, vocero del Proyecto Convivencia, en Pinar del Río, la funcionaria holandesa premiada “Fue una consejera según la diplomacia de los nuevos tiempos en que los derechos humanos tienen la primacía sobre los intereses comerciales o ideológicos”. Asimismo, respecto al diplomático sueco, Valdés destacó que “fue un interlocutor de los diferentes activistas de la sociedad civil cubana. Su aporte a la apertura de una sala de internet en la Embajada sueca fue una obra ingente de laboriosa paciencia y perseverancia”.

Por su parte, la bloguera Yoani Sánchez reconoció sobre el diplomático alemán que “Su estancia en Cuba coincidió con momentos de mucha tensión y de alta represión contra los grupos disidentes. Volker fue víctima también de una campaña de difamación oficial, su rostro y su nombre fueron difundidos en la televisión cubana acompañados de fuertes acusaciones. Acompañó en más de una peregrinación a las Damas de Blanco y fue un promotor incansable de nuevos fenómenos informativos y de expresión”.

Resulta muy lamentable que entre los 16 diplomáticos nominados no haya ningún latinoamericano, en especial porque el Premio que otorga CADAL tiene precisamente como antecedente los gestos de solidaridad internacional por parte de gobiernos y funcionarios extranjeros durante las dictaduras militares del Cono Sur.

En el caso argentino, debería esperarse un cambio significativo respecto a la situación en Cuba. Es que una de las voces que propuso una política exterior comprometida con los Derechos Humanos en la Isla fue la del actual Canciller Héctor Timerman, quien en un elocuente artículo publicado el 23 de enero de 2004 en la revista Debate, señalaba: “Si este gobierno no desea convertir a los derechos humanos en una política de Estado, al menos debería ser más solidario con los familiares de los presos políticos. Por ejemplo, en relación a Cuba, correspondería recibirlos, confortarlos y ser sus voceros frente al régimen castrista. ¿De qué sirve celebrar nuestras fechas patrias en la embajada argentina si en ellas están ausentes los disidentes?”

Pero peor que el caso de la Argentina parece ser el de Brasil. En efecto, el periodista independiente cubano Julio Aleaga Pesant planteó que “Si existe un Premio de Diplomacia Comprometida, debiera existir el anti premio, para aquellos diplomáticos más serviles a la tiranía, cuyas acciones pongan en ridículo con más énfasis a sus gobiernos”.

En consecuencia, Aleaga Pesant consideró que “el anti premio pudiera ser entregado al ex embajador brasileño Bernardo Pericás Netto, el típico embajador latinoamericano alejado de los problemas libertarios de la nación cubana.  Sobresalió por el ridículo en que puso al Presidente Lula durante su visita a La Habana. Lula, mostrando total ignorancia ante la prensa internacional, comparó al mártir Orlando Zapata Tamayo, con los ladrones de Sao Paulo. El embajador fue retirado y oficialmente se comentó que regresaba a Brasilia ‘enfermo’”.

En definitiva, sería auspicio escuchar sobre un diplomático latinoamericano lo que Elizardo Sánchez expresaba sobre la funcionaria holandesa premiada: “Durante su estancia en Cuba, la Sra. Wijgers mantuvo una posición de verdadera solidaridad humana hacia el pueblo cubano y de apoyo moral a nuestros pacíficos esfuerzos para que la situación de DD.HH. mejorase en la Isla”.

Gabriel C. Salvia es titular del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).