Entrevistas

06.06.22

Jihyun Park: «En China fui víctima de la trata de personas»

La increíble historia de Jihyun Park es excepcional en Inglaterra, donde vive ahora, pero es la norma entre las mujeres que logran escapar de Corea del Norte: reunir dinero para pagarles a traficantes de personas, ser vendidas y abusadas en China, perder a sus hijos, arriesgarse a ser denunciadas y devueltas a su país, quedar detenidas indefinidamente en campos de reeducación norcoreanos. Park pasó por esa experiencia dos veces y finalmente pudo llegar al Reino Unido, donde se dedica al activismo en defensa de los derechos humanos y se convirtió en la primera norocoreana en presentarse a elecciones locales. Publicamos en español esta entrevista que hizo con ella
NK News
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Foto: Perfil de Facebook de Jihyun Park

(NK News) De los miles de candidatos que se presentaron a las recientes elecciones locales en el Reino Unido, pocos tenían una historia tan singular como la de Jihyun Park: escapó dos veces de Corea del Norte en circunstancias difíciles y solo la dejaron salir de la cárcel porque los guardias no querían que muriera bajo su vigilancia; finalmente, Park se convirtió en una de las pocas desertoras que se establecieron en el Reino Unido. Desde entonces, se ha dedicado al activismo y a hacer campaña a defensa de los derechos humanos. Recientemente, Park intervino en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y se convirtió en la primera persona de origen norcoreano en presentarse a elecciones en el Reino Unido. NK News habló con ella para saber más sobre su historia, cómo sus antecedentes moldearon su pensamiento político y qué opina de la situación actual de los derechos humanos en Corea del Norte.

NK News: ¿Qué la motivó a huir de Corea del Norte en un principio?

Park: Escapé de Corea del Norte dos veces, la primera en febrero de 1998. Mi tío había muerto, y el último deseo de mi padre era que yo escapara con mi hermano pequeño. Mi hermano menor necesitaba escapar: al comienzo de la Marcha Ardua [la hambruna de los años 90], mientras hacía el servicio militar, se unió a un grupo que vendía ilegalmente todo tipo de bienes, incluido oro. No tenía otra opción por lo mal que estaba la situación, pero en Corea del Norte, todo el mundo está obligado a hacer "pagos" al gobierno. Un negocio le salió mal y no pudo pagar. Esto provocó todo tipo de problemas políticos y todos los miembros de aquel grupo tuvieron que huir.

Los militares trataron de encontrarlo y hubo soldados apostados fuera de mi casa para asegurarse de que no viniera a vivir conmigo.

Cuando intentamos escapar a China, nos separaron. El viaje no salió como estaba previsto porque yo no sabía mucho sobre China; por supuesto, no obtuve nada de información al respecto mientras estaba en Corea del Norte. Encontraron a mi hermano, lo enviaron de vuelta a Corea del Norte y nunca volví a saber de él. Todavía no sé qué le pasó ni si sobrevivió.

Una vez en China, fui víctima de la trata de personas. Me vendieron a un ciudadano chino y acabé en un pueblo de la provincia de Heilongjiang. Allí sufrí abusos sexuales y acabé dando a luz a mi hijo. Como era una madre norcoreana, China lo consideró apátrida. Así que el gobierno chino no le dio ninguna documentación. No podía ir a los hospitales ni recibir educación en China.

Seis años después, la policía china me detuvo y me devolvió a Corea del Norte. A los chinos les ofrecen dinero si denuncian a los refugiados norcoreanos ante la policía, de modo que alguien debió descubrirme y trató de cobrar entregándome.

NK News: ¿Qué pasó cuando la enviaron de vuelta a Corea del Norte? ¿Cómo consiguió escapar por segunda vez?

Park: Me separaron de mi hijo; él se quedó en China pero a mí me enviaron a Corea del Norte. Me hicieron trabajar en un campo de trabajo. Estuve a punto de morir. Pero no querían que muriera dentro del campo, así que me dejaron salir y me dijeron: "De todas formas morirás ahí afuera de noche".

Cuando estaba en la cárcel, me mantenía viva pensando en mi hijo. Después de todo, era la única familia que me quedaba. Ese pensamiento fue una fuente de fuerza en la cárcel.

Una vez que me soltaron, no tuve más remedio que volver con los traficantes de personas. Tuve que abandonar el país. Los traficantes me llevaron de vuelta a China y allí me reuní con mi hijo.

NK News: ¿Cómo terminó trasladándose al Reino Unido?

Park: Una vez que volví a China, supe que no era un país seguro para quedarse. En un principio, quería llegar a Corea del Sur, pero no pude pasar las guardias de seguridad chinas apostados frente a la embajada de la República de Corea en Pekín. Mi hijo tampoco tenía identificación y ninguno de los dos tenía pasaporte. Así que decidimos intentar llegar a Mongolia.

Conseguimos cruzar la frontera con Mongolia, pero no vimos a nadie durante días en el desierto mongol. Cuando mi hijo enfermó, nos vimos obligados a regresar. Nos quedamos en Pekín dos años más, donde encontré trabajo con mi futuro marido, al que había conocido en el viaje a Mongolia.

Entonces, un pastor coreano-estadounidense de Pekín nos puso en contacto con un programa de las Naciones Unidas. Nunca había oído hablar de la ONU, pero me enteré de que podían ayudarme a solicitar asilo en un país seguro. Me preguntaron a qué país me gustaría ir. Elegí el Reino Unido porque había visto a mucha gente fracasar en su intento de entrar en Corea del Sur. Probablemente había conocido a menos de diez personas que habían decidido ir a Inglaterra o a algún lugar de Europa, pero pensé que era la apuesta más segura. Finalmente, llegué al Reino Unido en 2008.

NK News: ¿Sus experiencias en Corea del Norte influyeron en su decisión de afiliarse al Partido Conservador y participar en la política británica?

Park: En Corea del Norte tenemos que vivir dos vidas: una vida política y otra física. La vida física no es demasiado importante. La única importante es la vida política y, dentro de ella, estás dividido y restringido por el sistema de castas songbun.

En Corea del Norte, la felicidad solo puede ser algo político relacionado de alguna manera con el partido. Pero en el Reino Unido descubrí lo que significa la felicidad personal: cosas sencillas como pasar tiempo con mis hijos y verlos ir a la escuela.

Cuando llegué aquí, ver a mis hijos sonreír me hizo llorar porque por fin supe lo que significaba ser feliz. En Corea del Norte, no conocíamos realmente el significado de la familia ni por qué es tan importante. Cuando empecé a involucrarme en el activismo y la política, me atrajo el Partido Conservador por su creencia en la vida familiar y el individuo.

También me involucré con el partido después de ir al Parlamento Europeo por primera vez. Me sorprendió que hubiera 28 países diferentes que tenían que aceptar lo que decía Europa. Fue realmente confuso para mí: la Unión Europea parecía un imperio político con un control importante sobre nuestro país.

Cuando vivía en Corea del Norte, todo el mundo estaba dividido en comunidades de treinta personas llamadas inminban. El líder del inminban controlaba toda la vida familiar y personal. Recuerdo que pensé que la Unión Europea era similar en algunos aspectos, en cuanto al control que ejercía sobre el Reino Unido, así que decidí unirme a la campaña del Brexit y me involucré más en la política conservadora durante el referéndum de 2016.

NK News: Usted sigue muy comprometida con las cuestiones de derechos humanos en Corea del Norte. ¿Hay alguna perspectiva de que la situación del país en esta materia mejore en los próximos años?

Park: Por el momento, la situación está empeorando. Los campos de concentración, los campos políticos y los campos de reeducación siguen siendo muy habituales en Corea del Norte. Como muchos jóvenes ven programas de televisión surcoreanos o reciben información de Corea del Sur, las autoridades han respondido tomando medidas drásticas y aplicando duros castigos penales contra quienes reciben esa información.

Los cierres y el completo aislamiento del país también han empeorado la situación, porque han dificultado la entrada de personas e información del exterior. Antes de la pandemia, algunos norcoreanos salían ocasionalmente del país y traían al regreso ciertas ideas o experiencias del exterior. Pero ahora el gobierno tiene un control total sobre lo que la gente puede pensar. No ha contribuido mucho el hecho de que Corea del Sur también haya prohibido el envío de información a Corea del Norte.

En definitiva, la situación de los derechos humanos es peor que nunca, y cualquier esperanza de liberalización es imposible durante la pandemia.

NK News: ¿Qué la motiva a seguir haciendo campaña a pesar de eso?

Park: Tengo el deber de seguir luchando, un deber para con mi padre. Él se sacrificó para darnos a mí y a mi hermano la oportunidad de escapar. Y luego tengo un deber con mi hermano menor, que no tuvo tanta suerte como yo. Mi vida es también la vida de mi hermano menor.

Soy increíblemente afortunada porque no solo sobreviví, sino que ahora tengo una familia feliz y una vida tranquila. El sufrimiento y el dolor que experimentamos en Corea del Norte y China son cosa del pasado, pero hay familias en Corea del Norte que siguen sufriendo. Si no hablo de esto, nadie sabrá la verdad de lo que está pasando. Siento que tengo el deber de hacer que se escuchen sus historias.

Edición: Florencia Grieco

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