El sueño de Bolívar y la manipulación bolivariana, de Carlos Malamud (Alianza Editorial, Madrid, 2021)
El libro fue presentado virtualmente el pasado 18 de febrero con el auspicio de la Universidad de Alcalá (España) y el Instituto Universitario de investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT). Demuestra la falacia del concepto de «Patria Grande» esgrimidos sistemáticamente desde mediados del siglo XX por diferentes líderes, caudillos y autócratas latinoamericanos.
Un libro necesario para desmontar mitos y leyendas sobre la integración latinoamericana y atribuciones indebidas a Simón Bolívar acaba de ser presentado en España.
Sostiene su autor, el historiador argentino Carlos Malamud, que muchas de las propuestas de Simón Bolívar fueron coyunturalmente adaptadas a su tiempo y eso dificulta «sintetizar una esencia única del pensamiento bolivariano».
Quizás uno de los pronósticos del Libertador efectivamente cumplidos, fue afirmar que «sobre mi tumba surgirá una multitud de tiranos». Así ocurrió. El poder político obtenido tras la derrota del imperio español pasa a manos de los caudillos criollos que se multiplicaron desde el Río Bravo a la Patagonia y esos jefes militares se transformaron en dictadores reales que en general recibieron el apoyo del conservadurismo independentista.
Malamud —investigador principal de América Latina del Real Instituto Elcano y catedrático de Historia de América de la Universidad Nacional de educación a Distancia (UNED)— emprende en estas páginas una labor de enorme importancia en momentos en que la historia de Latinoamérica debe ser re-abordada por nuevas generaciones necesitadas de una visión que no sea la autojustificadora que imprimieron las elites criollas emergentes en los siglos XIX y XX; ni la propuesta maniquea de la izquierda continental que se apropió del proceso y personajes independentistas para hacerlos funcionales a su proyecto revolucionario.
El libro fue presentado virtualmente el pasado 18 de febrero con el auspicio de la Universidad de Alcalá (España) y el Instituto Universitario de investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT). Malamud demuestra la falacia del concepto de «Patria Grande» esgrimidos sistemáticamente desde mediados del siglo XX por diferentes líderes, caudillos y autócratas latinoamericanos. El relato que pretende asociar a esa supuesta patria grande anhelada por la izquierda latinoamericana con los propósitos de Bolívar, es desmenuzado por Malamud, quien deja en evidencia la falsificación histórica, así como la sistemática manipulación de hechos y discursos ocurridos durante las luchas independentistas del siglo XIX, en que han incurrido Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, o Néstor Kirchner.
Malamud, quien se desempeña como catedrático de Historia de América y ha escrito diferentes libros sobre historia e integración latinoamericana, demuestra la inexistencia de realidades presentes en el relato integracionista de hoy en día que de haberse concretado serían la prueba de una real integración continental —“mayor cooperación intergubernamental, creciente complementariedad económica, construcción de infraestructuras de interconexión transfronteriza y, en la medida de lo posible, cesión de cuotas de soberanía a instancias supranacionales— y la reiteración, cuando no tergiversación, de evocaciones históricas para suscitar la emotividad en torno a esa supuesta unidad latinoamericana”.
La negativa histórica de Chile a otorgar una vía al océano a Bolivia; la guerra entre Ecuador y Perú en los noventa, aprovechada por el entonces presidente de Argentina Carlos Menem para hacer negocios; los cinco años de puentes cortados entre Argentina y Uruguay propiciados por el kirchnerismo; las permanentes trabas brasileñas al ingreso de determinados productos uruguayos; las tensiones brasileño - paraguaya por el manejo de la mayor hidroeléctrica del mundo por volumen de producción (Itaipú), cuyo último capítulo se vivió en 2019, y hasta las modificaciones en las fechas del bicentenario realizadas en Argentina y Uruguay, entre inúmeras evidencias durante décadas, surgen como datos contundentes de ese relato mitómano que el autor desmenuza en las 296 páginas del libro editado por Alianza Editorial de España, en su prestigiosa serie de Ensayos.
Se trata de un material oportuno y de gran erudición — ocho páginas de bibliografía— y que tiene como columna vertebral el discurso de aceptación del autor como miembro de la Academia Nacional de la República Argentina, precisamente titulado Mitos y falsedades en los orígenes de la integración latinoamericana.
Malamud recuerda que «Chávez necesitó reconstruir al personaje y luego lo hizo a su imagen y semejanza. No solamente se diseñó un nuevo rostro para el Libertador supuestamente creado científicamente, sino además parecido al rosto del propio Hugo Chávez. No solo se cambió el nombre del país, sino que el adjetivo «bolivariano» se introdujo para múltiples reparticiones públicas del país caribeño. También se cambió la bandera, el escudo nacional, etc. y esto concluye en presentar a Bolívar como el precursor de todo, hasta de PDVSA. Se lo presenta como el precursor no solo de la integración regional sino también de la segunda y definitiva independencia. por supuesto que de Estados Unidos».
En opinión del autor —en 2015 fue seleccionado como uno de los «50 intelectuales iberoamericanos más influyentes» según el medio digital Esglobal— nueve de las 10 frases en que, de acuerdo al chavismo, Bolívar manifestó su antimperialismo hacia los Estados Unidos, «están todas sacadas de contexto, o troceadas o bastardeadas, o definitivamente manipuladas». Y en relación a la postura integracionista de Bolívar, lo ejemplifica con una de las frases más conocidas extractada de la Carta de Jamaica: «donde dice que dadas las condiciones de la Americe española, una lengua, una cultura, una religión, deberían por lo tanto tener un solo gobierno, se finaliza la frase. Pero, en la Carta de Jamaica no hay fin de la frase, hay un punto y coma y Bolívar sigue diciendo: sin embargo dados los climas disimiles, las naturalezas contrapuestas, etc. etc. esto es imposible».
«Bolívar era partidario de la unidad latinoamericana, que no de la integración, porque integración era un concepto entonces inexistente. La integración implica cesión de soberanías —aunque sea mínimas— a instancias supranacionales, y en ese momento ni siquiera la soberanía nacional estaba claramente delimitada», concluye Malamud.
Inés Quintero Montiel, historiadora, miembro de número de la Academia nacional de Historia de Venezuela, participó de la presentación del libro y destacó que «una de las grandes riquezas del libro es este empeño en explicar que lo que ocurrió en la independencia no tiene nada que ver con lo que ocurre hoy. Está muy explicado y muy bien argumentado el drama que representa que todavía hoy se establezca una línea de continuidad entre el pasado y el presente con propósitos absolutamente de carácter político».
Según la investigadora venezolana «insistir en la actualidad que los problemas que representan las interpretaciones que refrendan la integración regional de América Latina con lo que fueron los obstáculos y contradicciones que representaron en su momento los distintos proyectos de Hispanoamérica, es un dislocamiento de realidades que no contribuye ni a comprender el pasado ni a actuar en el presente».
Otros de los participantes en la presentación del trabajo de Malamud fue el investigador británico Malcom Deas, miembro fundador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford— quien destacó la cualidad de Bolívar «de ser muy citable para diversos fines» y que «su superioridad frente a San Martin, Santander y otros próceres latinoamericanos» le aportaron un destaque regional significativo. A su juicio, el antinorteamericanismo atribuido a Bolívar no era tal, sino que ocurrió como «fruto de un momento de irritación y no es una representación profunda de su pensamiento». Recordó que ya los caudillos venezolanos Antonio Guzmán Blanco (1829 - 1889) y Juan Vicente Gómez (1857- 1935) habían desarrollado el culto a Bolívar y sobre la patria grande sostuvo que «América Latina no es naturalmente integrable y sospecho que detrás del discurso de los integracionistas hay unas agendas sospechosas que no comparto». El profesor emérito del St. Antony´s College y autor de ensayos sobre historia argentina, colombiana, ecuatoriana y venezolana, recomendó el libro de Malamud «para que la gente no se despiste».
Por cierto que la unidad de Latinoamérica, así como su posición respecto a los Estados Unidos, tiene larga aspiración regional. En 1826 el Congreso de Panamá-Tacubaya, fue convocado por Bolívar. Los Congresos americanos de Lima, en1847- 48 y 1864-1865, evidenciaban un americanismo que, al decir del uruguayo Arturo Ardao (1912 – 2003), contenía un conflicto latente entre los futuros panamericanismo y latinoamericanismo. Y forman pléyade los publicistas y pensadores que bregaron por la unidad latinoamericana. El colombiano José Torres Caicedo (1830 – 1889) publica en París su libro Unión Latinoamericana en1875; los argentinos Carlos Guido (1827-1918), José Hernández (1834 - 1886) y Manuel Ugarte (1878 -1951); el cubano José Martí (1853 – 1895); el peruano Manuel González Prada (1848 - 1918), al igual que José C. Mariátegui (1895 - 1930) y Víctor R. Haya de la Torre (1895-1979); los uruguayos José Enrique Rodó con su Ariel (1871 - 1917) y Carlos Quijano (1900 - 1984) entre muchísimos más.
El libro de Malamud se ocupa además de los bicentenarios y la manipulación de las independencias latinoamericanas, el surgimiento de las nuevas republicas y el proceso para obtener la soberanía y los enfrentados procesos identitarios generados a partir de las independencias del siglo XIX.
Malamud expone el pensamiento de Bolívar, especialmente su idea sobre la unidad americana, y documenta la utilización partidaria del pasado en el presente, así como la falsificación realizada por el chavismo de la actuación del libertador de América convirtiéndole en el constructor de la integración latinoamericana, del socialismo del siglo XXI y de la segunda independencia contra Estados Unidos.
Un libro necesario para desmontar mitos y leyendas sobre la integración latinoamericana y atribuciones indebidas a Simón Bolívar acaba de ser presentado en España.
Sostiene su autor, el historiador argentino Carlos Malamud, que muchas de las propuestas de Simón Bolívar fueron coyunturalmente adaptadas a su tiempo y eso dificulta «sintetizar una esencia única del pensamiento bolivariano».
Quizás uno de los pronósticos del Libertador efectivamente cumplidos, fue afirmar que «sobre mi tumba surgirá una multitud de tiranos». Así ocurrió. El poder político obtenido tras la derrota del imperio español pasa a manos de los caudillos criollos que se multiplicaron desde el Río Bravo a la Patagonia y esos jefes militares se transformaron en dictadores reales que en general recibieron el apoyo del conservadurismo independentista.
Malamud —investigador principal de América Latina del Real Instituto Elcano y catedrático de Historia de América de la Universidad Nacional de educación a Distancia (UNED)— emprende en estas páginas una labor de enorme importancia en momentos en que la historia de Latinoamérica debe ser re-abordada por nuevas generaciones necesitadas de una visión que no sea la autojustificadora que imprimieron las elites criollas emergentes en los siglos XIX y XX; ni la propuesta maniquea de la izquierda continental que se apropió del proceso y personajes independentistas para hacerlos funcionales a su proyecto revolucionario.
El libro fue presentado virtualmente el pasado 18 de febrero con el auspicio de la Universidad de Alcalá (España) y el Instituto Universitario de investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT). Malamud demuestra la falacia del concepto de «Patria Grande» esgrimidos sistemáticamente desde mediados del siglo XX por diferentes líderes, caudillos y autócratas latinoamericanos. El relato que pretende asociar a esa supuesta patria grande anhelada por la izquierda latinoamericana con los propósitos de Bolívar, es desmenuzado por Malamud, quien deja en evidencia la falsificación histórica, así como la sistemática manipulación de hechos y discursos ocurridos durante las luchas independentistas del siglo XIX, en que han incurrido Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, o Néstor Kirchner.
Malamud, quien se desempeña como catedrático de Historia de América y ha escrito diferentes libros sobre historia e integración latinoamericana, demuestra la inexistencia de realidades presentes en el relato integracionista de hoy en día que de haberse concretado serían la prueba de una real integración continental —“mayor cooperación intergubernamental, creciente complementariedad económica, construcción de infraestructuras de interconexión transfronteriza y, en la medida de lo posible, cesión de cuotas de soberanía a instancias supranacionales— y la reiteración, cuando no tergiversación, de evocaciones históricas para suscitar la emotividad en torno a esa supuesta unidad latinoamericana”.
La negativa histórica de Chile a otorgar una vía al océano a Bolivia; la guerra entre Ecuador y Perú en los noventa, aprovechada por el entonces presidente de Argentina Carlos Menem para hacer negocios; los cinco años de puentes cortados entre Argentina y Uruguay propiciados por el kirchnerismo; las permanentes trabas brasileñas al ingreso de determinados productos uruguayos; las tensiones brasileño - paraguaya por el manejo de la mayor hidroeléctrica del mundo por volumen de producción (Itaipú), cuyo último capítulo se vivió en 2019, y hasta las modificaciones en las fechas del bicentenario realizadas en Argentina y Uruguay, entre inúmeras evidencias durante décadas, surgen como datos contundentes de ese relato mitómano que el autor desmenuza en las 296 páginas del libro editado por Alianza Editorial de España, en su prestigiosa serie de Ensayos.
Se trata de un material oportuno y de gran erudición — ocho páginas de bibliografía— y que tiene como columna vertebral el discurso de aceptación del autor como miembro de la Academia Nacional de la República Argentina, precisamente titulado Mitos y falsedades en los orígenes de la integración latinoamericana.
Malamud recuerda que «Chávez necesitó reconstruir al personaje y luego lo hizo a su imagen y semejanza. No solamente se diseñó un nuevo rostro para el Libertador supuestamente creado científicamente, sino además parecido al rosto del propio Hugo Chávez. No solo se cambió el nombre del país, sino que el adjetivo «bolivariano» se introdujo para múltiples reparticiones públicas del país caribeño. También se cambió la bandera, el escudo nacional, etc. y esto concluye en presentar a Bolívar como el precursor de todo, hasta de PDVSA. Se lo presenta como el precursor no solo de la integración regional sino también de la segunda y definitiva independencia. por supuesto que de Estados Unidos».
En opinión del autor —en 2015 fue seleccionado como uno de los «50 intelectuales iberoamericanos más influyentes» según el medio digital Esglobal— nueve de las 10 frases en que, de acuerdo al chavismo, Bolívar manifestó su antimperialismo hacia los Estados Unidos, «están todas sacadas de contexto, o troceadas o bastardeadas, o definitivamente manipuladas». Y en relación a la postura integracionista de Bolívar, lo ejemplifica con una de las frases más conocidas extractada de la Carta de Jamaica: «donde dice que dadas las condiciones de la Americe española, una lengua, una cultura, una religión, deberían por lo tanto tener un solo gobierno, se finaliza la frase. Pero, en la Carta de Jamaica no hay fin de la frase, hay un punto y coma y Bolívar sigue diciendo: sin embargo dados los climas disimiles, las naturalezas contrapuestas, etc. etc. esto es imposible».
«Bolívar era partidario de la unidad latinoamericana, que no de la integración, porque integración era un concepto entonces inexistente. La integración implica cesión de soberanías —aunque sea mínimas— a instancias supranacionales, y en ese momento ni siquiera la soberanía nacional estaba claramente delimitada», concluye Malamud.
Inés Quintero Montiel, historiadora, miembro de número de la Academia nacional de Historia de Venezuela, participó de la presentación del libro y destacó que «una de las grandes riquezas del libro es este empeño en explicar que lo que ocurrió en la independencia no tiene nada que ver con lo que ocurre hoy. Está muy explicado y muy bien argumentado el drama que representa que todavía hoy se establezca una línea de continuidad entre el pasado y el presente con propósitos absolutamente de carácter político».
Según la investigadora venezolana «insistir en la actualidad que los problemas que representan las interpretaciones que refrendan la integración regional de América Latina con lo que fueron los obstáculos y contradicciones que representaron en su momento los distintos proyectos de Hispanoamérica, es un dislocamiento de realidades que no contribuye ni a comprender el pasado ni a actuar en el presente».
Otros de los participantes en la presentación del trabajo de Malamud fue el investigador británico Malcom Deas, miembro fundador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford— quien destacó la cualidad de Bolívar «de ser muy citable para diversos fines» y que «su superioridad frente a San Martin, Santander y otros próceres latinoamericanos» le aportaron un destaque regional significativo. A su juicio, el antinorteamericanismo atribuido a Bolívar no era tal, sino que ocurrió como «fruto de un momento de irritación y no es una representación profunda de su pensamiento». Recordó que ya los caudillos venezolanos Antonio Guzmán Blanco (1829 - 1889) y Juan Vicente Gómez (1857- 1935) habían desarrollado el culto a Bolívar y sobre la patria grande sostuvo que «América Latina no es naturalmente integrable y sospecho que detrás del discurso de los integracionistas hay unas agendas sospechosas que no comparto». El profesor emérito del St. Antony´s College y autor de ensayos sobre historia argentina, colombiana, ecuatoriana y venezolana, recomendó el libro de Malamud «para que la gente no se despiste».
Por cierto que la unidad de Latinoamérica, así como su posición respecto a los Estados Unidos, tiene larga aspiración regional. En 1826 el Congreso de Panamá-Tacubaya, fue convocado por Bolívar. Los Congresos americanos de Lima, en1847- 48 y 1864-1865, evidenciaban un americanismo que, al decir del uruguayo Arturo Ardao (1912 – 2003), contenía un conflicto latente entre los futuros panamericanismo y latinoamericanismo. Y forman pléyade los publicistas y pensadores que bregaron por la unidad latinoamericana. El colombiano José Torres Caicedo (1830 – 1889) publica en París su libro Unión Latinoamericana en1875; los argentinos Carlos Guido (1827-1918), José Hernández (1834 - 1886) y Manuel Ugarte (1878 -1951); el cubano José Martí (1853 – 1895); el peruano Manuel González Prada (1848 - 1918), al igual que José C. Mariátegui (1895 - 1930) y Víctor R. Haya de la Torre (1895-1979); los uruguayos José Enrique Rodó con su Ariel (1871 - 1917) y Carlos Quijano (1900 - 1984) entre muchísimos más.
El libro de Malamud se ocupa además de los bicentenarios y la manipulación de las independencias latinoamericanas, el surgimiento de las nuevas republicas y el proceso para obtener la soberanía y los enfrentados procesos identitarios generados a partir de las independencias del siglo XIX.
Malamud expone el pensamiento de Bolívar, especialmente su idea sobre la unidad americana, y documenta la utilización partidaria del pasado en el presente, así como la falsificación realizada por el chavismo de la actuación del libertador de América convirtiéndole en el constructor de la integración latinoamericana, del socialismo del siglo XXI y de la segunda independencia contra Estados Unidos.