Bernardo Arévalo Padrón:
«Pienso continuar en la prensa independiente»
«No le queda otra opción a Fidel Castro que la transición pacífica a la democracia. Si nos encarcela de nuevo, de nuevo se alzarán las voces de ustedes para denunciar nuestro caso. Algún día tendrá que ceder. Si nos mata en la calle seremos mártires de la libertad y de la libertad de prensa».
Acaba de salir de prisión el periodista independiente cubano Bernardo Arévalo Padrón, quien fue condenado el 28 de noviembre de 1997 por "desacato", tras haber calificado de "mentirosos" al presidente Castro y al vicepresidente Carlos Lage en una comunicación telefónica con Radio Martí, la emisora financiada por el gobierno norteamericano que emite hacia Cuba. El periodista les acusaba de no atenerse a los compromisos democráticos firmados en la Cumbre Iberoamericana de 1996. Bernardo Arévalo Padrón estuvo detenido, desde julio de 2002 en la cárcel de Ariza, en la provincia de Cienfuegos (Centro). Desde noviembre de 1997 lo trasladaron a numerosas cárceles, y entre ellas a algunos campos de trabajo en los que le obligaron a cortar caña de azúcar. Según su mujer, Libertad Arévalo, entonces tuvo varios problemas de salud: sacrolumbalgia, insuficiencia cardiaca y leptospirosis. Desde octubre de 2000 Bernardo podía pretender una libertad anticipada, porque había cumplido la mitad de la condena. Pero la administración penitenciaria se la negó siempre "por su falta de cooperación con el programa de reeducación". Arévalo Padrón cumplió completamente los seis años de prisión, donde renovó sus convicciones y ya se encuentra trabajando por la democracia y la libertad de expresión en Cuba desde la Agencia Periodística José Maceo que fundó junto a otro héroe del presidio político cubano: Jorge Luis García Pérez, conocido como "Antúnez", que sigue en prisión.
A una semana de cumplida su condena, CADAL entrevistó telefónicamente desde La Habana a este referente de la prensa libre cubana.
-¿Cómo te encuentras Bernardo?
-Alegre por estar de nuevo en la calle y deprimido al ver que continúa la represión en mi patria. Veintinueve colegas nuestros de la prensa están guardando prisión.
-¿Cómo fue tu experiencia en la cárcel?
-En la cárcel fue una experiencia muy deprimente. Hacinamiento, insectos, la alimentación es inestable. Por la noche hay una visita de la capital y ese día mejora la alimentación y después todo vuelve a ser igual. En ocasiones daban panzas de res en estado putrefacto, eso es la prisión de Ariza. También había riñas entre reclusos comunes, porque a los políticos los obligan a convivir con reclusos comunes. Fui golpeado en una ocasión, por lo cual tuve que ir a un salón de operaciones y estoy sufriendo secuelas de ello: me fracturaron el tabique nasal. Eso ocurrió el día 11 de abril de 1998 a las dos de la tarde para ser más exacto. Fui maltratado psicológicamente. Tengo un hijo pequeño de 11 años de edad que tenía 5 cuando yo fui encarcelado. Él vive en Camagüey, es de un matrimonio anterior. Mi padre vive en Camagüey también. Cuando venía, en varias ocasiones lo viraban para atrás, le decían no, no tienen visita. Y en una ocasión me dieron cinco minutos, el 16 de septiembre del año 2001. Cinco minutos con mi hijo, me abrazó llorando, me hicieron ir para atrás y no le dieron la visita. Yo fui para el encierro y ellos de nuevo para Camagüey. Sólo en tres ocasiones me dejaron verlo, en dos oportunidades, fue en noviembre del 98 y el 16 de septiembre del año 2001, eso me chocó grandemente. La correspondencia es violada, no me la entregaban. Me llegaba correspondencia principalmente de Europa y de América Latina, de colegas de la prensa. Me enteraba por algunos militares amigos que me lo decían, o que algunos se las robaban de las oficinas de la policía política y me las entregaban, puesto que la seguridad del estado se negaba a dármela. Me decomisaron un reloj de bolsillo que es un recuerdo de familia, me decomisaron una radio, porque ellos no toleran que uno escuche la radio libre, de la diáspora, del exilio de Miami.
-¿Qué piensas hacer ahora?
-Pienso continuar en la prensa independiente. Ya hemos fundado una nueva agencia. El preso político Jorge Luis García Pérez, más conocido como Antúnez y yo, el pasado 10 de octubre día de nuestro grito de independencia, constituimos la nueva agencia nombrada José Maceo donde soy director interino, el director es el periodista Antúnez.
-¿No tienes miedo que te vuelvan a poner preso?
-Es un riesgo que hay que correr. Nosotros deseamos la libertad de prensa en nuestro país, deseamos la democratización pacífica de nuestra patria, la transición hacia un estado de derecho. Deseamos que el gobernante más tarde o más temprano tenga que ceder, como hizo Pinochet que realizó un referéndum, perdió y se retiró, como hizo Daniel Ortega en Nicaragua, como va a hacer Hugo Chávez en Venezuela. No le queda otra opción a Fidel Castro que la transición pacífica a la democracia. Si nos encarcela de nuevo, de nuevo se alzarán las voces de ustedes para denunciar nuestro caso. Algún día tendrá que ceder. Si nos mata en la calle seremos mártires de la libertad y de la libertad de prensa. Son riesgos que hay que correr, son gajes del oficio, como pasa en Colombia, como pasa en países árabes por ejemplo. Aquí en Cuba, hasta el momento el gobierno no ha matado a ningún periodista independiente, los encarcela, los mata en vida. A mí me ha robado seis años de vida, de juventud. Soy joven, nací en 1960, tengo la esperanza de que esta situación cambie. No puede continuar, es intolerable. Todos los años no se puede encarcelar a 75 opositores pacíficos, la presión internacional lo volvería loco. Confiamos en que Dios le haga cambiar, cumplir las leyes biológicas, ya tiene 77 años de edad y quizás el que venga después sea un émulo de Gorbachov, pero reitero: el cambio tiene que ser pacífico, sin derramamiento de sangre, sin violencia, sin revancha, sin ajuste de cuentas. Nos jugamos por la paz, la reconciliación entre los cubanos, el perdón, el olvido, el borrón y cuenta nueva. Esto lo digo a título personal.
-Te felicito por tu valentía y especialmente por lo difícil que debe ser aceptar esto por parte de tus seres queridos.
-Sí, mucha alegría en este momento por la excarcelación, pero con un poco de preocupación. Mi esposa está preocupada, teme que cuando salga, la seguridad del estado me vuelva a arrestar. Es una preocupación con fundamento.
-Cuando sucedieron las detenciones masivas tenía el temor de que se olvidaran de ti y de los otros cuatro periodistas que siguen presos desde antes de marzo de 2003.
-Pero al parecer no se atrevieron a darnos más años. Yo cumplí la sentencia completa, hasta el último día y no me han perdonado nada. Es algo cómico, me soltaron 48 horas antes de cumplir la sanción. Ya con eso se ensañaron bastante, nunca me dieron libertad condicional, ni rebaja de sanción, nada. En estos momentos soy un ciudadano libre en este país, con toda la plenitud de derechos, derecho entre comillas, libertad entre comillas, pero bueno estoy libre. Actualmente soy vigilado las 24 horas del día por la policía política. Este teléfono está tomado, están monitoreando y grabando la conversación, la transcriben y después se la pasan al ministro del Interior.
-Bernardo, ¿cómo sentiste que te recibieron tus vecinos, la gente cercana que conocía tu situación?
-Con mucho calor, mucho amor, me abrazaban en las calles. Se detuvo el tránsito en la calle, ya que se detuvieron varios coches para abrazarme, y mi esposa me dijo "mira, han detenido el tráfico". Me abrazaban. Fui al cementerio a darle flores a mi hermano y a los familiares difuntos, y hasta los sepultureros me abrazaban.
-Eso me emociona muchísimo, porque es toda una señal.
-Muchas gracias porque también nos emociona que te preocupes por nosotros. Sabemos que no estamos solos en Cuba, que América es un solo pueblo. Sinceramente con todo corazón, siempre lo tendremos en cuenta, que se preocupen por los oprimidos aquí en Cuba. También me dices que viste el video donde aparece mi esposa. Yo no he tenido oportunidad de verlo ya que estaba en prisión cuando ella lo filmó.
Para concluir Gabriel, quiero expresarte que soy católico apostólico romano, soy cristiano, no guardo ningún rencor a los gobernantes de Cuba, no le guardo ningún rencor a los militares que me golpearon, no les guardo ningún rencor a los que me maltrataron u ofendieron en la cárcel. Jamás tomaré venganza contra ninguno de ellos. Esto quiero que lo sepa el mundo entero y la propia policía política que está grabando en estos momento la conversación. Yo no guardo odio, pero sí quiero justicia, en el sentido de que voy a entablar una querella legal contra el gobierno de mi país por haberme encarcelado injustamente, por haberme golpeado. Va a ser una querella civil. Por estos medios estoy solicitando un abogado que me represente en el estado de la Florida. El gobierno cubano tiene fondos congelados allí en los Estados Unidos. De esos fondos yo quiero que se me indemnice ya que con ese dinero vamos a financiar la prensa independiente dentro de Cuba. No es un afán de lucro lo que nos mueve, ni la materialización, ni el amor al dinero es para financiarnos, reitero, ya que carecemos de materiales de oficina de todo tipo. Desde una hoja hasta un bolígrafo. No tenemos máquina de escribir, no tenemos fax, no tenemos computadora, no tenemos teléfono. Solamente voluntad y deseos de trabajar por la libertad de expresión.
Aprovecho para mandarle una felicitación a la Sociedad Interamericana de Prensa, la SIP, al Comité de Protección a los Periodistas con sede en New York, a la organización de periodistas de New York que me otorgó un premio. Lamentablemente en estos momentos no recuerdo su nombre, sus siglas. A Reporteros Sin Fronteras, a Amnistía Internacional, en fin, a todos los que se preocuparon por nuestra situación en estos largos seis años de cautiverio. Me emociona que me hayan llamado y que se hayan preocupado por nosotros.
Acaba de salir de prisión el periodista independiente cubano Bernardo Arévalo Padrón, quien fue condenado el 28 de noviembre de 1997 por "desacato", tras haber calificado de "mentirosos" al presidente Castro y al vicepresidente Carlos Lage en una comunicación telefónica con Radio Martí, la emisora financiada por el gobierno norteamericano que emite hacia Cuba. El periodista les acusaba de no atenerse a los compromisos democráticos firmados en la Cumbre Iberoamericana de 1996. Bernardo Arévalo Padrón estuvo detenido, desde julio de 2002 en la cárcel de Ariza, en la provincia de Cienfuegos (Centro). Desde noviembre de 1997 lo trasladaron a numerosas cárceles, y entre ellas a algunos campos de trabajo en los que le obligaron a cortar caña de azúcar. Según su mujer, Libertad Arévalo, entonces tuvo varios problemas de salud: sacrolumbalgia, insuficiencia cardiaca y leptospirosis. Desde octubre de 2000 Bernardo podía pretender una libertad anticipada, porque había cumplido la mitad de la condena. Pero la administración penitenciaria se la negó siempre "por su falta de cooperación con el programa de reeducación". Arévalo Padrón cumplió completamente los seis años de prisión, donde renovó sus convicciones y ya se encuentra trabajando por la democracia y la libertad de expresión en Cuba desde la Agencia Periodística José Maceo que fundó junto a otro héroe del presidio político cubano: Jorge Luis García Pérez, conocido como "Antúnez", que sigue en prisión.
A una semana de cumplida su condena, CADAL entrevistó telefónicamente desde La Habana a este referente de la prensa libre cubana.
-¿Cómo te encuentras Bernardo?
-Alegre por estar de nuevo en la calle y deprimido al ver que continúa la represión en mi patria. Veintinueve colegas nuestros de la prensa están guardando prisión.
-¿Cómo fue tu experiencia en la cárcel?
-En la cárcel fue una experiencia muy deprimente. Hacinamiento, insectos, la alimentación es inestable. Por la noche hay una visita de la capital y ese día mejora la alimentación y después todo vuelve a ser igual. En ocasiones daban panzas de res en estado putrefacto, eso es la prisión de Ariza. También había riñas entre reclusos comunes, porque a los políticos los obligan a convivir con reclusos comunes. Fui golpeado en una ocasión, por lo cual tuve que ir a un salón de operaciones y estoy sufriendo secuelas de ello: me fracturaron el tabique nasal. Eso ocurrió el día 11 de abril de 1998 a las dos de la tarde para ser más exacto. Fui maltratado psicológicamente. Tengo un hijo pequeño de 11 años de edad que tenía 5 cuando yo fui encarcelado. Él vive en Camagüey, es de un matrimonio anterior. Mi padre vive en Camagüey también. Cuando venía, en varias ocasiones lo viraban para atrás, le decían no, no tienen visita. Y en una ocasión me dieron cinco minutos, el 16 de septiembre del año 2001. Cinco minutos con mi hijo, me abrazó llorando, me hicieron ir para atrás y no le dieron la visita. Yo fui para el encierro y ellos de nuevo para Camagüey. Sólo en tres ocasiones me dejaron verlo, en dos oportunidades, fue en noviembre del 98 y el 16 de septiembre del año 2001, eso me chocó grandemente. La correspondencia es violada, no me la entregaban. Me llegaba correspondencia principalmente de Europa y de América Latina, de colegas de la prensa. Me enteraba por algunos militares amigos que me lo decían, o que algunos se las robaban de las oficinas de la policía política y me las entregaban, puesto que la seguridad del estado se negaba a dármela. Me decomisaron un reloj de bolsillo que es un recuerdo de familia, me decomisaron una radio, porque ellos no toleran que uno escuche la radio libre, de la diáspora, del exilio de Miami.
-¿Qué piensas hacer ahora?
-Pienso continuar en la prensa independiente. Ya hemos fundado una nueva agencia. El preso político Jorge Luis García Pérez, más conocido como Antúnez y yo, el pasado 10 de octubre día de nuestro grito de independencia, constituimos la nueva agencia nombrada José Maceo donde soy director interino, el director es el periodista Antúnez.
-¿No tienes miedo que te vuelvan a poner preso?
-Es un riesgo que hay que correr. Nosotros deseamos la libertad de prensa en nuestro país, deseamos la democratización pacífica de nuestra patria, la transición hacia un estado de derecho. Deseamos que el gobernante más tarde o más temprano tenga que ceder, como hizo Pinochet que realizó un referéndum, perdió y se retiró, como hizo Daniel Ortega en Nicaragua, como va a hacer Hugo Chávez en Venezuela. No le queda otra opción a Fidel Castro que la transición pacífica a la democracia. Si nos encarcela de nuevo, de nuevo se alzarán las voces de ustedes para denunciar nuestro caso. Algún día tendrá que ceder. Si nos mata en la calle seremos mártires de la libertad y de la libertad de prensa. Son riesgos que hay que correr, son gajes del oficio, como pasa en Colombia, como pasa en países árabes por ejemplo. Aquí en Cuba, hasta el momento el gobierno no ha matado a ningún periodista independiente, los encarcela, los mata en vida. A mí me ha robado seis años de vida, de juventud. Soy joven, nací en 1960, tengo la esperanza de que esta situación cambie. No puede continuar, es intolerable. Todos los años no se puede encarcelar a 75 opositores pacíficos, la presión internacional lo volvería loco. Confiamos en que Dios le haga cambiar, cumplir las leyes biológicas, ya tiene 77 años de edad y quizás el que venga después sea un émulo de Gorbachov, pero reitero: el cambio tiene que ser pacífico, sin derramamiento de sangre, sin violencia, sin revancha, sin ajuste de cuentas. Nos jugamos por la paz, la reconciliación entre los cubanos, el perdón, el olvido, el borrón y cuenta nueva. Esto lo digo a título personal.
-Te felicito por tu valentía y especialmente por lo difícil que debe ser aceptar esto por parte de tus seres queridos.
-Sí, mucha alegría en este momento por la excarcelación, pero con un poco de preocupación. Mi esposa está preocupada, teme que cuando salga, la seguridad del estado me vuelva a arrestar. Es una preocupación con fundamento.
-Cuando sucedieron las detenciones masivas tenía el temor de que se olvidaran de ti y de los otros cuatro periodistas que siguen presos desde antes de marzo de 2003.
-Pero al parecer no se atrevieron a darnos más años. Yo cumplí la sentencia completa, hasta el último día y no me han perdonado nada. Es algo cómico, me soltaron 48 horas antes de cumplir la sanción. Ya con eso se ensañaron bastante, nunca me dieron libertad condicional, ni rebaja de sanción, nada. En estos momentos soy un ciudadano libre en este país, con toda la plenitud de derechos, derecho entre comillas, libertad entre comillas, pero bueno estoy libre. Actualmente soy vigilado las 24 horas del día por la policía política. Este teléfono está tomado, están monitoreando y grabando la conversación, la transcriben y después se la pasan al ministro del Interior.
-Bernardo, ¿cómo sentiste que te recibieron tus vecinos, la gente cercana que conocía tu situación?
-Con mucho calor, mucho amor, me abrazaban en las calles. Se detuvo el tránsito en la calle, ya que se detuvieron varios coches para abrazarme, y mi esposa me dijo "mira, han detenido el tráfico". Me abrazaban. Fui al cementerio a darle flores a mi hermano y a los familiares difuntos, y hasta los sepultureros me abrazaban.
-Eso me emociona muchísimo, porque es toda una señal.
-Muchas gracias porque también nos emociona que te preocupes por nosotros. Sabemos que no estamos solos en Cuba, que América es un solo pueblo. Sinceramente con todo corazón, siempre lo tendremos en cuenta, que se preocupen por los oprimidos aquí en Cuba. También me dices que viste el video donde aparece mi esposa. Yo no he tenido oportunidad de verlo ya que estaba en prisión cuando ella lo filmó.
Para concluir Gabriel, quiero expresarte que soy católico apostólico romano, soy cristiano, no guardo ningún rencor a los gobernantes de Cuba, no le guardo ningún rencor a los militares que me golpearon, no les guardo ningún rencor a los que me maltrataron u ofendieron en la cárcel. Jamás tomaré venganza contra ninguno de ellos. Esto quiero que lo sepa el mundo entero y la propia policía política que está grabando en estos momento la conversación. Yo no guardo odio, pero sí quiero justicia, en el sentido de que voy a entablar una querella legal contra el gobierno de mi país por haberme encarcelado injustamente, por haberme golpeado. Va a ser una querella civil. Por estos medios estoy solicitando un abogado que me represente en el estado de la Florida. El gobierno cubano tiene fondos congelados allí en los Estados Unidos. De esos fondos yo quiero que se me indemnice ya que con ese dinero vamos a financiar la prensa independiente dentro de Cuba. No es un afán de lucro lo que nos mueve, ni la materialización, ni el amor al dinero es para financiarnos, reitero, ya que carecemos de materiales de oficina de todo tipo. Desde una hoja hasta un bolígrafo. No tenemos máquina de escribir, no tenemos fax, no tenemos computadora, no tenemos teléfono. Solamente voluntad y deseos de trabajar por la libertad de expresión.
Aprovecho para mandarle una felicitación a la Sociedad Interamericana de Prensa, la SIP, al Comité de Protección a los Periodistas con sede en New York, a la organización de periodistas de New York que me otorgó un premio. Lamentablemente en estos momentos no recuerdo su nombre, sus siglas. A Reporteros Sin Fronteras, a Amnistía Internacional, en fin, a todos los que se preocuparon por nuestra situación en estos largos seis años de cautiverio. Me emociona que me hayan llamado y que se hayan preocupado por nosotros.