Rogelio Núñez:
«Brasil no puede seguir con el sistema político que tiene»
«Creo que si Lula gana, y va a ganar, evidentemente, una de sus prioridades debe ser esa reforma política que destierre la corrupción innata en el sistema brasileño».
Realizada el 30 de agosto en “Apertura Latinoamericana”
Rogelio Núñez es Periodista, Doctor en Historia de América Latina Contemporánea y Profesor en la Facultad de Comunicación Universidad de los Andes (Chile).
- En Nicaragua está en juego el intento de crear una institucionalidad realmente democrática.
- El gran problema de las elecciones en Ecuador es la apatía: el 65% de la población no está interesada en las elecciones y duda mucho de si ir a votar.
- Si Lula gana, y va a ganar, evidentemente, una de sus prioridades debe ser esa reforma política que destierre la corrupción innata en el sistema brasileño.
- Veo muy complicado que Rosales le gane a Chávez. Lo que sí puede ser es que Rosales pueda conseguir un amplio respaldo que, por fin, haga viable una oposición en Venezuela.
- México es la crisis más grave que estamos viviendo en estos momentos en América latina.
- Hay algunos analistas que consideran que lo que López Obrador está buscando es, nada más y nada menos, que se produzcan muertes.
- La idea del gobierno español actualmente es intentar, a través de una serie de países (que concretamente son Chile, Argentina, Brasil, Colombia y México), apoyados en estos países, intentar liderar a la región.
Gabriel Salvia: Empecemos sobre las elecciones en Nicaragua. ¿Cuáles son las expectativas, quienes son los candidatos, qué se está debatiendo?
Rogelio Núñez: En Nicaragua hay cuatro candidatos, es un juego a cuatro bandas, aunque hay un quinto candidato que es el famoso Edén Pastora, pero que tiene un porcentaje mínimo de respaldo. Los cuatro candidatos más importantes son: en primer lugar, Daniel Ortega, ex presidente sandinista. Luego está un liberal disidente, que es Eduardo Montealegre. Una facción del sandinismo, también disidente, que encabeza Jarquín. Y por último, el heredero de Arnoldo Alemán, que es José Rizo. Lo que está en juego en Nicaragua, yo creo que es la continuidad, o mejor dicho, la construcción de una institucionalidad democrática, porque mientras que Rizo y Ortega representan el caudillismo y el clientelismo clásico de este país centroamericano, Montealegre y Jarquín representan, por su lado, el intento de crear una institucionalidad realmente democrática. Yo creo que eso es lo que realmente estaría en juego en Nicaragua.
G. S.: ¿Cuáles son los temas centrales de la campaña?
R. N.: La campaña está girando fundamentalmente alrededor de lo que acabo de comentar: la posibilidad de construir en Nicaragua unas instituciones confiables, unas instituciones que estén al margen de la lucha partidaria, y que respondan realmente a un enraizamiento democrático. Nicaragua ahora mismo está en manos de un pacto, firmado entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán, y que básicamente se caracteriza por haberse repartido entre ambos partidos las instituciones. Y unas instituciones que sirven realmente a los intereses de Arnoldo Alemán, que como todo el mundo sabe, está encausado por unos actos gravísimos de corrupción y por Daniel Ortega, de cuyo gobierno todos recordamos que fue un auténtico desastre en todos los sentidos, el económico primero, pero no solo ese.
G. S.: Pasemos a Ecuador, donde tengo entendido que hay oficializados once candidatos. La pregunta es básicamente la misma: ¿cuales son los candidatos con mayores expectativas y cuales son los ejes de la campaña?
R. N.: Bueno, hay un eje que no he comentado antes en Nicaragua, y que también está presente en Ecuador, y que es el de Chávez. No es por intentar crear un falso mito, de que Chávez está en todos los sitios, pero realmente, en América Latina, ahora mismo se está jugando un juego de ajedrez muy interesante y muy apasionante, y en ese juego de ajedrez siempre está Chávez, de una manera u otra. En Nicaragua Chávez está, porque está claro que su candidato es Daniel Ortega y un triunfo de Daniel Ortega representaría también un triunfo de Chávez, que no hay que olvidar que ha sufrido dos derrotas muy importantes, una en Perú y otra en México, si es que al final López Obrador no se sale con la suya, evidentemente. En Ecuador, de los once candidatos yo destacaría tres: Una es la socialcristiana Cintia Viteri; otro es el socialista moderado León Roldós; otro es chavista, eso está claro, ex ministro Rafael Correa, muy vinculado a la figura de Chávez durante su brevísimo paso por el ministerio de economía; y por último, el magnate bananero y también dirigente populista Álvaro Novoa. El que va en cabeza por ahora es el socialista Roldós y en una segunda vuelta seguramente la lucha sería entre Roldós, Viteri o Correa, eso es lo que está en juego. El gran problema de las elecciones en Ecuador es la apatía: el 65% de la población no está interesada en las elecciones y duda mucho de si ir a votar. Eso es uno de los grandes problemas que tiene esta campaña. Y otro, la gobernabilidad futura, porque gane quien gane, en la primera vuelta no creo que supere el 25 por ciento. Y la fragmentación en el Congreso va a poner muy en peligro la gobernabilidad futura, y no hay que olvidar que desde 1996, ningún presidente ecuatoriano ha conseguido terminar su período presidencial.
G. S.: Pasemos a Brasil. ¿Es tan así que Lula va a ser reelecto fácilmente?
R. N.: Sí. En realidad yo creo que el PSDB le ha regalado estas elecciones a Lula. Yo considero que los dos candidatos que más opciones tenían, que uno es José Serra, que ya se presentó en los anteriores comicios y fue derrotado por Lula; y una figura ascendente, yo creo que muy importante en un futuro cercano, que es el gobernador de Minas Aecio Neves. Ambos sabían que estas elecciones no las podían ganar y por lo tanto no quisieron participar en estos comicios. El candidato Geraldo Alckmin no tenía ninguna opción ante Lula, y eso se está viendo, porque a medida que pasa la campaña electoral, Lula en vez de decrecer en opciones está aumentando. Repito: tanto Serra como Neves han tenido esa opción de futuro y han visto claramente que estas elecciones eran de Lula.
G. S.: ¿Porqué Lula tiene gran apoyo popular y logra para sus políticas el consenso de la población?
R. N.: Lo que hay que reconocer es que la política ortodoxa en materia económica que ha llevado Lula, le ha ganado el aprecio de los grandes foros internacionales. El prestigio que tiene Lula sigue siendo inmenso y los escándalos al final han conseguido tener un efecto teflón sobre él: le han absolutamente resbalado. También hay que tener en cuenta que las políticas sociales que ha llevado (muchas de gran matiz clientelista) han sido efectivas y la gente ha visto en sus bolsillos aumentar el dinero que tenía a final de mes, y eso al final es muy importante. El último discurso de Lula yo creo que es la clave. Él ha prometido, y yo creo que es la gran asignatura pendiente que tiene para sus próximos cuatro años, en realizar una reforma política en serio en Brasil. Brasil no puede seguir con el sistema político que tiene, porque al final es una gangrena que lo único que hace es deteriorar las instituciones. Por lo tanto yo creo que si Lula gana, y va a ganar, evidentemente, una de sus prioridades debe ser esa reforma política que destierre la corrupción innata en el sistema brasileño.
G. S.: ¿En qué tendrían que consistir esas reformas políticas?
R. N.: Desterrar de una vez por todas el clientelismo que sigue existiendo dentro del Congreso brasileño, que cada vez que se quiera aprobar una ley, tras esa ley hay un reparto bastante generoso de dinero entre los diputados que evidentemente están enraizados en algunos núcleos poblacionales y áreas rurales sobre todo. Y que esos partidos que existen no sean meras pantallas para unos intereses particulares y que no tienen nada que ver con la política y sí con intereses, a veces, muy muy espurios. Yo quisiera destacar, de todas formas, que la reforma política debe ser un pilar fundamental de la futura gestión de Lula, pero otro de los puntos fundamentales tiene que ser el seguir con la ortodoxia económica, y el abordar el inmenso problema social que vive Brasil en estos momentos. Y muy unido a ese problema social está el de la violencia y el de la inseguridad, que hemos visto recientemente cómo ha afectado al país. Pero al lado de esa vertiente interna, hay una vertiente externa que es muy importante: Brasil tiene que recuperar el liderazgo en América Latina, que lo ha perdido a manos, y volvemos a la figura, de Hugo Chávez. Yo considero, y espero también, que haya sido este proceso electoral el que ha llevado a Lula a olvidar el panorama internacional más cercano. Y repito, Lula, con Argentina evidentemente, y con Chile, tiene que recuperar el protagonismo en América Latina y arrebatárselo a quien ahora mismo está llevando la iniciativa, que es Hugo Chávez.
G. S.: Precisamente, vamos a Venezuela, donde va a haber elecciones a fin de año y aparece un único candidato de la oposición y querría saber si crees que tiene posibilidades de ganarle a Chávez y si se van a mantener las dudas sobre posibles fraudes en el proceso electoral.
R. N.: Yo creo que hoy por hoy, Hugo Chávez no tiene rival. Y no lo tiene por varias razones: primera, porque su popularidad, aunque decreciendo, hay que reconocer que sigue siendo muy alta. Por otro lado, la oposición, aunque parece unida, no lo está tanto. Hoy, precisamente, Acción Democrática condenaba a todos aquellos que estaban apoyando a Rosales y no estaban siguiendo la línea partidaria que es la de la abstención. Aparte, las instituciones electorales en Venezuela, como tú muy bien decías, dejan muchísimo que desear. Si tenemos en cuenta estas tres características, yo veo muy complicado que Rosales le gane a Chávez. Lo que sí puede ser es que Rosales pueda conseguir un amplio respaldo que, por fin, haga viable una oposición en Venezuela, porque Hugo Chávez, aparte de sus virtudes como político, que hay que reconocerle (o cómo líder quizá más que como político), hay que reconocer que ha tenido las cosas muy fáciles, porque no ha tenido oposición; y cuando la ha tenido, ha sido una oposición bastante torpe.
Constanza Mazzina: ¿Cómo crees que va a cerrar este año electoral de América Latina, en este juego de ajedrez entre la izquierda chavista y una centro-derecha que en algún sentido podríamos encontrar todavía en América latina?
R. N.: Es una pelea izquierda centro-derecha, pero también es una pelea dentro de la izquierda. Es decir, es una pelea entre lo que yo podría llamar izquierda moderada, o izquierda razonable, frente a la izquierda populista. ¿Cómo creo que va a terminar? Bueno, yo creo que va a terminar con nuevas derrotas para Chávez. La única que no va a ser una derrota, evidentemente, es su propia elección en su país. El resto yo sí considero que van a ser derrotas. Sobre todo la gran derrota va a ser la reelección de Lula, porque yo creo que en este cuatrieño Lula va a alejarse de Chávez. Dentro de todo este contexto tampoco quiero olvidar a México. Creo que es la crisis más grave que estamos viviendo en estos momentos en América latina, y López Obrador yo no sé hasta donde puede querer llegar. Me temo que los días 1 y 16 de septiembre van a ser días claves en este aspecto. Hay algunos analistas que consideran que lo que López Obrador está buscando es, nada más y nada menos, que se produzcan muertes. Porque mantener este conflicto ad eternum es imposible. La única forma de realimentarlo es mediante algunos hechos que no puedan permitir la vuelta atrás de todo esto. Volviendo a tu pregunta, yo sí considero que Chávez va a vivir un reflujo claramente, aparte de los graves problemas que está viviendo Evo Morales en su país, con crecientes problemas, no solamente dentro de su partido, sino con diferentes sectores y gremios sociales.
G. S.: Pasando a otro tema, ¿nos podrías hablar un poco de la política exterior de España hacia América Latina?
R. N.: La política exterior de España con América latina ha cambiado bastante con la llegada del gobierno socialista. El gobierno de Aznar era un gobierno mucho más duro, mucho más de establecer claras líneas con respecto a algunos gobiernos: concretamente el de Cuba, y en el último período también el de Chávez. El gobierno español ahora mismo, tiene una visión diferente: la visión de que es mejor llevarse bien con todos porque es más fácil, en caso de problemas, solucionarlos si te llevas bien con la contraparte que si te llevas mal. Ese creo yo sería un poco el escenario del gobierno español. Evidentemente tiene sus preferencias: hablando de Ecuador, está claro que Roldós es su candidato; en Nicaragua, Edmundo Jarquín y no Daniel Ortega, como podrían en algunos casos opinar, es el candidato del gobierno español. Y en Brasil, evidentemente, es Lula. La idea del gobierno español actualmente es intentar, a través de una serie de países (que concretamente son Chile, Argentina, Brasil, Colombia y México), apoyados en estos países, intentar liderar a la región. España sabe que sola, evidentemente, no puede liderar la región porque, además, es un actor extraregional, y hay una serie de componentes históricos que no lo permitirían. Pero sí, apoyado en esos países que acabo de comentar, sí se podría construir una plataforma de futuro.
Realizada el 30 de agosto en “Apertura Latinoamericana”
Rogelio Núñez es Periodista, Doctor en Historia de América Latina Contemporánea y Profesor en la Facultad de Comunicación Universidad de los Andes (Chile).
- En Nicaragua está en juego el intento de crear una institucionalidad realmente democrática.
- El gran problema de las elecciones en Ecuador es la apatía: el 65% de la población no está interesada en las elecciones y duda mucho de si ir a votar.
- Si Lula gana, y va a ganar, evidentemente, una de sus prioridades debe ser esa reforma política que destierre la corrupción innata en el sistema brasileño.
- Veo muy complicado que Rosales le gane a Chávez. Lo que sí puede ser es que Rosales pueda conseguir un amplio respaldo que, por fin, haga viable una oposición en Venezuela.
- México es la crisis más grave que estamos viviendo en estos momentos en América latina.
- Hay algunos analistas que consideran que lo que López Obrador está buscando es, nada más y nada menos, que se produzcan muertes.
- La idea del gobierno español actualmente es intentar, a través de una serie de países (que concretamente son Chile, Argentina, Brasil, Colombia y México), apoyados en estos países, intentar liderar a la región.
Gabriel Salvia: Empecemos sobre las elecciones en Nicaragua. ¿Cuáles son las expectativas, quienes son los candidatos, qué se está debatiendo?
Rogelio Núñez: En Nicaragua hay cuatro candidatos, es un juego a cuatro bandas, aunque hay un quinto candidato que es el famoso Edén Pastora, pero que tiene un porcentaje mínimo de respaldo. Los cuatro candidatos más importantes son: en primer lugar, Daniel Ortega, ex presidente sandinista. Luego está un liberal disidente, que es Eduardo Montealegre. Una facción del sandinismo, también disidente, que encabeza Jarquín. Y por último, el heredero de Arnoldo Alemán, que es José Rizo. Lo que está en juego en Nicaragua, yo creo que es la continuidad, o mejor dicho, la construcción de una institucionalidad democrática, porque mientras que Rizo y Ortega representan el caudillismo y el clientelismo clásico de este país centroamericano, Montealegre y Jarquín representan, por su lado, el intento de crear una institucionalidad realmente democrática. Yo creo que eso es lo que realmente estaría en juego en Nicaragua.
G. S.: ¿Cuáles son los temas centrales de la campaña?
R. N.: La campaña está girando fundamentalmente alrededor de lo que acabo de comentar: la posibilidad de construir en Nicaragua unas instituciones confiables, unas instituciones que estén al margen de la lucha partidaria, y que respondan realmente a un enraizamiento democrático. Nicaragua ahora mismo está en manos de un pacto, firmado entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán, y que básicamente se caracteriza por haberse repartido entre ambos partidos las instituciones. Y unas instituciones que sirven realmente a los intereses de Arnoldo Alemán, que como todo el mundo sabe, está encausado por unos actos gravísimos de corrupción y por Daniel Ortega, de cuyo gobierno todos recordamos que fue un auténtico desastre en todos los sentidos, el económico primero, pero no solo ese.
G. S.: Pasemos a Ecuador, donde tengo entendido que hay oficializados once candidatos. La pregunta es básicamente la misma: ¿cuales son los candidatos con mayores expectativas y cuales son los ejes de la campaña?
R. N.: Bueno, hay un eje que no he comentado antes en Nicaragua, y que también está presente en Ecuador, y que es el de Chávez. No es por intentar crear un falso mito, de que Chávez está en todos los sitios, pero realmente, en América Latina, ahora mismo se está jugando un juego de ajedrez muy interesante y muy apasionante, y en ese juego de ajedrez siempre está Chávez, de una manera u otra. En Nicaragua Chávez está, porque está claro que su candidato es Daniel Ortega y un triunfo de Daniel Ortega representaría también un triunfo de Chávez, que no hay que olvidar que ha sufrido dos derrotas muy importantes, una en Perú y otra en México, si es que al final López Obrador no se sale con la suya, evidentemente. En Ecuador, de los once candidatos yo destacaría tres: Una es la socialcristiana Cintia Viteri; otro es el socialista moderado León Roldós; otro es chavista, eso está claro, ex ministro Rafael Correa, muy vinculado a la figura de Chávez durante su brevísimo paso por el ministerio de economía; y por último, el magnate bananero y también dirigente populista Álvaro Novoa. El que va en cabeza por ahora es el socialista Roldós y en una segunda vuelta seguramente la lucha sería entre Roldós, Viteri o Correa, eso es lo que está en juego. El gran problema de las elecciones en Ecuador es la apatía: el 65% de la población no está interesada en las elecciones y duda mucho de si ir a votar. Eso es uno de los grandes problemas que tiene esta campaña. Y otro, la gobernabilidad futura, porque gane quien gane, en la primera vuelta no creo que supere el 25 por ciento. Y la fragmentación en el Congreso va a poner muy en peligro la gobernabilidad futura, y no hay que olvidar que desde 1996, ningún presidente ecuatoriano ha conseguido terminar su período presidencial.
G. S.: Pasemos a Brasil. ¿Es tan así que Lula va a ser reelecto fácilmente?
R. N.: Sí. En realidad yo creo que el PSDB le ha regalado estas elecciones a Lula. Yo considero que los dos candidatos que más opciones tenían, que uno es José Serra, que ya se presentó en los anteriores comicios y fue derrotado por Lula; y una figura ascendente, yo creo que muy importante en un futuro cercano, que es el gobernador de Minas Aecio Neves. Ambos sabían que estas elecciones no las podían ganar y por lo tanto no quisieron participar en estos comicios. El candidato Geraldo Alckmin no tenía ninguna opción ante Lula, y eso se está viendo, porque a medida que pasa la campaña electoral, Lula en vez de decrecer en opciones está aumentando. Repito: tanto Serra como Neves han tenido esa opción de futuro y han visto claramente que estas elecciones eran de Lula.
G. S.: ¿Porqué Lula tiene gran apoyo popular y logra para sus políticas el consenso de la población?
R. N.: Lo que hay que reconocer es que la política ortodoxa en materia económica que ha llevado Lula, le ha ganado el aprecio de los grandes foros internacionales. El prestigio que tiene Lula sigue siendo inmenso y los escándalos al final han conseguido tener un efecto teflón sobre él: le han absolutamente resbalado. También hay que tener en cuenta que las políticas sociales que ha llevado (muchas de gran matiz clientelista) han sido efectivas y la gente ha visto en sus bolsillos aumentar el dinero que tenía a final de mes, y eso al final es muy importante. El último discurso de Lula yo creo que es la clave. Él ha prometido, y yo creo que es la gran asignatura pendiente que tiene para sus próximos cuatro años, en realizar una reforma política en serio en Brasil. Brasil no puede seguir con el sistema político que tiene, porque al final es una gangrena que lo único que hace es deteriorar las instituciones. Por lo tanto yo creo que si Lula gana, y va a ganar, evidentemente, una de sus prioridades debe ser esa reforma política que destierre la corrupción innata en el sistema brasileño.
G. S.: ¿En qué tendrían que consistir esas reformas políticas?
R. N.: Desterrar de una vez por todas el clientelismo que sigue existiendo dentro del Congreso brasileño, que cada vez que se quiera aprobar una ley, tras esa ley hay un reparto bastante generoso de dinero entre los diputados que evidentemente están enraizados en algunos núcleos poblacionales y áreas rurales sobre todo. Y que esos partidos que existen no sean meras pantallas para unos intereses particulares y que no tienen nada que ver con la política y sí con intereses, a veces, muy muy espurios. Yo quisiera destacar, de todas formas, que la reforma política debe ser un pilar fundamental de la futura gestión de Lula, pero otro de los puntos fundamentales tiene que ser el seguir con la ortodoxia económica, y el abordar el inmenso problema social que vive Brasil en estos momentos. Y muy unido a ese problema social está el de la violencia y el de la inseguridad, que hemos visto recientemente cómo ha afectado al país. Pero al lado de esa vertiente interna, hay una vertiente externa que es muy importante: Brasil tiene que recuperar el liderazgo en América Latina, que lo ha perdido a manos, y volvemos a la figura, de Hugo Chávez. Yo considero, y espero también, que haya sido este proceso electoral el que ha llevado a Lula a olvidar el panorama internacional más cercano. Y repito, Lula, con Argentina evidentemente, y con Chile, tiene que recuperar el protagonismo en América Latina y arrebatárselo a quien ahora mismo está llevando la iniciativa, que es Hugo Chávez.
G. S.: Precisamente, vamos a Venezuela, donde va a haber elecciones a fin de año y aparece un único candidato de la oposición y querría saber si crees que tiene posibilidades de ganarle a Chávez y si se van a mantener las dudas sobre posibles fraudes en el proceso electoral.
R. N.: Yo creo que hoy por hoy, Hugo Chávez no tiene rival. Y no lo tiene por varias razones: primera, porque su popularidad, aunque decreciendo, hay que reconocer que sigue siendo muy alta. Por otro lado, la oposición, aunque parece unida, no lo está tanto. Hoy, precisamente, Acción Democrática condenaba a todos aquellos que estaban apoyando a Rosales y no estaban siguiendo la línea partidaria que es la de la abstención. Aparte, las instituciones electorales en Venezuela, como tú muy bien decías, dejan muchísimo que desear. Si tenemos en cuenta estas tres características, yo veo muy complicado que Rosales le gane a Chávez. Lo que sí puede ser es que Rosales pueda conseguir un amplio respaldo que, por fin, haga viable una oposición en Venezuela, porque Hugo Chávez, aparte de sus virtudes como político, que hay que reconocerle (o cómo líder quizá más que como político), hay que reconocer que ha tenido las cosas muy fáciles, porque no ha tenido oposición; y cuando la ha tenido, ha sido una oposición bastante torpe.
Constanza Mazzina: ¿Cómo crees que va a cerrar este año electoral de América Latina, en este juego de ajedrez entre la izquierda chavista y una centro-derecha que en algún sentido podríamos encontrar todavía en América latina?
R. N.: Es una pelea izquierda centro-derecha, pero también es una pelea dentro de la izquierda. Es decir, es una pelea entre lo que yo podría llamar izquierda moderada, o izquierda razonable, frente a la izquierda populista. ¿Cómo creo que va a terminar? Bueno, yo creo que va a terminar con nuevas derrotas para Chávez. La única que no va a ser una derrota, evidentemente, es su propia elección en su país. El resto yo sí considero que van a ser derrotas. Sobre todo la gran derrota va a ser la reelección de Lula, porque yo creo que en este cuatrieño Lula va a alejarse de Chávez. Dentro de todo este contexto tampoco quiero olvidar a México. Creo que es la crisis más grave que estamos viviendo en estos momentos en América latina, y López Obrador yo no sé hasta donde puede querer llegar. Me temo que los días 1 y 16 de septiembre van a ser días claves en este aspecto. Hay algunos analistas que consideran que lo que López Obrador está buscando es, nada más y nada menos, que se produzcan muertes. Porque mantener este conflicto ad eternum es imposible. La única forma de realimentarlo es mediante algunos hechos que no puedan permitir la vuelta atrás de todo esto. Volviendo a tu pregunta, yo sí considero que Chávez va a vivir un reflujo claramente, aparte de los graves problemas que está viviendo Evo Morales en su país, con crecientes problemas, no solamente dentro de su partido, sino con diferentes sectores y gremios sociales.
G. S.: Pasando a otro tema, ¿nos podrías hablar un poco de la política exterior de España hacia América Latina?
R. N.: La política exterior de España con América latina ha cambiado bastante con la llegada del gobierno socialista. El gobierno de Aznar era un gobierno mucho más duro, mucho más de establecer claras líneas con respecto a algunos gobiernos: concretamente el de Cuba, y en el último período también el de Chávez. El gobierno español ahora mismo, tiene una visión diferente: la visión de que es mejor llevarse bien con todos porque es más fácil, en caso de problemas, solucionarlos si te llevas bien con la contraparte que si te llevas mal. Ese creo yo sería un poco el escenario del gobierno español. Evidentemente tiene sus preferencias: hablando de Ecuador, está claro que Roldós es su candidato; en Nicaragua, Edmundo Jarquín y no Daniel Ortega, como podrían en algunos casos opinar, es el candidato del gobierno español. Y en Brasil, evidentemente, es Lula. La idea del gobierno español actualmente es intentar, a través de una serie de países (que concretamente son Chile, Argentina, Brasil, Colombia y México), apoyados en estos países, intentar liderar a la región. España sabe que sola, evidentemente, no puede liderar la región porque, además, es un actor extraregional, y hay una serie de componentes históricos que no lo permitirían. Pero sí, apoyado en esos países que acabo de comentar, sí se podría construir una plataforma de futuro.