En la escena política, el diálogo constructivo se convirtió en una rareza

15 de octubre de 2018
(La Nación) En muchas ocasiones, la ciudadanía es rehén de estos juegos de poder en los que siempre ganan unos pocos, mientras todos pagamos las consecuencias. Como músicos de una orquesta anárquica, cada político intenta tocar más fuerte que su adversario. En definitiva, la imposición autoritaria busca más la anulación del otro que entablar algún tipo de relación que permita un crecimiento conjunto.
Nicolás José Isola
Ver todos los artículos del autor