Ignacio Walker:
«Exportar o perecer»
«Todo esto ha significado un consenso en torno a una estrategia de desarrollo sobre la base de una economía abierta y un esfuerzo exportador, como un complemento de lo que, bajo los gobiernos de la Concertación (1990-2006) hemos denominado ‘crecimiento con equidad».
Ignacio Walker Prieto (1956) es doctor en Ciencias Políticas, Universidad de Princeton (Estados Unidos). Ha sido abogado de la Vicaría de la Solidaridad, en el campo de los derechos humanos, investigador, secretario ejecutivo y actualmente Presidente de CIEPLAN; profesor de la Universidad Católica, Universidad de Chile, Universidad Andrés Bello y Universidad de Stanford; miembro del Consejo Asesor del Kellogg Institute de la Universidad de Notre Dame y del Programa de América Latina de la Universidad de Princeton. Diputado de la República (1994-2002), desempeñándose como Presidente de la Comisiones de Defensa Nacional y Constitución, Legislación y Justicia. En los últimos dos años (2004-2006) se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores de Chile. Es autor de 3 libros y de una treintena de artículos y papers publicados en varios países.
-¿Cómo logró Chile tener una política de estado en materia de inserción en el comercio mundial y cuáles han sido los resultados de la misma?
Primero, fue la conciencia de los problemas y hasta cierto punto agotamiento de la estrategia de ISI (industrialización sustitutiva de importaciones) y su pretendido "crecimiento hacia adentro", lo que, tratándose de un país y un mercado pequeño como Chile, parecía como un contrasentido -sin perjuicio que, desde la década de 1940, dicha estrategia dotó al país de una cierta infraestructura industrial.
"Exportar o perecer" fue la idea que comenzó a rondar en nuestras mentes.
Luego fue la apertura unilateral de nuestro mercado a través de la reducción de barreras arancelarias y liberalización del comercio que partió en los años 70 y se profundizó con la llegada a la democracia en los 90: teníamos aranceles bajos y parejos de 15% en 1990 y hoy son de 6% (en términos nominales porque en términos reales, producto del impacto de los TLCs suscritos por Chile, son de 2%; es decir, Chile ya es una economía abierta y una de las más abiertas del mundo).
Luego fue en términos bilaterales, bajo el gobierno de Aylwin, a comienzos de la década del 90, con los ACES, (Acuerdos de Complementación Económica) de América del Sur y posteriormente, hacia fines de los 90 y comienzos de esta década, bajo Frei y Lagos, con los TLCs suscritos con Canadá (1997), México (1999), Unión Europea, Estados Unidos, Corea del Sur, Nueva Zelandia, Singapur y Brunei y, últimamente, China e India (estamos avanzando en estudios de factibilidad con Japón, Malasia y Tailandia).
Se han suscrito unos 15 Tratados, con 50 países que abarcan un PGB global de un 75%, mientras que el comercio exterior chileno representa el 65% del PGB, con exportaciones de US$ 40.000 millones, que es el 40% del PGB (cifras de 2005).
Actualmente el desafío es consolidar todo lo anterior a nivel multilateral (OMC y Ronda de Doha) para contar con un comercio mundial sobre la base de reglas del juego claras, estables y equitativas.
Todo esto ha significado un consenso en torno a una estrategia de desarrollo sobre la base de una economía abierta y un esfuerzo exportador, como un complemento de lo que, bajo los gobiernos de la Concertación (1990-2006) hemos denominado "crecimiento con equidad", que ha significado crecer a más de un 5% promedio en los últimos 15 años y reducir la pobreza desde un 40%, en 1990 -resultado de la aplicación dogmática del neoliberalismo de los "Chicago Boys", con un crecimiento 1973-1990 de sólo 2,8%-- a un 18% en la actualidad (con un crecimiento promedio cercano al 5% en los últimos 15 años).
-¿Cuáles son los futuros desafíos de la integración económica internacional de Chile?
Consolidar los TLCs en cuanto a, más que suscribir nuevos Tratados, aprovechar las oportunidades y "nichos" que los existentes nos brindan, incorporar fuertemente a las PYMES, internacionalizar las regiones, seguir con la modernización del Estado, en términos de mayor transparencia, eficiencia y eficacia y, sobretodo, avanzar en la Ronda de Doha en el marco de la OMC.
-¿Cuál es su opinión sobre el MERCOSUR?
Partió en 1991 con la buena idea de una Unión Aduanera, pero eso quedó en el camino, con una lista de excepciones que es como borrar con el codo lo que se escribe con la mano y fuertes asimetrías en la estructura comercial, lo que nos impide ingresar (somos miembros "asociados"); pero, puede ser el germen de algo mayor en la medida que exista visión y voluntad política, sin anteojeras ideológicas, complejos o prejuicios. Hoy por hoy, según entiendo, el MERCORSUR tiene un arancel promedio de un 15%, lo que es muy alto para nosotros, que, en términos reales, tenemos un arancel de 2%.
-Luego de la última Cumbre de las Américas, realizada en noviembre de 2005 en Mar del Plata, varios países de América Latina iniciaron gestiones para la firma de un TLC con Estados Unidos. Entonces, ¿está sepultado el ALCA cómo señaló en dicha oportunidad el presidente de Venezuela Hugo Chávez?
Nosotros ya tenemos un TLC con Estados Unidos en plena vigencia y con mucho éxito. Fue resultado de una década de conversaciones y negociaciones. El ALCA está ahí, instalado en el horizonte y tenemos que crear las condiciones para que sea posible en un plazo razonable. La razón es obvia: América Latina no se puede quedar atrás en el proceso de integración a la economía global y debe hacerlo con personalidad, sin complejos y con inteligencia, entendiendo que aquello no es una panacea, pero que peor es quedarse al margen de la historia.
Ignacio Walker Prieto (1956) es doctor en Ciencias Políticas, Universidad de Princeton (Estados Unidos). Ha sido abogado de la Vicaría de la Solidaridad, en el campo de los derechos humanos, investigador, secretario ejecutivo y actualmente Presidente de CIEPLAN; profesor de la Universidad Católica, Universidad de Chile, Universidad Andrés Bello y Universidad de Stanford; miembro del Consejo Asesor del Kellogg Institute de la Universidad de Notre Dame y del Programa de América Latina de la Universidad de Princeton. Diputado de la República (1994-2002), desempeñándose como Presidente de la Comisiones de Defensa Nacional y Constitución, Legislación y Justicia. En los últimos dos años (2004-2006) se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores de Chile. Es autor de 3 libros y de una treintena de artículos y papers publicados en varios países.
-¿Cómo logró Chile tener una política de estado en materia de inserción en el comercio mundial y cuáles han sido los resultados de la misma?
Primero, fue la conciencia de los problemas y hasta cierto punto agotamiento de la estrategia de ISI (industrialización sustitutiva de importaciones) y su pretendido "crecimiento hacia adentro", lo que, tratándose de un país y un mercado pequeño como Chile, parecía como un contrasentido -sin perjuicio que, desde la década de 1940, dicha estrategia dotó al país de una cierta infraestructura industrial.
"Exportar o perecer" fue la idea que comenzó a rondar en nuestras mentes.
Luego fue la apertura unilateral de nuestro mercado a través de la reducción de barreras arancelarias y liberalización del comercio que partió en los años 70 y se profundizó con la llegada a la democracia en los 90: teníamos aranceles bajos y parejos de 15% en 1990 y hoy son de 6% (en términos nominales porque en términos reales, producto del impacto de los TLCs suscritos por Chile, son de 2%; es decir, Chile ya es una economía abierta y una de las más abiertas del mundo).
Luego fue en términos bilaterales, bajo el gobierno de Aylwin, a comienzos de la década del 90, con los ACES, (Acuerdos de Complementación Económica) de América del Sur y posteriormente, hacia fines de los 90 y comienzos de esta década, bajo Frei y Lagos, con los TLCs suscritos con Canadá (1997), México (1999), Unión Europea, Estados Unidos, Corea del Sur, Nueva Zelandia, Singapur y Brunei y, últimamente, China e India (estamos avanzando en estudios de factibilidad con Japón, Malasia y Tailandia).
Se han suscrito unos 15 Tratados, con 50 países que abarcan un PGB global de un 75%, mientras que el comercio exterior chileno representa el 65% del PGB, con exportaciones de US$ 40.000 millones, que es el 40% del PGB (cifras de 2005).
Actualmente el desafío es consolidar todo lo anterior a nivel multilateral (OMC y Ronda de Doha) para contar con un comercio mundial sobre la base de reglas del juego claras, estables y equitativas.
Todo esto ha significado un consenso en torno a una estrategia de desarrollo sobre la base de una economía abierta y un esfuerzo exportador, como un complemento de lo que, bajo los gobiernos de la Concertación (1990-2006) hemos denominado "crecimiento con equidad", que ha significado crecer a más de un 5% promedio en los últimos 15 años y reducir la pobreza desde un 40%, en 1990 -resultado de la aplicación dogmática del neoliberalismo de los "Chicago Boys", con un crecimiento 1973-1990 de sólo 2,8%-- a un 18% en la actualidad (con un crecimiento promedio cercano al 5% en los últimos 15 años).
-¿Cuáles son los futuros desafíos de la integración económica internacional de Chile?
Consolidar los TLCs en cuanto a, más que suscribir nuevos Tratados, aprovechar las oportunidades y "nichos" que los existentes nos brindan, incorporar fuertemente a las PYMES, internacionalizar las regiones, seguir con la modernización del Estado, en términos de mayor transparencia, eficiencia y eficacia y, sobretodo, avanzar en la Ronda de Doha en el marco de la OMC.
-¿Cuál es su opinión sobre el MERCOSUR?
Partió en 1991 con la buena idea de una Unión Aduanera, pero eso quedó en el camino, con una lista de excepciones que es como borrar con el codo lo que se escribe con la mano y fuertes asimetrías en la estructura comercial, lo que nos impide ingresar (somos miembros "asociados"); pero, puede ser el germen de algo mayor en la medida que exista visión y voluntad política, sin anteojeras ideológicas, complejos o prejuicios. Hoy por hoy, según entiendo, el MERCORSUR tiene un arancel promedio de un 15%, lo que es muy alto para nosotros, que, en términos reales, tenemos un arancel de 2%.
-Luego de la última Cumbre de las Américas, realizada en noviembre de 2005 en Mar del Plata, varios países de América Latina iniciaron gestiones para la firma de un TLC con Estados Unidos. Entonces, ¿está sepultado el ALCA cómo señaló en dicha oportunidad el presidente de Venezuela Hugo Chávez?
Nosotros ya tenemos un TLC con Estados Unidos en plena vigencia y con mucho éxito. Fue resultado de una década de conversaciones y negociaciones. El ALCA está ahí, instalado en el horizonte y tenemos que crear las condiciones para que sea posible en un plazo razonable. La razón es obvia: América Latina no se puede quedar atrás en el proceso de integración a la economía global y debe hacerlo con personalidad, sin complejos y con inteligencia, entendiendo que aquello no es una panacea, pero que peor es quedarse al margen de la historia.