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05.09.20

Maduro jaquea a la oposición

El chavismo cuenta con un 20% del electorado desde hace varios años. Parece poco creíble que Maduro arriesgue su permanencia en el poder en elecciones democráticas y supervisadas por veedores internacionales. ¿Qué explicaría esta convocatoria electoral? Diferentes factores, algunos contrapuestos. La presión internacional encabezada por Estados Unidos y la Unión Europea se mantiene y el régimen de Miraflores debe dar una señal de afloje.
Por Hugo Machín Fajardo

Nicolás Maduro indultó a 110 presos políticos a cuatro meses de las elecciones legislativas que ha convocado. El hecho de que ciudadanos injustamente detenidos puedan retornar a sus hogares no merece otra consideración que el beneplácito. No obstante, la movida de Maduro respecto a los indultos, que por otra parte no está facultado para hacerlo dada su ilegitimidad en el gobierno, significa un cruce de caminos y causa de división para la oposición.

Maduro apuesta a que la oposición que está dividida acepte ir a elecciones que, por otra parte, como se ha comprobado con la denuncia de Antonio Mugica director de la empresa Smarmatic, encargada del software utilizado en las elecciones de 2017, apeló al fraude burdo y el sistema electoral es fraudulento de por sí. Los meses que restan no garantizan la trasparencia necesaria.

El pasado miércoles 2 de septiembre, Henrique Capriles (48), ex candidato opositor en las desiguales elecciones de 2013, actualmente inhabilitado, a quien Maduro derrotó por un mínimo margen (1,49% de los votos), llamó a participar de las elecciones “movilizarse y luchar” para no regalarle la Asamblea Nacional a Maduro: “Si la dictadura deja una rendija, nosotros tenemos que meter la mano”.

Su posición choca con la del presidente (encargado) Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países, y la de la ex diputada María Corina Machado, otra dirigente opositora caracterizada por mantener una postura de cerrado enfrentamiento a la dictadura.

Guaidó se desmarcó de Capriles el mismo miércoles 2, mediante un comunicado en el que desconoce las acciones del ex candidato presidencial y líder de Primero Justicia (PJ) realizadas “sin conocimiento ni autorización del Gobierno interino, la Asamblea Nacional, nuestros aliados internacionales, ni del acuerdo unitario alcanzado y anunciado por 27 organizaciones políticas que agrupan a las fuerzas democráticas”.

El chavismo cuenta con un 20% del electorado desde hace varios años. Parece poco creíble que Maduro arriesgue su permanencia en el poder en elecciones democráticas y supervisadas por veedores internacionales.

Veamos los hechos. Según la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida en Venezuela 2020, a cargo de la Universidad Católica Carlos Andrés Bello de Caracas, Venezuela es el país más pobre de la region, (coeficiente Gini 51,0) más que Haití y el segundo más desigual después de Brasil.

El 96% de los hogares sufre de pobreza; el 54% de los hogares cayó en la miseria recientemente y un 41% vive en privación crónica. “La pobreza multidimensional (relacionada con indicadores como educación, estándar de vida, empleo, servicios públicos y vivienda) afecta a 64,8% de los hogares y creció 13,8% entre 2018 y 2019”, puede leerse en el informe bajo el acápite de “Nutrición y pobreza: africanización del país”. Es que el 30% de los niños menores de 5 años presenta desnutrición crónica y el 8% desnutrición total.

Según las estimaciones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cerca de 2,7 millones dejaron el país en el período 2017 – 2019 y la población total de Venezuela se vio reducida en 4 millones a causa de la emigración forzosa.

Con estos indicadores, es evidente que Maduro no puede aspirar a ganar las elecciones que renuevan el parlamento venezolano. previstas para el 6 de diciembre.

Estos datos por sí solos muestran la imposibilidad de obtener un triunfo limpio en las urnas. Pero menos aún si se tiene en cuenta que Venezuela supo ser — pese a notorias inequidades de entonces— la quinta economía de América Latina a fines del siglo pasado con un PIB nominal de 91.905 millones de dólares que, si se compara con las proyecciones para el cierre del presente año, supone una caída de 384 por ciento ocurrida en veinte años del socialismo del siglo XXI.

¿Qué explicaría esta convocatoria electoral? Diferentes factores, algunos contrapuestos. La presión internacional encabezada por Estados Unidos y la Unión Europea se mantiene y el régimen de Miraflores debe dar una señal de afloje. El miércoles 2 de septiembre, Maduro invitó a que la ONU y la Unión Europea envíen veedores al acto electoral. Asimismo, cuenta con el soporte incondicional que le ofrece la dictadura cubana y sus aproximadamente 20 mil efectivos que desde hace años mantienen una intervención extranjera en suelo venezolano; sumado al apoyo ruso y la necesidad china de cobrar su abultada deuda, cierran el interrogante acerca de las elecciones.

A este contexto debe sumársele el clima de inseguridad y terror ciudadanos generado por la permanente actividad de grupos subversivos armados, los Colectivos (fuerza civil de choque del chavismo) grupos delincuenciales que actúan en la frontera colombo-venezolana; las FAES, Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana, bajo órdenes directas de Maduro que actúan por fuera de la estructura oficial de los ministerios de Defensa e Interior.

El ex alcalde de Carcas Antonio Ledezma, quien desde 2017 —tras fugarse de su prisión domiciliaria— reside en España, anota que la oposición venezolana vive “la tormenta perfecta” ante la convocatoria electoral en que la ha embretado Maduro, porque los partidos opositores “están inhabilitados, enfrascados en su lucha por defender sus símbolos, cuando todos deberíamos estar dedicados a defender nuestra estrategia”.

Ledezma sostiene que el dictador aun perdiendo las legislativas gana: “En el supuesto de que perdiera las elecciones parlamentarias — como ocurrió en 2015— él ganaría porque lo que le interesa es obtener algo de legitimidad (…) La estrategia de Maduro ha sido ganar tiempo con los errores que comete la oposición”.

En opinión de Ledezma la comunidad internacional debería aplicar “el concepto de Responsabilidad de Proteger, lo que está contemplado en la resolución 1373 sobre un plan global contra el terrorismo internacional (se creó y asumió en la ONU después del atentado de las Torres Gemelas); la corporación de Palermo, que habla de enfrentar a las organizaciones criminales, así lo establece en su artículo 2, y en nuestro ámbito, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca(TIAR)”

Luis Vicente León, principal de la empresa encuestadora @Datanalisis, docente universitario y analista en diferentes medios de prensa, ha expresado en su cuenta de Twitter que “la división opositora ya no es entre partidos sino entre quienes creen qué hay que jugar en todos los tableros y quienes piensan que sólo se debe congelar el juego o esperar los Marines. En cada grupo hay gente de todos los partidos, los cuales pierden su capacidad de integrar”.