Artículos

18.06.18

Colombia: nuevo presidente y nuevo escenario político

El resultado del domingo 17 evidencia lo anunciado en las elecciones legislativas del 11 de marzo y corroborado en la primera vuelta, de la que emergió una realidad política diferente. Se expresó en las urnas una nueva generación de electores, distanciados de los partidos tradicionales colombianos -Conservador y Liberal- que busca una nueva conducción política para su país.
Por Hugo Machín Fajardo

El abogado de derecha Iván Duque (41), senador del Centro Democrático, es el nuevo presidente de Colombia, tras derrotar al izquierdista Gustavo Petro en segunda a vuelta el pasado domingo 17 de junio. Obtuvo un respaldo del 53,98 % de las voluntades expresadas en las urnas, equivalente a 10.372.730 votos. Es el presidente que ha logrado la mayor votación en el país y el más joven en acceder a ese cargo.

Por su parte, su contrincante se convirtió en el candidato de izquierda opositor con mayor caudal electoral en la historia de Colombia: 8.034.089 votos, equivalentes a un 41,81 %.

En total, votaron 19. 510.684 mil ciudadanos, casi el mismo porcentaje de electores (53, 04 %) que en la primera vuelta del 27 de mayo.

Y el voto en blanco fue mucho menor del esperado: 4, 21%, es decir 808.335 votos. En lo que hace a la abstención, sigue siendo alta en este país: 46.96 %.

No obstante haber sido la jornada electoral más tranquila en la historia colombiana, el país aparece fracturado y con dos proyectos de nación, si nos atenemos a una polarizada campaña electoral y al resultado en las urnas.

Duque ganó en 24 departamentos y Petro en ocho, más Bogotá. El perdedor también superó a Duque en varias ciudades, incluidas algunas de las más importantes como Cali o Barranquilla; y también en Pereyra, Armenia, Santa Marta, Pasto, Sucre. No así en Medellín, donde Duque obtuvo amplia mayoría, o Cartagena, donde también ganó el ahora Presidente electo.

Por regiones, el triunfo de Duque se ubica en el centro del país, mientras que su contrincante le superó en la costa pacífica, y departamentos de Sucre y Atlántico y en el departamento amazónico de Vaupes.

Petro, si bien reconoció el triunfo de Duque, no se consideró “derrotado” cuando habló una vez confirmado el resultado electoral. Previamente en su twitter había escrito “Aquí no hay derrota. Por ahora no seremos gobierno”.

El resultado del domingo 17 evidencia lo anunciado en las elecciones legislativas del 11 de marzo y corroborado en la primera vuelta, de la que emergió una realidad política diferente a lo que Colombia ofrecía desde siempre.

Se expresó en las urnas una nueva generación de electores, distanciados de los partidos tradicionales colombianos -Conservador y Liberal- que busca una nueva conducción política para su país.

En el discurso de la victoria hecho por Duque en la noche del domingo, quedó claro que hizo una lectura acertada del nuevo escenario. Algunos de sus conceptos lo demuestran:

-          “No más divisiones: un país con todos y para todos”

-          “No hay ciudadanos vencidos (…) No tengo enemigos en Colombia. No tengo odios, ni venganzas”.

-          “Apoyaremos la consulta anticorrupción, [del 26 de agosto] pero vamos más allá: a la derrota total y contundente de la corrupción”

-          Prometió “controlar las mafias de corruptela en la salud y los alimentos escolares”

-          Llamó a construir consensos para lograr “una justicia de excelencia (…) No vamos a fracturar la justicia, la vamos acercar a la ciudadanía”

-          “No vamos a hacer trizas el acuerdo de paz, pero queremos seguridad y justicia, sí”.

-          Cuando se refirió a la pobreza extrema -Colombia mantiene a 14 millones, 28% de la población- en la pobreza, específicamente se refirió a una “gran reforma rural” que quiere realizar “para favorecer a la agroindustria y a los pequeños productores”.

-          Se comprometió a formar un gabinete ministerial con 50% de mujeres “a 60 años de haber obtenido sus derechos políticos”, subrayó.

También en un discurso en el que abrió la puerta hacia los consensos posibles a que pueda llegar con Petro, fue evidente la omisión a los temas internacionales. No se refirió a la situación con Venezuela, cuando en el último periodo casi un millón de venezolanos ha llegado a Colombia huyendo de la crisis humanitaria que se vive en el país petrolero. Tampoco mencionó la complicada situación fronteriza con Ecuador, donde opera una disidencia de las exFarc; ni al diferendo limítrofe respecto al área marítima que Colombia mantiene con Nicaragua.

Sobre Venezuela, Duque como senador había firmado junto a varios legisladores latinoamericanos un documento apoyando que Nicolás Maduro sea llevado a la Corte Penal Internacional acusado de delitos de lesa humanidad.

Previo al discurso del Presidente electo, Petro lo había conminado a “romper” con el expresidente Álvaro Uribe, mentor de Duque, así también como con el ultra conservador Alejandro Ordoñez, ex Procurador General de la Nación.

Petro quien ganó más de 3 millones de votos respecto a la primera vuelta, ocupará la banca opcional en el Congreso que una reforma en el equilibrio de poderes, realizada en 2015, le otorgó al contendor que pierda la elección en segunda vuelta. La misma reforma elimino todo tipo de reelección presidencial.

Petro sería jefe de la oposición de centro izquierda que en el Senado cuenta con 27 legisladores de 102, ámbito donde Duque llega a 60 senadores.

También Petro dejó claro en su discurso donde por momentos pareció retomar el tono de confrontación -subrayó que todos sus votantes eran “libres y en pie”, como si todos los de Duque no lo fueran-  que en 2019 la contienda política estará centrada en ganar las elecciones departamentales y municipales, habida cuenta de los buenos resultados que obtuvo en Bogotá (1millon 900 mil votos) y en varias ciudades más, como ya se señaló.

También envió mensajes a Duque: sus ocho millones de votantes no quieren retroceder a la guerra; defenderán la paz; al Poder Judicial y a la Justicia Especial para la Paz (JEP), creada para entender en los delitos del conflicto bélico que azotó a Colombia hasta 2016.

La tesis de grado de Duque en el 2000 fue la protección de derechos humanos frente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Su tutor sostiene que el Presidente electo es un apasionado de la defensa de los derechos humanos. Luego de recibirse, Duque vivió doce años en Estados Unidos trabajando en el BID y a su regreso a Colombia dictó la materia Historia política de las civilizaciones, en la Escuela de Política de su universidad bogotana, Sergio Arboleda. También fue docente de Hacienda Pública en la Escuela de Derecho y era profesor en maestría.

Una de sus frases del discurso de la victoria fue “no se trata de duquismo ni de petrismo, se trata de una Colombia para todos”. Más de un presidente electo en Latinoamérica ha hecho compromisos similares conocido el escrutinio final. ¿Podrá Duque mantenerlo hasta el 2022?