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11.07.19

Un mundo de sensaciones

(7 Miradas) Con la nueva ley, la cantidad de espacios cedidos a los partidos políticos se redujo a la mitad. Eso hace que veamos mucha menos frecuencia de spots que en anteriores oportunidades, volviéndolos un poco marginales en su incidencia sobre la decisión de voto, y ganando especial lugar la inversión en redes sociales.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) Ahora sí. Ya están todos definidos y en la cancha. Empezó el primer tiempo y toda la expectativa puesta en los primeros movimientos. Los principales jugadores están dentro de la estrategia esperada. Sin embargo, el gobierno está interesado en calentar el partido antes de lo esperado.

  1. Corrimiento a la derecha: a diferencia de lo que muchos dijeron respecto a que los dos polos principales iban a jugarse a capturar el centro, esto no se está verificando. Alberto está moderando a su escudería, tratando de dar señales de confianza a los mercados. El oficialismo está tratando de captar votos hacia su derecha con el discurso de seguridad / inmigración de Pichetto, la intención de un tratado de libre comercio con EE.UU. o el desfile militar del 9 de julio. La jugada está destinada a drenar lo más rápido posible los caudales de Espert y Gómez Centurión.
  2. Calentando el partido antes de tiempo: en los mercados se instaló la cifra mágica de los 5 puntos de diferencia ideal con los F para creer que el gobierno puede descontarla en primera o segunda vuelta. Si esa cifra es equivocada o no, ya no importa. Lo cierto es que si la distancia es más grande (o los F superan el 40 %) “tronará el escarmiento” el día después. Por eso, el gobierno está tratando de ponerle dramatismo a “la gran encuesta” para incrementar la participación electoral. Siguiendo los comportamientos de 2015 y 2017, cuando va más gente a las urnas, se favorece Macri. Pero como Juntos por el Cambio juega con viento en contra, necesita activar su tanque de reserva lo más rápido posible.
  3. Sigamos juntos: el oficialismo sigue apostando a la cercanía con los videos caseros de “la gente” en formato celular. Tanto desde el contenido de la narrativa, como desde el recurso visual no está generando ninguna novedad.
  4. Alberto solo en la cancha: aunque un poco tarde y luego de algunos gestos dubitativos de los pasados 45 días, el candidato del FdT está saliendo a hacer la campaña que necesita. Sin CFK, tomando distancia de algunas ideas de Kicillof, apostando a los gobernadores e intendentes del conurbano bonaerense, y configurando por qué “volvió a la casita de los viejos”, trata que se piense en él y no en ella.
  5. Lavagna sin novedad: continúa con su discurso anti grieta y sin mucho otro argumento. Más allá de los conflictos internos que ha tenido con la presentación de listas, no puso ningún título atractivo que lo vuelva protagonista del escenario. Sin carisma, sin recursos evidentes, sin relato alternativo, y sin una estrategia comunicacional novedosa, le resultará muy difícil resistir la polarización. Su electorado se puede “tupacamarizar”, sobre todo porque su gran adversario es el gobierno.

Recordemos que con la nueva ley, la cantidad de espacios cedidos a los partidos políticos se redujo a la mitad. Eso hace que veamos mucha menos frecuencia de spots que en anteriores oportunidades, volviéndolos un poco marginales en su incidencia sobre la decisión de voto, y ganando especial lugar la inversión en redes sociales. A favor de los vilipendiados spots, los medios de comunicación están diseñando sus tandas publicitarias de manera diferente: no están agrupando la chorrera de avisos de modo que no se entienda nada, sino que los están insertando de manera aislada lo que les permite concitar mayor atención.

Más allá de eso, las campañas se tratan fundamentalmente de generar una atmósfera para que los mensajes hagan sentido. O como diría Sandro, “un mundo de sensaciones”.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)