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10.11.17

Alza del cobre reanima las inversiones mineras en Chile

(Política & Economía) Nuevamente se abren las oportunidades para impulsar inversiones en la minería chilena, acompañadas por las buenas perspectivas del precio del cobre. El crecimiento de la demanda china, de 6,9% en lo que va corrido de 2017, ha sido uno de los principales motores de la recuperación del metal rojo, apoyada por una política monetaria y fiscal expansiva en el gigante oriental y un plan de infraestructura de proporciones.
Por Hugo Traslaviña

(Política & Economía) Luego que la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), volviera a corregir al alza sus previsiones del precio del metal rojo para 2017, ubicándolo en US$ 2,77 por libra, retornó el optimismo al sector minero chileno. Es más, para 2018, esta agencia estatal estimó un promedio de US$ 2,95 la libra, 0,27 centavos por encima de la previsión de junio pasado.

Las perspectivas de demanda mundial de cobre para 2017 se espera llegue a 23,72 millones de toneladas, esto es, un alza de 1,3% en relación con 2017. Por su parte, la oferta se expandirá solo en 0,2%, alcanzando los 23,62 millones de toneladas, acompañada por una caída en la producción de cobre refinado de 2,4% a nivel mundial. Según los expertos esta baja sería compensada por el procesamiento de chatarra. En tales circunstancias, al concluir 2018 del se prevé un déficit de cobre de 98 mil toneladas.

Para 2018 las predicciones hablan de un repunte de la producción a escala global, de 4,3%, llevando la oferta de cobre refinado a 24,11 millones de toneladas, esto es, 2,1% más que en 2017.
En 2017 la producción chilena se situaría en torno a 5,3 millones de toneladas de cobre fino, lo que implicaría un descenso de 4%, en relación con 2016. En tanto, para 2018, habría una aumento de 7,8%, alcanzando los 5,7 millones de toneladas.

Para suerte del próximo gobierno en Chile, la previsión de un mejor precio del cobre llevaría a que varios proyectos, por un monto superior a US$ 20.000 millones, que habían sido detenidos hace un par de años, sean reactivados durante 2018. El piso para que ello ocurra es que hacia el segundo semestre de 2018 y comienzos de 2019, el cobre se sitúe en US$ 3 la libra, con lo cual un alto número de proyectos entraría en fase de reactivación, con un efecto inmediato y virtuoso en el empleo y en la larga cadena productiva que depende de la industria minera.

Catastro de Cochilco

En el catastro de proyectos de Cochilco 2017-2026, aparecen, entre otros, El Abra (Freeport), con una inversión de US$ 5.000 millones, y Sierra Gorda, con otros US$ 2.000 millones (Minera KGHM).

Otros entrarían a la fase de ampliación, como son los casos de Los Pelambres (Antofagasta Minerals), por un monto de US$ 1.050 millones; Quebrada Blanca, de la canadiense Teck, por U$ 4.700 millones; Nueva Unión, US$ 3.500 millones; fase II del proyecto Súlfuros de Radomiro Tomic, de Codelco, con US$ 4.250 millones; y Mantos Blancos, de la firma Mantos Cooper, con US$ 181 millones.

Mientras tanto, BHP prepara la expansión del yacimiento Spence, por unos US$ 2.200 millones
Este mismo registro incluye 47 iniciativas, diez más que las declaradas en 2016, lo que refleja un aumento neto con respecto al portafolio anterior de US$ 15.648 millones.

Para el largo plazo, la cartera la integran dos grupos: el primero incluye 28 proyectos con mayor probabilidad de materializarse en los plazos presupuestados por las compañías propietarias, avaluados en US$ 32.398 millones. El segundo considera opciones con menor probabilidad de materializarse en los plazos previstos, como, también, los más propensos a verse afectados por cambios en las condiciones de mercado. En esta categoría se cuentan 19 proyectos, por U$ 32.458 millones.

Según Cochilco, para los próximos diez años la cartera de inversiones mineras en Chile alcanza los US$ 64.856 millones (1) y aparte de cobre, incluye hierro, oro, plata, litio y otros minerales.

Al buen panorama del precio del cobre se suman las mejores condiciones que tendrán las compañías, luego de los ajustes que tuvieron que hacer en el reciente ciclo de baja. Se incluyen aquí medidas para la contención de costos, esfuerzos tecnológicos y de gestión para mejorar la productividad; maduración de las inversiones en sostenibilidad ambiental y, como guinda de la torta, la baja significativa del precio de la electricidad, uno de los insumos que hasta hace poco ponía grandes barreras de entrada a los proyectos.

(1) Cartera de proyectos 2017-2026, Cochilco.

Fuente: Política & Economía (Santiago, Chile)