Entrevistas

21.06.06

Laura Pollán:

«Es ese libro el que va a llevar a América Latina todo nuestro dolor»

«Es una forma de que todos nuestros hermanos de América Latina conozcan de nuestra lucha. Sepan que somos mujeres pacíficas, que luchamos por la injusticia cometida con nuestros esposos o familiares».

Realizada el 24 de mayo en "Apertura Latinoamericana"

Laura PollánCon motivo de la publicación del libro "Las Damas de Blanco: Las mujeres de los prisioneros de la primavera negra de Cuba" (CADAL/Konrad Adenauer Stiftung, 2006) y su presentación en Santiago de Chile el 11 de mayo en la sede de la Fundación de la Prensa, se realizó esta entrevista a una de las principales referentes de "Las Damas de Blanco": Laura Pollán, esposa del preso político Héctor Maseda. Durante la misma, se reproducen el audio de la Senadora y Ex Canciller de Chile Soledad Alvear, quien tuvo a su cargo los comentarios del libro durante la presentación en Santiago de Chile, y se estableció también una comunicación telefónica con la autora del libro, la periodista Erika Lüters.

Gabriel Salvia: Recibí el nuevo informe de Amnistía internacional sobre Cuba, donde dice que la situación de los derechos civiles y políticos no registró mejorías durante 2005 y el régimen mantuvo las restricciones a la libertad de expresión, asociación y circulación. Para hablar sobre este tema y sobre la presentación de un libro que realizó CADAL en Santiago de Chile, voy a hablar con Laura Pollán, integrante de las Damas de Blanco. Hola Laura.

Laura Pollán.: Buenas tardes.

Gabriel Salvia: Me gustaría compartir la presentación del libro sobre ustedes, sobre las damas de blanco, que escribió la periodista chilena Erika Lüters, presentado el 11 de mayo en Santiago de Chile, donde los comentarios de la presentación estuvieron a cargo de Soledad Alvear, senadora y ex Canciller de Chile. Vamos a ir pasando en cuatro partes los doce minutos que duró la presentación de la Sra. Alvear y nos gustaría que usted lo vaya comentando.

Laura Pollán: Muy bien.

Soledad Alvear: "En muy pocas palabras quisiera transmitirles lo que en este libro hay. En este libro nos encontramos, como lo decía Erika, la vida de un grupo de mujeres cubanas: Madres, esposas, hijas, hermanas, de 75 presos de conciencia, detenidos en diversas cárceles cubanas. Sus relatos de verdad conmueven y nos recuerdan las luchas de otras mujeres, que en situaciones difíciles, de dictaduras en los países también han sido capaces de salir a la calle y manifestarse en pro de los derechos humanos. Aquí se recordó muy bien a las madres de plaza de Mayo, en Argentina o la agrupación de familiares detenidos desaparecidos en Chile. A todas ellas las une el afán de justicia, la libertad, los valores fundamentales y transversales para los demócratas de cualquier lugar del mundo. Y me impresiona que en cada lugar en donde uno aprecia valentía de salir a la calle y mostrarse desfilando así a la salida de una iglesia, de blanco, en el medio de una dictadura, siempre, o generalmente, han sido mujeres: las mamás, las esposas, las hermanas. Y son las que en definitiva, puede ser por nuestro carácter de madres, estamos muy presentes en toda la situación. Incluso en las que pueden ser no tan complejas como estas. Pero es muy impresionante, y lo pude apreciar como Ministro de Justicia, ver que en las visitas que se hacen las que nunca faltan son las mamás. Muchas veces ya los hijos no los ven, las esposas no los ven, pero las mamás están siempre en la cola para entrar el día de visita a ver a su hijo. Y eso, de alguna manera refleja la incondicionalidad del amor materno.

Gabriel Salvia: ¿Escuchabas Laura?

Laura Pollán: Perfectamente.

Gabriel Salvia: Quería aprovechar, mientras vamos escuchando la presentación, que nos hables un poco del comunicado que sacaron a raíz de la Cumbre de Viena. Donde mucha gente no se acordó de ustedes, y lo lamentamos mucho, como sí se acuerda la ex Canciller Soledad Alvear y muchos demócratas del mundo que piensan en ustedes.

Laura Pollán: Justamente la presentación de este libro es para nosotros algo muy grande. Porque es una forma de que todos nuestros hermanos de América latina conozcan de nuestra lucha. Sepan que somos mujeres pacíficas, que luchamos por la injusticia cometida con nuestros esposos o familiares. Que nosotras no queremos guerra, que estamos llenas de amor y que ese amor es lo único que nos hace saltar esas barreras de miedo que ha creado este gobierno durante tantos años, para enfrentarnos, en busca de la libertad de nuestros esposos. Por eso nos ha dolido que en Viena no se hablara de los presos. Se habló de muchas cosas, pero del dolor que sufre nuestro pueblo, de ese dolor que está llenando nuestras familias, a nuestros hijos, a nuestros padres, a las personas que nos quieren; ese dolor no se tocó y es algo netamente humano. Nosotras no queremos nada que no sea humano, que no sea el sentimiento que mueve a todos los hombres en cualquier parte del planeta porque los sentimientos de la familia son los sentimientos más puros que pueden llegar a cualquier corazón de un ser humano. Eso es lo que queremos. Que sean tomados en cuenta nuestros derechos, tanto civiles como políticos y humanos. Que nuestros esposos sean puestos en libertad y que todos los pueblos que nos escuchen se solidaricen con nuestra causa. Que nuestros hermanos latinos también den un paso al frente. Nosotras las esposas, se lo vamos a agradecer. Porque son hombres que están encarcelados injustamente. Son inocentes. Que se abran las rejas. Basta ya de tanta injusticia en nuestro país.

Gabriel Salvia: Gracias Laura. Te invito a continuar escuchando la presentación de Soledad Alvear.

Soledad Alvear: "Creo que esta historia, que gracias a Erika conocemos, merece ser contada y difundida. No solo para que nos conmovamos. Sino que para que con acciones concretas solidaricemos con estas valientes mujeres. Que pese a extremos problemas de recursos, de transporte, de comunicaciones y el hostigamiento permanente de un régimen autoritario, han seguido incansablemente al lado de sus familiares y han sido capaces de generar, con gestos sencillos, como vestirse de blanco, dirigirse a la iglesia de Santa Rita en la Habana, y luego caminar en silencio con la foto de sus familiares. Han generado con ello, en forma pacífica, un movimiento sólido, digno de imitar y casi heroico. Así, de esta manera pacífica, de blanco, desafían la injusticia, sin doblegarse y sin atemorizarse. El relato de cada una de ellas, junto con señalarnos las dificultades económicas y familiares, la pena, el dolor y la frustración, nos muestra grandes mujeres, como nos dice Erika; quienes al compartir el dolor con otras se han sentido acompañadas. Grandes mujeres que son capaces de readaptarse para luchar contra un sistema que disgrega a la familia, que controla todo y que actúa con una arbitrariedad sin límites. Siendo capaz de condenar de veinte a veinticinco años a personas por el delito tan grave de tener una biblioteca, o ser periodista, o por actuar como médico al margen de los programas de gobierno. Eso pasa a merecer pena de entre veinte y veinticinco años. Esto, lamentablemente, ha sido recurrente en nuestros países, donde dictaduras de diversos signos han oprimido a nuestros pueblos a lo largo de la historia. Por eso es fundamental nuestro compromiso con la democracia. Y entender siempre que la defensa de los derechos humanos es una tarea a la cual debemos siempre darle el tiempo necesario, por cuanto ella debe traspasar las fronteras y siempre ser un valor global que debe ser defendido por todas y todos.

Gabriel Salvia: ¿Pudo escuchar? De paso le comento que Amnistía Internacional señaló que los disidentes en Cuba continúan sufriendo restricciones para viajar al extranjero. Y menciona el caso de ustedes, las Damas de Blanco, familiares de disidentes presos, que no pudo enviar una representación a Estrasburgo, Francia, en diciembre pasado, para recoger el premio Sajarov concedido por el parlamento Europeo. A propósito, quería comentarle, ya habrá recibido la noticia, que las están postulando al premio Nóbel de la Paz.

Laura Pollán: Sabemos. No que estamos postuladas, sino que hay un movimiento dentro de los cubanos en el exilio y de muchas personas que se solidarizan con nosotras para que seamos nominadas, pero todavía no se ha hecho efectivo. Pienso que esto, si se logra, es un gran paso de avance. Además nos va a dar mucho valor y mucha protección. Porque como se acaba de decir, a nosotras no nos permitieron viajar a Estrasburgo a recibir el premio Sajarov. Poco nos están permitiendo a las mujeres movernos dentro del propio país. No nos permiten reunirnos, ahora mismo, para el día de las madres, para el día del aniversario. Fuimos hostigadas, Muchas mujeres fueron incluso amenazadas de muerte para que no vinieran a La Habana para reunirnos y hacer nuestras marchas pacíficas por la libertad de nuestros familiares. Es mucho lo que tenemos que sufrir. No quieren que el mundo nos escuche. No quieren que nuestras voces se alcen para que conozcan las verdaderas torturas físicas y psicológicas que se están viviendo en nuestro país y lo que le están haciendo a nuestros presos.

Gabriel Salvia: Laura, vamos a compartir ahora la tercera de las cuatro partes de la presentación de Soledad Alvear.

Soledad Alvear: "La agrupación de las Damas de Blanco no representa a ninguna agrupación política ni ideología en particular. Es un grupo de mujeres unidas por el dolor y la defensa de los derechos humanos. Y sólo por señalar un par de ejemplos, permítanme transmitir lo que Melba Santana, esposa de Alfredo Domínguez, condenado a 14 años de cárcel por ser vocero de algunos periodistas independientes, nos dijo: ´El momento más difícil de mi vida fue cuando fueron sancionados a duras condenas. Porque sin hacer nada, solamente por sus ideas políticas y defender todo lo que entendamos no está bien en nuestro país, que no nos den libertad de poder expresarnos ni poder defender lo que entendamos es nuestro deber, es muy duro. Hablo por las madres, por las hermanas y sobre todo por los niños, que son los más afectados porque no comprenden lo que estamos pasando. Y estamos condenados también sin saber hasta cuando´. O escuchemos lo que nos dice Mónica Peña Martínez, esposa de Luís Enrique Ferrer, condenado a 28 años de cárcel por recoger firmas para el proyecto Varela y por integrar el Movimiento Cristiano de Liberación. Ella señala: ´No trabajo, siempre estoy pendiente de mis hijos, escribiéndoles a Luís, escuchando noticias, informándome. Esto es todo lo que hago. La bahía está bien cerca, pero no salgo a ninguna parte. No hay entusiasmo para salir cuando hay tanto sufrimiento. No creo que esto pueda durar tanto tiempo, estos abusos y esta represión. Pienso que en Cuba pronto haya libertad de expresión y que esto cambie´. Las Damas de Blanco son mujeres de ejemplo. Y desde allí y de sus profundas convicciones han iniciado un movimiento que crece y muestra el camino como lo recuerda curiosamente la presentación del libro, en las palabras de José Martí. Y dice: ´Las campañas de los pueblos solo son débiles cuando en ellos no se agita el corazón de mujeres. Pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer tímida y quieta en su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible´. Yo creo que las damas de blanco son invencibles. Por ello recibieron el premio Sajarov, por el parlamento Europeo. Por eso seguirán despertando la solidaridad del mundo. Por eso, ayudarán a otros a perder el miedo. Por eso, desde aquí, desde este país, les rindo un sencillo pero sentido homenaje, porque su causa es nuestra causa. 

Gabriel Salvia: Bueno, Laura, creo que tenemos en línea a la autora del libro. ¿Erika, estas ahí?

Erika Lüters: Sí, aquí estoy, Gabriel.

Gabriel Salvia: Te está saludando Laura Pollán.

Erica Lüters: Hola Laura, ¿cómo estas?

Laura Pollán: ¡Muy bien! Me siento muy alegre al poder conversar contigo.

Erika Lüters: ¡Que suerte que estés bien! Hoy día me preocupé mucho por ustedes porque supe que hubo una tremenda lluvia en Cuba, en La Habana.

Laura Pollán: Sí, ha habido grandes desastres, pero nosotras estamos bien. Incluso en estos momentos estamos reunidas cinco familiares. Hay cuatro esposas y una hermana, que queríamos estar juntas para conocer las palabras de la presentación del libro y poder agradecerte todo lo que estás haciendo por nosotras. Porque es ese libro el que va a llevar a América latina todo nuestro dolor. Y para que todas las mujeres latinoamericanas sepan lo que estamos sufriendo, lo que estamos pasando. Y esto te lo agradecemos a ti. Que sepan que vamos a continuar luchando, pero que necesitamos de la solidaridad de toda América latina, porque somos todas americanas.

Las Damas de BlancoErika Lüters: Laura, no tienes nada que agradecer y, por el contrario, yo soy la que está agradecida de que ustedes me hayan abierto todas las historias que me han contado para poder hacer el libro y de eso se trata, de dar a conocer al mundo todo lo que ustedes están pasando, así que no hay nada que agradecer.

Gabriel Salvia: Laura y Erika, las voy a invitar a escuchar la última parte de la presentación de Soledad Alvear, ex canciller de Chile.

Soledad Alvear: "Todos sabemos que en nuestro país vivimos una situación dolorosa y de quiebre institucional. Todos sabemos hoy, o supimos mientras ocurrían los hechos, las graves violaciones a los derechos humanos en nuestro país. Y creo que felizmente ha existido una toma de conciencia de parte de todos los chilenos a que esto nunca más sea una realidad. Pero por Dios que era valioso, en aquellos años, recibir el apoyo de la comunidad internacional. Por Dios que fue importante el tener esos gestos de solidaridad. Y yo creo que el mundo debe conmoverse con esta situación que conocemos y que debemos trabajar a fin de lograr que, ojala, día a día más naciones puedan incorporarse a la comunidad de las democracias, que es esta gran comunidad, donde los principios democráticos y el respecto a los derechos humanos está presente. Yo me siento orgullosa de este país, donde he tenido el privilegio de poder apreciar, en distintas funciones públicas que he tenido, una coherencia, desde que recuperamos la democracia, con una política consistente en materia de derechos humanos, a nivel interno y a nivel internacional. Y creo que eso nos pone en una situación como país de principios que deben ser respetados tanto en lo interno como en el ámbito internacional. Yo quiero terminar agradeciendo a Erika. Quiero agradecerle a Erika por regalarnos este relato que nos recuerda que hay grandes motivos para luchar. Porque nos invita, desde los distintos lugares en donde estemos, a la lucha por la libertad y la justicia, porque nos invita a unirnos y solidarizar con estas heroínas de blanco. Yo quisiera que no solo los que estamos aquí, sino todos y todas quienes van a leer este libro, sepan transmitir de alguna manera nuestra compañía, nuestra solidaridad, nuestra expresión de cariño a estas valientes mujeres, Damas de Blanco, que dan este testimonio tan importante de lucha por la libertad, por la democracia y por el respeto a los derechos humanos. Gracias Erika por traernos estos testimonios de estas mujeres".

Gabriel Salvia: Bueno, era el final de la presentación de Soledad Alvear. Quería compartir estos cinco minutos finales con sus reflexiones y el diálogo entre ustedes.

Erika Lüters: A mí, lo que me parece más destacable de lo que decía Soledad Alvear, es la necesidad de sentirse apoyadas desde afuera. Yo creo que eso para las Damas de Blanco es fundamental. Y ese es el objetivo, también, de nuestro libro.

Laura Pollán: Respecto a lo que ella plantea es muy cierto. Porque ese despertar de la solidaridad entre todas las mujeres es muy importante. Porque nosotras necesitamos ese apoyo, esa unión. Saber que no estamos solas. Que por muy grande que sea nuestro dolor, siempre va a haber muchas personas que nos van a estar apoyando y nos van a dar ese aliento para nunca sentir la soledad, para saber que luchamos por algo justo y que algún día nuestro país alcanzará la libertad que deseamos y que se insertará en el mundo democrático.

Gabriel Salvia: Laura, también quería comentarte que la doctora Hilda Molina le envió una carta a la presidenta de Chile Michelle Bachelet, no solamente pidiéndole por la situación de ellas (que le permitan salir para visitar a su hijo y a su nieto) sino que también le pidió por todos los presos políticos en Cuba, como sus seres queridos.

Laura Pollán: Para nosotras Hilda Molina es un ejemplo de mujer. No solamente por la decencia que hace a la familia, sino por todo lo que hace por cualquier ser humano, porque ella es una verdadera doctora. Es no solamente la que atiende la parte física de los seres humanos, ella también va a calmar los dolores espirituales. Para nosotros es una hermana más. La queremos mucho y la admiramos.

Constanza Mazzina: Erika y Laura, las quería saludar a ambas. Simplemente quería volver a felicitarlas; no tengo palabras, primero para explicarles la emoción que tenemos con Gabriel en este momento hablando con ambas, creo que los dos estamos al borde de las lágrimas escuchando los relatos de ustedes y también las palabras de Soledad Alvear en la presentación de tu libro. Pero simplemente por mi parte lo que quería era felicitarlas y decirle a Laura y a las personas que la acompañas que realmente para nosotros ustedes son las verdaderas luchadoras por la libertad. Y creo que justamente eso era lo que vos decías Erika respecto de tu libro, donde las destacas como eso: luchadoras por la libertad y por la justicia.

Erika Lüters: Exactamente. Y ojala que el libro tenga buena acogida para que todo el mundo sepa lo que ellas están pasando.

Laura Pollán: Lo único que quiero decirles es que les estamos muy agradecidas por todo lo que hacen por nosotras. Nosotras, mujeres sencillas, amas de casa, trabajadoras, nunca nos vimos vinculadas a grandes tareas que tuvieran que ver con la política. Nunca soñamos que nuestras voces fueran escuchadas en lugares tan lejanos. Y que al mismo tiempo se estén abriendo esos corazones para decirnos que no es tan lejos. Que están muy cerca y que están con nosotras. Muchas gracias a todos. ¡Muchas gracias! (a coro).

Erika Lüters: Sólo quiero mandarles un gran abrazo a Laura y a todas las Damas que están ahí escuchando. Que siempre las recuerdo con mucho cariño.

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