Entrevistas

27.10.08

Ceferino Reato:

''Hay una crisis de un paradigma que era hegemónico en la visión de los 70''

Ceferino Reato (1961, Crespo, Entre Ríos), es periodista y licenciado en Ciencia Política. Es autor del Best Seller “Operación Traviata: ¿Quién mató a Rucci?” (Sudamericana).

Ceferino Reato (1961, Crespo, Entre Ríos), es periodista y licenciado en Ciencia Política. Es autor del Best Seller “Operación Traviata: ¿Quién mató a Rucci?” (Sudamericana). Desde julio de 2005 hasta mediados de 2008 Reato se desempeñó en el diario Perfil como editor de la sección Internacionales y actualmente es el editor del suplemento El Observador. Antes fue redactor de Política Nacional de Clarín, asesor de prensa de la embajada de Argentina ante el Vaticano y corresponsal de la agencia internacional de noticias ANSA en San Pablo, Brasil, entre otros trabajos. Este es su tercer libro, los anteriores son El gran botín, el negocio de gobernar la Capital (Editorial Sudamericana, 1996) y Lula, la izquierda al diván (Editorial Catálogos/Cadal, 2006).

Gabriel Salvia: ¿Quién fue José Ignacio Rucci?

Ceferino Reato: Fue el secretario general de la Confederación General del Trabajo a principio de los setenta, en una época donde la CGT tenía mucho más poder que ahora. Tanto es así que la médula del gobierno peronista de aquella época pasaba por el “Pacto social”, que fue un acuerdo, básicamente de precios y salarios, por la CGT y el ministro José Ber Gelbard y las pequeñas y medianas empresas. Es decir, la CGT tenía un poder muy importante en el diseño de la política del gobierno peronista, y a él lo matan el 25 de setiembre del 73. Dos días antes había ganado las elecciones Perón, por tercera vez, con más de 60%, a una fórmula radical, integrada por Ricardo Balbín, que fue caudillo radical y en segundo término estaba un joven ascendente de esa época, que era el flamante senador porteño Fernando de la Rúa. Esas elecciones fueron el 23 de setiembre del 73 y dos días después un comando, que según las fuentes que yo he encontrado fue de Montoneros, acribilla a Rucci cuando salía del departamento que ocupaba con su familia. A veces vivía ahí, pero casi siempre vivía en la CGT y cada tanto iba a visitar a su familia. Se enteran de este dato, y ahí lo matan.

Gabriel Salvia: ¿Y el motivo?

Ceferino Reato: El motivo fue que los montoneros en aquel momento consideraban a Perón como un pragmático, sin principios. Ellos consideraban que en la matanza de Ezeiza, es decir el 20 de junio del 73, esa masacre había sido protagonizada por la derecha peronista. Ellos consideraban que en ese momento la derecha peronista apretó a Perón y matan a Rucci para apretarlo por la izquierda; porque pensaban que así como después de Ezeiza Perón había acentuado su giro hacia la derecha, con la muerte de Rucci Perón comprendería que sin ellos, sin Montoneros, no podría gobernar, que trataría de procesar esa contradicción y los tendría en cuenta en el reparto del poder, tanto dentro como fuera del justicialismo. Ellos consideraban que Perón oscilaba como un péndulo, de izquierda a derecha según las relaciones de fuerza de cada momento y en un contexto de violencia política, que ahora resulta difícil de comprender, hacen esta jugada como un ajedrez mortal: comerle una ficha importante a Perón para que volviera a tenerlos en cuenta.

Ceferino Reato en abril de 2007 durante la presentación de su libro "Lula: la izquierda al divan" en Montevideo. En la foto junto a a Luis Hierro López, Ex Vicepresidente del Uruguay, y Enrique Pintado, Presidente de la Cámara de Diputados del Uruguay.
Ceferino Reato en abril de 2007 en Montevideo durante la presentación de su libro "Lula: la izquierda al divan" publicado por CADAL. En la foto junto a a Luis Hierro López, Ex Vicepresidente del Uruguay, y Enrique Pintado, Presidente de la Cámara de Diputados del Uruguay.

Gabriel Salvia: ¿Cómo fue luego del asesinato de Rucci la posterior investigación de este crimen?

Ceferino Reato: Bueno, era un momento de mucha violencia. No hubo una investigación policial o política muy importante. La causa es muy débil y es hasta muy flaquita también. Resulta que pasaban muchas cosas en aquel momento. Tampoco el Justicialismo ni el sindicalismo hicieron mucha fuerza para investigar, seguramente porque pensaban que el asesinato de Rucci, perpetrado por un grupo dentro del peronismo, era una cuestión de trapito sucio que convenía lavarlo fuera de la luz pública.

Gabriel Salvia: ¿Después de este asesinato es que se crea, o que aparece, la Triple A?

Ceferino Reato: Sí, la Triple A aparece a los dos meses. Hay un endurecimiento del clima político y eso favorece la creación de la Triple A. Peron no se endurece mucho con los Montoneros porque rápidamente comprende que han sido ellos. Cita al día siguiente a las autoridades del peronismo y comienza una purga de las posiciones que Montoneros ocupaba tanto en el gobierno nacional como en varios gobiernos provinciales. Es decir, como resultado político para Montoneros y hoy con el partido ya definido, vemos que fue un error político y ellos asumen eso, si bien no asumen la autoría directa. Pero Roberto Perdía, que es uno de los comandantes sobrevivientes, sin asumir la autoría, dice que la culpas cayeron sobre ellos y que nunca se pudieron sobreponer del golpe que significó la muerte de Rucci.

Gabriel Salvia: ¿Le sorprende la repercusión que ha tenido y el debate que está generando?

Ceferino Reato: Cuando terminé el libro quedé muy satisfecho con él. No pensé que iba a tener esta repercusión. Creo que la repercusión se debe también a los reclamos de los sindicalistas, especialmente de Hugo Moyano. Me parece que eso está indicando también un quiebre del momento Kirchner, que tiene una política de derechos humanos muy focalizada en los crímenes de la dictadura, pero me parece que está haciendo agua porque el momento político no los acompaña. Después del conflicto con el campo la hegemonía de los Kirchner está muy deteriorada y eso hace que las críticas, en este caso de Moyano, sea posible, y hay como un distanciamiento de la CGT paulatinamente. Como es gente muy astuta, lo hace a partir de un símbolo para ellos, que es Rucci, porque Rucci fue el líder de la CGT. Me parece que esta reacción de los sindicalistas sería impensada un año atrás. Eso ayuda al libro y me parece que la gente percibe que es también una manera de llamar la atención sobre otros crímenes que no están contemplados ni siquiera en el discurso. Yo no sé si esto va a derivar en una reapertura de la causa. Tampoco sé si es un crimen de lesa humanidad. Eso será cuestión que van a tener que decidir jueces y fiscales. Pero sí sé que hay una demanda de verdad, por lo menos de familiares, de amigos de las víctimas, también de grupos guerrilleros.

Gabriel Salvia: Además del sindicalismo, ¿Cómo evalúa las repercusiones entre los intelectuales y sus colegas periodistas? Por ejemplo, Pacho O'Donnell publicó un artículo muy interesante en el diario La Nación , precisamente sobre este tema y en base a la repercusión de su libro.

Ceferino Reato: Sí, Pancho estuvo muy generoso. En general, la gente es más generosa cuando percibe que detrás de un libro hay sólo la voluntad de hacer periodismo. Sin defender ningún interés particular, se trata de echar luz sobre un tema sobre el cual no se saben las cosas. Me parece que el artículo de O'Donnell en La Nación también es importante porque él ha sido un estudioso de muchos temas y es una voz bastante autorizada. Por eso le estoy agradecido. El periodismo lo ha tomado muy bien. Me parece que hay también una crisis de un paradigma que era hegemónico en la visión de los 70. Había un paradigma, o hay todavía, que pone el acento en dos bandos muy diferenciados, y un bando es un bando bueno, que nunca se equivoca y que si se equivoca lo hace por ideales superiores. Y otro bando malo, vinculado a la oligarquía, al imperio, al liberalismo, a los conservadores, a la derecha en general, que es un “bando de malos”, que siempre está pensando maldades contra los sectores populares, contra las clases medias progresistas, contra la solidaridad latinoamericana. Es decir, hay un recorte, demasiado maniqueo, demasiado simple de la realidad argentina. Me parece que eso está en crisis y tomar un hecho puntual, como es el asesinato de Rucci, también muestra la crisis de ese paradigma.

Gabriel Salvia: ¿El libro también reaviva dónde los guerrilleros se formaban para luego cometer este tipo de asesinato en sus países? Me refiero puntualmente a la instrucción que habría tenido el asesino de Rucci en Cuba.

Ceferino Reato: Si, claro. Cuba estuvo muy activa y es hora también de empezar a hablar de esas cosas. Porque el Estado cubano tenía una política deliberada que se plasmaba en organismos del Estado, el célebre comandante “Barba Roja”, que es una cuestión de tratar de exportar el modelo revolucionario cubano a los países de la región, y Argentina es un país importante. Eso estuvo presente con el Che Guevara, pero también después de la muerte del Che hubo muchos intentos de exportación, adiestramientos, no sólo en Cuba, pero principalmente en Cuba, de guerrilleros argentinos. Y también, si venimos más acá en el tiempo, la contraofensiva de Montoneros del 79, hay testimonios de personas que dicen que trataron de reclutarlos y que para los hijos les aseguraban educación en guarderías y escuelas cubanas. Y ha habido casos así. Me parece que es importante tenerlo en cuenta, más allá de lo que uno piense sobre la revolución cubana. Esta forma de actuar sobre los demás países también es una cuestión que hay que tener presente. Eso es historia, es así. Digamos, no es que uno lo invente ni que tenga que estar a favor o en contra, es un hecho, ya está, nadie lo puede modificar. Pero es bueno contarlo porque me parece que ayuda a completar la verdad histórica. Ya está en la historia, eso fue así, y Castro ha terminado con esa política sólo muy recientemente.