Jorge Lares:
«Es una solidaridad de gente de Latinoamérica y del mundo que se unía ante esta injusticia y quería ser parte de salvar vidas»
«En récord tenemos más de 4000 vidas que se salvaron. En un momento se perdió el control del conteo porque cuando hubo el éxodo masivo de Guantánamo, había 25.000 personas que estaban en Guantánamo y Hermanos al Rescate participó en muchísimos de esos rescates».
El 24 de febrero de 2006 se cumplieron diez años del derribo de dos avionetas de la agrupación humanitaria "Hermanos al Rescate", por parte de un avión militar MIG-29 del gobierno cubano. Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos del 29 de septiembre de 1999, llegó a la siguiente conclusión: "El Estado de Cuba es responsable de la violación del derecho a la vida -artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre- en perjuicio de Carlos Costa, Pablo Morales, Mario De La Peña y Armando Alejandre, quienes perecieron como consecuencia de acciones directas de sus agentes en la tarde del 24 de febrero de 1996, mientras surcaban el espacio aéreo internacional".
En "Hermanos al Rescate" llegaron a participar voluntarios de diecisiete nacionalidades distintas, entre ellos tres pilotos argentinos, los hermanos Lares. Esta es la entrevista a uno de ellos, Jorge Lares.
¿Cómo ingresaste a la agrupación "Hermanos al Rescate"?
En el año 1991 José Basulto tuvo una conferencia de prensa, cuando se inició Hermanos al Rescate, pidiendo donaciones y voluntarios para ayudar en esta nueva organización que se estaba creando. Mi madre vio la conferencia de prensa y nos llamó. Nosotros somos tres hermanos y nos llamó y nos dijo: "miren lo que está pasando en este momento, vean esta conferencia de prensa". Nos sentamos los tres frente al televisor, la vimos y en ese momento los tres pensamos que era una excelente causa, una excelente organización. Éramos los tres pilotos, así que inmediatamente llamamos a José Basulto y le dijimos que estábamos los tres dispuestos a ayudar. Para él fue una gran sorpresa. Nosotros fuimos las primeras personas que lo llamaron después de la conferencia de prensa y él nunca se imaginó que tres argentinos se iban a unir a esta organización.
Por supuesto que aceptó, nos reunimos con él y fuimos parte, desde el inicio, de esta gran causa, de esta gran organización, siendo parte de los fundadores de la organización. Y yo creo que al nosotros habernos involucrado tan temprano en el proceso, le cambió un poco la imagen a la organización, que no era solamente una causa cubana, sino que era una causa internacional. Como la gente veía que acá había tres argentinos que estaban dispuestos a ayudar, que no eran cubanos pero que eran solidarios al sufrimiento cubano, se incorporaron diecisiete nacionalidades a la organización así que teníamos voluntarios de nacionalidades distintas. Y creo que esto fue algo muy lindo, muy importante de nuestra organización, que no es un tema cubano solamente sino que es un tema internacional y es una solidaridad de gente de Latinoamérica y del mundo que se unía ante esta injusticia y quería ser parte de salvar vidas.
¿Cuándo se inician las misiones, en qué consistían y en cuántas participó usted?
Yo participé en más de quinientas misiones. Las misiones consistían en cuatro o cinco aviones que salían bien temprano en la mañana y patrullaban todo lo que es el estrecho de la Florida, buscando balseros en altamar que estaban en cámaras de autos o cámaras de tractores, o embarcaciones precarias que las hacían de madera y de lo que pudiesen encontrar en la isla y flotase, y se tirasen al mar en eso que acá llaman balsas. Nuestra labor era patrullar el estrecho de la Florida por horas, buscando si se encontraba alguna persona en el altamar que necesitara auxilio. Una vez que veíamos o encontrábamos la balsa, llamábamos al servicio de guardacostas americano y ellos venían a recoger a las personas y las llevaban a Estados Unidos y les daban todo el tratamiento médico necesario, porque muchas veces estaban deshidratados y se les daba todo el auxilio que necesitaban para poder ayudarlos.
¿Cuándo se inicia y hasta cuándo se prolonga este tipo de actividad?
Se inicia todo esto en el 91 que es cuando se crea la organización. En el 92 tuvimos dos accidentes, uno fue en mayo, con mi hermano Guillermo, el mayor de los tres. Hasta ese tiempo volábamos algunos bimotores y otros monomotores. El avión de él tuvo un desperfecto mecánico, estaba volando un monomotor y tuvo que hacer un amarizaje cerca de Cayo Hueso. Ese fue el primer accidente que tuvimos y por suerte todo salió bien. Y el segundo accidente fue el mío, el 24 de diciembre de 1992. Yo salí del aeropuerto a otro aeropuerto, era un vuelo de 10, 15 minutos, que yo estaba haciendo para buscar a la tripulación para salir en una de esas misiones y estaba volando en ese momento un bimotor que tuvo un desperfecto mecánico el avión, se apagaron los dos motores y tuve que hacer un aterrizaje forzoso por encima de los cerros, en una zona pantanosa de noche.
¿Cuál es la actividad que hoy en día está haciendo Hermanos al Rescate y cómo los afectó la política de Estados Unidos?
Nosotros pasamos de ser un instrumento de ayuda, de salvar vidas, a ser un instrumento como de delatar a la gente, porque con la ley pies secos o pies mojados, nosotros, anterior a eso llamábamos al servicio de guardacosta y estas personas se llevaban a Estados Unidos e iban a ser libres. Cuando Bill Clinton pasó esta ley de pies secos pies mojados, cambió todo. ¿Por qué? Porque si nosotros llamamos al servicio de guardacosta lo que estamos haciendo es delatar a la gente que está tratando de salir del comunismo ¿Y qué pasa? El servicio de guardacosta los recoge y los devuelve a Cuba y esto es algo de lo que nosotros no queremos ser parte. La misión nuestra era salvar vidas, no delatar a la gente para que después sea perseguida en Cuba, pues muchas veces les sacan todos los beneficios, pierden los trabajos o sus casas porque no son parte del comunismo. Así que nuestra misión cambió muchísimo. Al punto de que en este momento ya casi no existen los típicos balseros que salían antes en una cámara de auto o en una embarcación precaria. Las personas que salen en este momento y que se escapan del comunismo salen en lancha o en barco con motor y salen con la meta de que quieren llegar a Estados Unidos porque es un riesgo muy grande el que están tomando si se van y son capturados, porque lo pierden todo. Así que cuando se van, salen con la idea en mente de que van a llegar y en este instante no es tanta la necesidad de Hermanos al Rescate estando en el estrecho de la Florida salvando esas vidas que ya no están en tanto peligro.
¿Cuántas vidas lograron salvar en sólo tres años?
Cientos y cientos de vidas. En récord tenemos más de 4000 vidas que se salvaron. En un momento se perdió el control del conteo porque cuando hubo el éxodo masivo de Guantánamo, había 25.000 personas que estaban en Guantánamo y Hermanos al Rescate participó en muchísimos de esos rescates pero eran tantas y tantas personas que se salvaron que ya no se podía controlar.
¿Lo de Guantánamo es luego de lo de la Embajada de Perú?
Correcto.
Siento una gran admiración por lo que has hecho, pues como compatriota nuestro sabes lo difícil que es para la gente de acá entender lo que se vive en Cuba.
Creo que muchas veces la gente no entiende exactamente el sufrimiento y no conoce toda la verdad de la opresión que hay en la isla, el miedo que hay, el hecho de que la gente no se pueda expresar libremente, que tengan un constante tormento de su seguridad y de las libertades tan básicas que tenemos quienes vivimos en países libres; que no se puedan reunir dos o tres personas en la esquina de una cuadra para hablar, este simple hecho de que no se puedan reunir tres o cuatro personas en una esquina a charlar, porque ya el gobierno considera que hay un complot o que está pasando algo en contra del gobierno e inmediatamente los empiezan a cuestionar, los empiezan a atacar, y les empiezan a sacar los beneficios básicos que ellos puedan llegar a tener, de trabajo, de comida, de vivienda. Es como que los consideran personas no gratas por el simple hecho de querer reunirse cuatro personas en una esquina a hablar de lo que sea. Es muy triste que muchas personas estén ajenas a esa verdad.
¿Qué mensaje les enviarías a los argentinos que vivimos aquí?
El mensaje que les daría es que se traten de educar. Como siempre hay dos caras de la moneda y que cada persona tome sus propias decisiones de lo que es la verdad, de lo que es lo que realmente está pasando en Cuba y que se pongan en su lugar, de ver en la situación en qué se encuentran. Yo sé que Argentina pasa y ha pasado por momentos muy difíciles, pero no son nada, pero nada en comparación con el sufrimiento que está pasando el pueblo de Cuba desde hace más de 40 años.
El 24 de febrero de 2006 se cumplieron diez años del derribo de dos avionetas de la agrupación humanitaria "Hermanos al Rescate", por parte de un avión militar MIG-29 del gobierno cubano. Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos del 29 de septiembre de 1999, llegó a la siguiente conclusión: "El Estado de Cuba es responsable de la violación del derecho a la vida -artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre- en perjuicio de Carlos Costa, Pablo Morales, Mario De La Peña y Armando Alejandre, quienes perecieron como consecuencia de acciones directas de sus agentes en la tarde del 24 de febrero de 1996, mientras surcaban el espacio aéreo internacional".
En "Hermanos al Rescate" llegaron a participar voluntarios de diecisiete nacionalidades distintas, entre ellos tres pilotos argentinos, los hermanos Lares. Esta es la entrevista a uno de ellos, Jorge Lares.
¿Cómo ingresaste a la agrupación "Hermanos al Rescate"?
En el año 1991 José Basulto tuvo una conferencia de prensa, cuando se inició Hermanos al Rescate, pidiendo donaciones y voluntarios para ayudar en esta nueva organización que se estaba creando. Mi madre vio la conferencia de prensa y nos llamó. Nosotros somos tres hermanos y nos llamó y nos dijo: "miren lo que está pasando en este momento, vean esta conferencia de prensa". Nos sentamos los tres frente al televisor, la vimos y en ese momento los tres pensamos que era una excelente causa, una excelente organización. Éramos los tres pilotos, así que inmediatamente llamamos a José Basulto y le dijimos que estábamos los tres dispuestos a ayudar. Para él fue una gran sorpresa. Nosotros fuimos las primeras personas que lo llamaron después de la conferencia de prensa y él nunca se imaginó que tres argentinos se iban a unir a esta organización.
Por supuesto que aceptó, nos reunimos con él y fuimos parte, desde el inicio, de esta gran causa, de esta gran organización, siendo parte de los fundadores de la organización. Y yo creo que al nosotros habernos involucrado tan temprano en el proceso, le cambió un poco la imagen a la organización, que no era solamente una causa cubana, sino que era una causa internacional. Como la gente veía que acá había tres argentinos que estaban dispuestos a ayudar, que no eran cubanos pero que eran solidarios al sufrimiento cubano, se incorporaron diecisiete nacionalidades a la organización así que teníamos voluntarios de nacionalidades distintas. Y creo que esto fue algo muy lindo, muy importante de nuestra organización, que no es un tema cubano solamente sino que es un tema internacional y es una solidaridad de gente de Latinoamérica y del mundo que se unía ante esta injusticia y quería ser parte de salvar vidas.
¿Cuándo se inician las misiones, en qué consistían y en cuántas participó usted?
Yo participé en más de quinientas misiones. Las misiones consistían en cuatro o cinco aviones que salían bien temprano en la mañana y patrullaban todo lo que es el estrecho de la Florida, buscando balseros en altamar que estaban en cámaras de autos o cámaras de tractores, o embarcaciones precarias que las hacían de madera y de lo que pudiesen encontrar en la isla y flotase, y se tirasen al mar en eso que acá llaman balsas. Nuestra labor era patrullar el estrecho de la Florida por horas, buscando si se encontraba alguna persona en el altamar que necesitara auxilio. Una vez que veíamos o encontrábamos la balsa, llamábamos al servicio de guardacostas americano y ellos venían a recoger a las personas y las llevaban a Estados Unidos y les daban todo el tratamiento médico necesario, porque muchas veces estaban deshidratados y se les daba todo el auxilio que necesitaban para poder ayudarlos.
¿Cuándo se inicia y hasta cuándo se prolonga este tipo de actividad?
Se inicia todo esto en el 91 que es cuando se crea la organización. En el 92 tuvimos dos accidentes, uno fue en mayo, con mi hermano Guillermo, el mayor de los tres. Hasta ese tiempo volábamos algunos bimotores y otros monomotores. El avión de él tuvo un desperfecto mecánico, estaba volando un monomotor y tuvo que hacer un amarizaje cerca de Cayo Hueso. Ese fue el primer accidente que tuvimos y por suerte todo salió bien. Y el segundo accidente fue el mío, el 24 de diciembre de 1992. Yo salí del aeropuerto a otro aeropuerto, era un vuelo de 10, 15 minutos, que yo estaba haciendo para buscar a la tripulación para salir en una de esas misiones y estaba volando en ese momento un bimotor que tuvo un desperfecto mecánico el avión, se apagaron los dos motores y tuve que hacer un aterrizaje forzoso por encima de los cerros, en una zona pantanosa de noche.
¿Cuál es la actividad que hoy en día está haciendo Hermanos al Rescate y cómo los afectó la política de Estados Unidos?
Nosotros pasamos de ser un instrumento de ayuda, de salvar vidas, a ser un instrumento como de delatar a la gente, porque con la ley pies secos o pies mojados, nosotros, anterior a eso llamábamos al servicio de guardacosta y estas personas se llevaban a Estados Unidos e iban a ser libres. Cuando Bill Clinton pasó esta ley de pies secos pies mojados, cambió todo. ¿Por qué? Porque si nosotros llamamos al servicio de guardacosta lo que estamos haciendo es delatar a la gente que está tratando de salir del comunismo ¿Y qué pasa? El servicio de guardacosta los recoge y los devuelve a Cuba y esto es algo de lo que nosotros no queremos ser parte. La misión nuestra era salvar vidas, no delatar a la gente para que después sea perseguida en Cuba, pues muchas veces les sacan todos los beneficios, pierden los trabajos o sus casas porque no son parte del comunismo. Así que nuestra misión cambió muchísimo. Al punto de que en este momento ya casi no existen los típicos balseros que salían antes en una cámara de auto o en una embarcación precaria. Las personas que salen en este momento y que se escapan del comunismo salen en lancha o en barco con motor y salen con la meta de que quieren llegar a Estados Unidos porque es un riesgo muy grande el que están tomando si se van y son capturados, porque lo pierden todo. Así que cuando se van, salen con la idea en mente de que van a llegar y en este instante no es tanta la necesidad de Hermanos al Rescate estando en el estrecho de la Florida salvando esas vidas que ya no están en tanto peligro.
¿Cuántas vidas lograron salvar en sólo tres años?
Cientos y cientos de vidas. En récord tenemos más de 4000 vidas que se salvaron. En un momento se perdió el control del conteo porque cuando hubo el éxodo masivo de Guantánamo, había 25.000 personas que estaban en Guantánamo y Hermanos al Rescate participó en muchísimos de esos rescates pero eran tantas y tantas personas que se salvaron que ya no se podía controlar.
¿Lo de Guantánamo es luego de lo de la Embajada de Perú?
Correcto.
Siento una gran admiración por lo que has hecho, pues como compatriota nuestro sabes lo difícil que es para la gente de acá entender lo que se vive en Cuba.
Creo que muchas veces la gente no entiende exactamente el sufrimiento y no conoce toda la verdad de la opresión que hay en la isla, el miedo que hay, el hecho de que la gente no se pueda expresar libremente, que tengan un constante tormento de su seguridad y de las libertades tan básicas que tenemos quienes vivimos en países libres; que no se puedan reunir dos o tres personas en la esquina de una cuadra para hablar, este simple hecho de que no se puedan reunir tres o cuatro personas en una esquina a charlar, porque ya el gobierno considera que hay un complot o que está pasando algo en contra del gobierno e inmediatamente los empiezan a cuestionar, los empiezan a atacar, y les empiezan a sacar los beneficios básicos que ellos puedan llegar a tener, de trabajo, de comida, de vivienda. Es como que los consideran personas no gratas por el simple hecho de querer reunirse cuatro personas en una esquina a hablar de lo que sea. Es muy triste que muchas personas estén ajenas a esa verdad.
¿Qué mensaje les enviarías a los argentinos que vivimos aquí?
El mensaje que les daría es que se traten de educar. Como siempre hay dos caras de la moneda y que cada persona tome sus propias decisiones de lo que es la verdad, de lo que es lo que realmente está pasando en Cuba y que se pongan en su lugar, de ver en la situación en qué se encuentran. Yo sé que Argentina pasa y ha pasado por momentos muy difíciles, pero no son nada, pero nada en comparación con el sufrimiento que está pasando el pueblo de Cuba desde hace más de 40 años.