Venezuela y el principio de la no indiferencia
Las redes sociales potencian la denuncia y solidaridad del mundo, y en especial de la región, para con la ciudadanía venezolana enfrentada a una banda de atracadores atrincherados en la estructura estatal y protegidos por las armas apuntando contra la sociedad civil.Por Hugo Machín Fajardo
«Si les digo que no luchen, lo sentirán, pero lucharán. Si les digo que luchen, se alegrarán, y yo, que no soy un hombre muy valiente, les haré un poco más valientes».
La luna se ha puesto, Steinbeck
Hechos convergentes en la actualidad de Venezuela:
- Salvoconducto de salida del país con todas las garantías para Nicolás Maduro ofrecido por María Corina Machado el 8 de agosto, y un pedido de la lideresa opositora al presidente de Colombia, Gustavo Petro, de que respecto a Venezuela tenga una postura «firme y ajustada a los valores democráticos»; y el ofrecimiento de asilo político al dictador hecho por el presidente de Panamá José Raúl Mulino.
- Propuesta del presidente Lula da Silva conocida el jueves 15 de agosto: nueva elección y/o gobierno de coalición, a partir de que Maduro no ha demostrado haber ganado las elecciones del 28 de julio.
- «Venezuela es un animal nuevo», definición del político y académico chileno Sergio Bitar, exministro de los presidentes Salvador Allende, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet; experto en transiciones democráticas.
- Silencio del presidente mexicano Andrés López Obrador (AMLO), quien deposita su posición acerca del robo electoral del 28 de julio en lo que resuelva el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, órgano de bolsillo de Maduro. ¿Se desligaría de Brasil y Colombia?.
- Lo que resuelvan los presidentes Lula y Petro, más allá de exigir que se verifiquen las actas electorales que Maduro no ha podido presentar…simplemente porque no existen actas que demuestran el triunfo chavista.
Las cinco situaciones convergen en un nuevo concepto en las relaciones internacionales que es el «principio de la no indiferencia» entre los Estados, vinculado directamente a la mayor o menor vigencia de los Derechos Humanos de sus ciudadanos.
Este principio nace de la mano de la práctica conocida como «intervención humanitaria» consistente en una intervención militar en un estado en que facciones armadas violan a gran escala los derechos humanos, cometen genocidio, provocan hambrunas o violaciones graves del derecho humanitario internacional. La intervención humanitaria aplicada en la ex Yugoslavia, Ruanda, Haití, y otros países, ha tenido resultados opinables y no cuenta con aprobación en todos los estados. No obstante, en la segunda mitad del siglo XX desde la sociedad civil surgieron entidades convocadas por la situación sufrida por las personas como tal, no ya por cuestiones de soberanía estatal atinente al principio de «no intervención». Ya fuera en conflictos que enfrentaban a dos Estados, o por la violación de derechos humanos de civiles efectuada por dictaduras militares que actuaron y actúan como auténticos ejércitos de ocupación en su país, —novelado por Steinbeck en «La luna se ha puesto», publicado en 1942— surgieron Amnistía Internacional; Médicos sin Fronteras; Médicos del Mundo, Save the Children, Human Rights Watch, entre otras organizaciones de la sociedad civil. Son ONG creadas como consecuencia de la responsabilidad de la sociedad civil precursoras del principio de no indiferencia. Las redes sociales potencian la denuncia y solidaridad del mundo, y en especial de la región, para con la ciudadanía venezolana enfrentada a una banda de atracadores atrincherados en la estructura estatal y protegidos por las armas apuntando contra la sociedad civil.
Cuando Bitar alude a «animal raro» lo dice con base a su estudio de distintos procesos de cambio desde sistemas autoritarios a democráticos: F. W. de Klerk y Thabo Mbeki (Sudáfrica); John Kufuor y Jerry Rawlings (Ghana); Fidel V. Ramos (Filipinas); B. J. Habibie (Indonesia); Felipe González (España); Aleksander Kwasniewski y Tadeusz Mazowiecki (Polonia); Fernando Henrique Cardoso (Brasil); Patricio Aylwin y Ricardo Lagos (Chile); Ernesto Zedillo (México).
Las dictaduras latinoamericanas todas han sido militares. En Venezuela esta dictadura es un animal nuevo que parece como híbrido.
«¿Qué pasa con los militares venezolanos? En Chile se fijó una fecha plebiscitaria y un militar [Fernando Matthei] es el que tranca a Pinochet que quería hacer lo mismo que Maduro», dijo Bitar entrevistado por la emisora La W de Bogotá.
«Pensaba que había militares que podrían tener cierta autonomía, de no depender de un solo personaje. Pero no. Sin autonomía de los militares respecto del poder y sin respeto por el voto popular, no se puede salir», prosigue el exministro chileno.
Bitar se pregunta si la actitud castrense venezolana «¿es porque hay 300 generales y ninguno tiene poder, es porque descabezaron a los militares después de 2002, es porque les temen a los colectivos chavistas? …No sé lo qué pasa con los militares venezolanos», concluye.
Que la oposición se mantenga unida, que se mantenga la presión internacional y nacional sobre los militares y al mismo tiempo mostrarles que hay un camino diferente sin «seguir acercando Venezuela a Cuba, que es un camino desastroso”, resume Bitar.
En opinión del experto chileno, el cuadro internacional actual es diferente del existente en tiempos de otras transiciones, como la de Polonia, encausada por Tadeusz Mazowiecki, (1989-1991), que, a su juicio, tuvo algunos elementos comunes con lo que ocurre hoy en el país caribeño: «Hoy EEUU tiene menos poder. [La dictadura de Venezuela] se trata de un animal distinto. Maduro estuvo sostenido por Rusia que no estaba en guerra, por una China que no tenía problemas de tensión con EEUU, ni hay una Cuba igual a la época de Chávez, ya que su poder relativo ha bajado bastante. En el espacio en que se mueve Venezuela se ha reducido el apoyo. Hay otros sectores que deben dar una palabra y eso no se ve», en alusión a lo que podría incidir una postura firme de Brasil, Colombia y México.
La OEA negocia a estas horas una nueva resolución en la que reiteraría el pedido de la entrega de los resultados oficiales de las elecciones del 28 de julio; la revisión independiente de esos resultados y el reclamo de poner fin a las violaciones de los DDHH. El último reporte del panel de 4 expertos electorales de la ONU determinó que el Consejo Nacional Electoral del chavismo incumplió medidas de «transparencia e integridad básicas» en el manejo de las actas electorales; y según The Washington Post, la administración Biden le muestra una puerta de salida a Maduro. Por ahora la Casa Blanca no ha reconocido a Edmundo González como presidente electo.
La nueva elección sugerida por Lula, en caso de contar con las garantías que no hubo el 28 de julio y de ser auditadas internacionalmente, podría constituir un paso hacia la transición. Dependerá de la oposición venezolana que ya había declarado no estar de acuerdo con esa opción.
La emigración venezolana podría incrementarse —y no es un problema menor— si Maduro se mantiene por la fuerza en el poder. La región, en especial Colombia que ha recibido 2,8 millones de venezolanos y viviría una nueva ola migratoria, y los EEUU, son los principales interesados en que no aumente el flujo migratorio que bordea los 7,5 millones de venezolanos exiliados.
En tanto en el país, la oposición convoca a una multitudinaria manifestación pública en las principales ciudades venezolanas para el sábado 17 de agosto en un contexto represivo que ha cobrado por lo menos 25 vidas y llevado a la cárcel a 117 menores de entre 14 y 17 años, 14 indígenas, 17 personas con discapacidad y 182 mujeres, según diferentes fuentes. HRW reporta además 20 desparecidos, más de 90 heridos y un total de 2.200 capturas.
«Si les digo que no luchen, lo sentirán, pero lucharán. Si les digo que luchen, se alegrarán, y yo, que no soy un hombre muy valiente, les haré un poco más valientes».
La luna se ha puesto, Steinbeck
Hechos convergentes en la actualidad de Venezuela:
- Salvoconducto de salida del país con todas las garantías para Nicolás Maduro ofrecido por María Corina Machado el 8 de agosto, y un pedido de la lideresa opositora al presidente de Colombia, Gustavo Petro, de que respecto a Venezuela tenga una postura «firme y ajustada a los valores democráticos»; y el ofrecimiento de asilo político al dictador hecho por el presidente de Panamá José Raúl Mulino.
- Propuesta del presidente Lula da Silva conocida el jueves 15 de agosto: nueva elección y/o gobierno de coalición, a partir de que Maduro no ha demostrado haber ganado las elecciones del 28 de julio.
- «Venezuela es un animal nuevo», definición del político y académico chileno Sergio Bitar, exministro de los presidentes Salvador Allende, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet; experto en transiciones democráticas.
- Silencio del presidente mexicano Andrés López Obrador (AMLO), quien deposita su posición acerca del robo electoral del 28 de julio en lo que resuelva el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, órgano de bolsillo de Maduro. ¿Se desligaría de Brasil y Colombia?.
- Lo que resuelvan los presidentes Lula y Petro, más allá de exigir que se verifiquen las actas electorales que Maduro no ha podido presentar…simplemente porque no existen actas que demuestran el triunfo chavista.
Las cinco situaciones convergen en un nuevo concepto en las relaciones internacionales que es el «principio de la no indiferencia» entre los Estados, vinculado directamente a la mayor o menor vigencia de los Derechos Humanos de sus ciudadanos.
Este principio nace de la mano de la práctica conocida como «intervención humanitaria» consistente en una intervención militar en un estado en que facciones armadas violan a gran escala los derechos humanos, cometen genocidio, provocan hambrunas o violaciones graves del derecho humanitario internacional. La intervención humanitaria aplicada en la ex Yugoslavia, Ruanda, Haití, y otros países, ha tenido resultados opinables y no cuenta con aprobación en todos los estados. No obstante, en la segunda mitad del siglo XX desde la sociedad civil surgieron entidades convocadas por la situación sufrida por las personas como tal, no ya por cuestiones de soberanía estatal atinente al principio de «no intervención». Ya fuera en conflictos que enfrentaban a dos Estados, o por la violación de derechos humanos de civiles efectuada por dictaduras militares que actuaron y actúan como auténticos ejércitos de ocupación en su país, —novelado por Steinbeck en «La luna se ha puesto», publicado en 1942— surgieron Amnistía Internacional; Médicos sin Fronteras; Médicos del Mundo, Save the Children, Human Rights Watch, entre otras organizaciones de la sociedad civil. Son ONG creadas como consecuencia de la responsabilidad de la sociedad civil precursoras del principio de no indiferencia. Las redes sociales potencian la denuncia y solidaridad del mundo, y en especial de la región, para con la ciudadanía venezolana enfrentada a una banda de atracadores atrincherados en la estructura estatal y protegidos por las armas apuntando contra la sociedad civil.
Cuando Bitar alude a «animal raro» lo dice con base a su estudio de distintos procesos de cambio desde sistemas autoritarios a democráticos: F. W. de Klerk y Thabo Mbeki (Sudáfrica); John Kufuor y Jerry Rawlings (Ghana); Fidel V. Ramos (Filipinas); B. J. Habibie (Indonesia); Felipe González (España); Aleksander Kwasniewski y Tadeusz Mazowiecki (Polonia); Fernando Henrique Cardoso (Brasil); Patricio Aylwin y Ricardo Lagos (Chile); Ernesto Zedillo (México).
Las dictaduras latinoamericanas todas han sido militares. En Venezuela esta dictadura es un animal nuevo que parece como híbrido.
«¿Qué pasa con los militares venezolanos? En Chile se fijó una fecha plebiscitaria y un militar [Fernando Matthei] es el que tranca a Pinochet que quería hacer lo mismo que Maduro», dijo Bitar entrevistado por la emisora La W de Bogotá.
«Pensaba que había militares que podrían tener cierta autonomía, de no depender de un solo personaje. Pero no. Sin autonomía de los militares respecto del poder y sin respeto por el voto popular, no se puede salir», prosigue el exministro chileno.
Bitar se pregunta si la actitud castrense venezolana «¿es porque hay 300 generales y ninguno tiene poder, es porque descabezaron a los militares después de 2002, es porque les temen a los colectivos chavistas? …No sé lo qué pasa con los militares venezolanos», concluye.
Que la oposición se mantenga unida, que se mantenga la presión internacional y nacional sobre los militares y al mismo tiempo mostrarles que hay un camino diferente sin «seguir acercando Venezuela a Cuba, que es un camino desastroso”, resume Bitar.
En opinión del experto chileno, el cuadro internacional actual es diferente del existente en tiempos de otras transiciones, como la de Polonia, encausada por Tadeusz Mazowiecki, (1989-1991), que, a su juicio, tuvo algunos elementos comunes con lo que ocurre hoy en el país caribeño: «Hoy EEUU tiene menos poder. [La dictadura de Venezuela] se trata de un animal distinto. Maduro estuvo sostenido por Rusia que no estaba en guerra, por una China que no tenía problemas de tensión con EEUU, ni hay una Cuba igual a la época de Chávez, ya que su poder relativo ha bajado bastante. En el espacio en que se mueve Venezuela se ha reducido el apoyo. Hay otros sectores que deben dar una palabra y eso no se ve», en alusión a lo que podría incidir una postura firme de Brasil, Colombia y México.
La OEA negocia a estas horas una nueva resolución en la que reiteraría el pedido de la entrega de los resultados oficiales de las elecciones del 28 de julio; la revisión independiente de esos resultados y el reclamo de poner fin a las violaciones de los DDHH. El último reporte del panel de 4 expertos electorales de la ONU determinó que el Consejo Nacional Electoral del chavismo incumplió medidas de «transparencia e integridad básicas» en el manejo de las actas electorales; y según The Washington Post, la administración Biden le muestra una puerta de salida a Maduro. Por ahora la Casa Blanca no ha reconocido a Edmundo González como presidente electo.
La nueva elección sugerida por Lula, en caso de contar con las garantías que no hubo el 28 de julio y de ser auditadas internacionalmente, podría constituir un paso hacia la transición. Dependerá de la oposición venezolana que ya había declarado no estar de acuerdo con esa opción.
La emigración venezolana podría incrementarse —y no es un problema menor— si Maduro se mantiene por la fuerza en el poder. La región, en especial Colombia que ha recibido 2,8 millones de venezolanos y viviría una nueva ola migratoria, y los EEUU, son los principales interesados en que no aumente el flujo migratorio que bordea los 7,5 millones de venezolanos exiliados.
En tanto en el país, la oposición convoca a una multitudinaria manifestación pública en las principales ciudades venezolanas para el sábado 17 de agosto en un contexto represivo que ha cobrado por lo menos 25 vidas y llevado a la cárcel a 117 menores de entre 14 y 17 años, 14 indígenas, 17 personas con discapacidad y 182 mujeres, según diferentes fuentes. HRW reporta además 20 desparecidos, más de 90 heridos y un total de 2.200 capturas.