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17.03.25

Beijing: insuficiencias + frenos

El informe «A 30 años de Beijing» consigna, entre otros varios puntos, que «la mitad de las mujeres de América Latina y el Caribe se encuentra fuera del mercado laboral, lo que limita su autonomía económica y el desarrollo de la región para alcanzar la prosperidad compartida». En zonas rurales, 1 de cada 4 adolescentes ha tenido hijas o hijos; en estas zonas rurales y de la Amazonía, 1 de cada 3 padres y/o madres hacen uso de castigos físicos en contra de sus hijas e hijos.
Por Hugo Machín Fajardo

A 30 años de la conferencia de Beijing no podía ser peor el momento para evaluar avances y retrasos ocurridos en la condición de género en las últimas tres décadas.

La División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con el apoyo del programa de cooperación entre ONU-Mujeres y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), presentan en marzo el denominado «Proyecto de informe regional sobre el examen de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing a 30 años de su aprobación —acordada por 189 gobiernos en 1995— en sinergia con la implementación de la Agenda Regional de Género».

En el extenso documento se evalúan diversos aspectos de la condición de la mujer en la región. La investigación define la situación previa al segundo ingreso de Trump a la Casa Blanca, como una «crisis en cascada» en los temas «estructurales de la desigualdad de género».

El cierre de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), supone miles de millones de dólares que más de 120 países dejan de recibir y daña directamente un conjunto de programas de asistencia a la equidad de género que se desarrollan en Latinoamérica y el Caribe.

El alto comisionado para los Derechos humanos de la ONU, Volker Türk, denuncio el martes 3 de marzo que «las políticas destinadas a proteger las personas contra la discriminación se califican ahora de discriminatorias». Y en concreto sobre este tema: “los avances en materia de igualdad de género se han reducido a nada».

En las conclusiones del informe preliminar, página 331, —sometido a estudio entre el 10 y 21 de marzo por la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) en Nueva York— se afirma que «según las últimas estimaciones y la tendencia registrada hasta 2022, se estima que alrededor de 20 millones de mujeres y niñas de América Latina y el Caribe vivirán en condiciones de pobreza extrema en 2030. Además, en 2022, el índice de feminidad de la pobreza indicaba que por cada 100 hombres que vivían en hogares pobres, había 118 mujeres en la misma situación» (CEPAL/ONU-Mujeres, 2024).

Los avances en la reducción de los feminicidios se han estancado y se mantienen en «una meseta obstinadamente alta en la mayor parte de la región» según otro informe, en este caso de Americas Quarteley, elaborado en Buenos Aires y Santiago por tres investigadoras [*]

En 2022, la tasa de víctimas de feminicidios por cada 100.000 mujeres oscilaba entre 0,4 y 6,0 en América Latina y el Caribe. Mejor que África y Asia, pero peor que Oceanía y Europa, según estudio de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

Estas cifras pueden estar infravaloradas debido a los diferentes criterios de los países de la región para medir los feminicidios, pues hay países donde solamente se incluyen en esa categoría delictiva los homicidios cometidos por parejas o exparejas. «Las victimas desaparecidas no se contabilizan en ocho países latinoamericanos, y lo mismo ocurre en seis países cuando el agresor se suicida después de matar a la víctima», agregan las autoras del informe sobre feminicidios.

Los países de la región con mayor tasa de feminicidios por cada 100.000 mujeres en 2022, fueron: Honduras (6 -309); R. Dominicana (2.9-163); El Salvador (1.6- 53); Uruguay (1.6 - 28); Bolivia (1.5 - 94) México (1.5 - 976) y Brasil (Tasa 1.3 -1.437).

El informe «A 30 años de Beijing» consigna, entre otros varios puntos, que «la mitad de las mujeres de América Latina y el Caribe se encuentra fuera del mercado laboral, lo que limita su autonomía económica y el desarrollo de la región para alcanzar la prosperidad compartida», así como que «la división sexual del trabajo y la organización social del cuidado siguen siendo la principal barrera al desarrollo inclusivo con igualdad de género, la prosperidad compartida y el trabajo decente».

Una aproximación, con base a otras investigaciones, a la situación de las niñas en algunos de los países de la región, nos dice que:

—     El 71% de adolescentes y jóvenes consultados en Bolivia sobre el cumplimiento de los derechos de las niñas cree que en su país se discrimina a las niñas y adolescentes. El sondeo fue realizado por U-Report, Unicef abril 2024.

—     La OIT documenta que en Perú persisten «carencias institucionales, normativas y materiales que configuran urgentes retos pendientes en la tarea de promover de manera efectiva que la infancia y la adolescencia tengan acceso garantizado a servicios de calidad en materia de salud, educación y protección, de forma oportuna y equitativa».

En zonas rurales, 1 de cada 4 adolescentes ha tenido hijas o hijos; en estas zonas rurales y de la Amazonía, 1 de cada 3 padres y/o madres hacen uso de castigos físicos en contra de sus hijas e hijos.

En salud, 3 de cada 10 menores de 12 meses no tienen vacunas completas y 4 de cada 10 menores de 35 meses tienen anemia; mientras que 5 de cada 10 menores de 12 meses no presentan adecuadas interacciones con su cuidador, según la Encuesta Nacional de Salud, 2023.

En el aspecto educativo, señala la OIT, también existen indicadores muy preocupantes: solamente alrededor de 16 de cada 100 estudiantes de secundaria alcanzan logros satisfactorios en lenguaje y matemáticas, y solo 8 de cada 10 culmina ese nivel a edad oportuna, cifra está que se reduce cuando viven en hogares en condición de pobreza o en zonas rurales.

—Unicef documentó en 2023 que casi 4 millones de niños en Venezuela tienen necesidades básicas insatisfechas. Según cálculos de la agencia de la ONU, 7,7 millones de personas viven en la pobreza, con carencias acuciantes, de los cuales 3,8 millones son niños y adolescentes que requieren asistencia humanitaria. Entre marzo y julio se registraron 1.254 violaciones a la integridad personal y los derechos de niños, niñas y adolescentes en Venezuela.

Uno de los numerosos indicadores sobre la condición de la mujer en Colombia, el de la tasa de desocupación (TD) según sexo y brecha de género, demuestra que a enero 2025 la TD masculina es de 8,6%; la TD en mujeres, es de 15,8% y la brecha de 7/,2%.

Sin perjuicio de los avances registrados desde 1994, el panorama regional no es positivo. Los cuestionamientos a lo que deslealmente se denomina “ideología de género» —en realidad una muletilla que encubre el intento de frenar los logros de tres décadas— hoy reciben explícito respaldo desde la Casa Blanca.

 

[*] Laura Glanc, Tatiana Rein Venegas y Alejandra Otamendi. Americas Quarterly. Buenos Aires-Santiago