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05.08.10

El ajuste “neoliberal” de Raúl Castro

En los lugares de trabajo ya están apareciendo listados, que la gente se vuelca a leerlos con angustia. Si de verdad van por un ajuste de un millón de personas, más vale que los viejos carcamales del PCC tengan algo bien pensado, porque si no se les viene la estantería encima.
Por Pablo Díaz de Brito

Hubo que esperar toda la tarde del domingo 1 de agosto, pero al final salió: Raúl Castro anunció ante el Parlamento cubano el ajuste estatal. Un millón de empleados estatales son, dijo, "excedentes" (!), y propuso como salida que se hagan cuentapropistas (!).

Ni Carlos Saúl Menem en la Argentina llegó a tanto: ¡Este Raúl resultó un neoliberal de los 90! Si creen que exagero, aquí está la versión completa del discurso del compañero presidente Raúl según Prensa Latina: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=210088&Itemid=1

A no engañarse por el comienzo. El discurso emplea una vieja táctica del régimen: negar de plano cualquier cambio, denostar a la prensa extranjera por adelantar el ajuste con argumentos no casualmente idénticos a los que usa el kirchnerismo en la batalla de la ley de medios (los periodistas son obligados a contar las mentiras que les ordenan sus amos capitalistas), para, luego de subrayar el apoyo unánime de todo el aparato estatal-partidario (consejo de ministros, buró político, etc), anunciar el ajuste.

El párrafo clave comienza así: "Hablando de temas sensibles, debo informarles que...". Antes, Raúl había preferido referirse a la creación de dos nuevas provincias y a la reforma del código vial, asuntos de primerísima importancia para la revolución. Luego, vino el asuntillo tratado bajo el adjetivo de "temas sensibles": que hay un millón de empleados excedentes (adjetivo usado reiteradamente por Raúl, en este discurso y en otros anteriores). Y bueno, ¿algo se debe hacer finalmente con toda esta gente, no?

Una medida parece decidida: terminar con el salario igualitario, una vieja bandera del régimen. Ahora, a cada cual su salario según produzca, aseguró Raúl, muy enfadado. Pero el problema es ese milloncito. En un país de unos 11 millones de habitantes, donde cinco millones trabajan para el Estado y donde el Estado es dueño del 95% de la economía.

Para el primer trimestre de 2011 estará concluida la primera fase del ajuste, auguró Raúl. Que postula como aliciente para los excedentes el cuentapropismo: Deja vú de los 90. Pero Menem al menos les daba, a los estatales excedentes, una suculenta indemnización en dólares.

El modelo adoptado en la isla es el de las barberías, adelantado unos meses atrás a modo de prueba piloto. Hay 1500 peluquerías en Cuba, todas estatales (aunque uno sepa que el sistema es así, no dejan de impresionar datos surrealistas como estos). En algunas se les dio a los peluqueros la opción de pagar un alquiler, además de un impuesto a las ganancias, a cambio de trabajar, esta vez en serio, para ellos mismos y dejar así de ser estatales improductivos. El viejo mecanismo del estímulo individual, de la ganancia para sí, el capitalismo en suma.

Ahora bien, no es posible que al millón de excedentes se los reubique de esta forma indolora y protocapitalista. Simplemente, la fórmula de los barberos estatales devenidos cuentapropistas no se puede extender a las legiones de burócratas, maestros, enfermeros, y etc, etc, etc. Acá se le va a complicar a Raúl y a la vieja nomenclatura. De ahí tantos meses y años de dudas, de medias palabras. Contaba Yoani Sánchez en un posteo de hace unos días, que en los lugares de trabajo ya están apareciendo listados, que la gente se vuelca a leerlos con angustia. Si de verdad van por un ajuste de esta magnitud, más vale que los viejos carcamales del PCC tengan algo bien pensado, porque si no se les viene la estantería encima.

Ah, un detalle: el comandante Fidel no asistió al discurso de su hermano menor. ¿Recaída de paciente terminal o enfado ortodoxo?

Pablo Díaz de Brito es periodista y Miembro de la Red Puente Democrático Latinoamericano.