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09.06.16

La inflación, el gran desafío del gobierno de Macri

(Latin America Goes Global) Como era previsible, al llegar a la presidencia de la República Argentina con minoría en ambas cámaras del poder legislativo, Macri se encontró con grandes desafíos. Por lo tanto, ¿es razonable pedirle para estos primeros dos años mucho más que respetar la institucionalidad democrática, ordenar la economía y reinsertar al país en el mundo?
Por Gabriel C. Salvia

(Latin America Goes Global) Para sus críticos del gobierno anterior y sectores de izquierda, Mauricio Macri es un neo-liberal ajustador que busca terminar con los avances sociales de la última década; y, para algunos analistas económicos liberales, como José Luis Espert, el nuevo presidente argentino es un kirchnerista de buenos modales, con mejores formas institucionales, pero no decidido a implementar reformas profundas, especialmente en el plano fiscal.

Como era previsible, al llegar a la presidencia de la República Argentina con minoría en ambas cámaras del poder legislativo, Macri se encontró con grandes desafíos. Por lo tanto, ¿es razonable pedirle para estos primeros dos años mucho más que respetar la institucionalidad democrática, ordenar la economía y reinsertar al país en el mundo?

La elecciones legislativas del próximo año, en las que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, serán claves para Macri. En caso de salir vencedor y de obtener la mayoría de los senadores nacionales en la estratégica provincia de Buenos Aires, Macri no solo ampliará considerablemente el número de legisladores, sino que quedará muy bien posicionado para aspirar a su reelección en 2019. Recién en un eventual segundo mandato, con su alianza Cambiemos consolidada a nivel nacional y con mayoría legislativa, Mauricio Macri podrá implementar las reformas más profundas que necesita la Argentina, tales como modernizar el estado, flexibilizar el mercado laboral, simplificar el sistema impositivo y hacer un uso más eficiente de los recursos públicos para mejorar la seguridad, la educación, la salud y las prestaciones previsionales.

Ese largo camino no será fácil para Macri y él mismo lo reconoció en su discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional, el pasado 1° de marzo: “En los años que van del 2006 al 2015, los argentinos pagamos al Estado Nacional casi 694.000 millones de dólares en impuestos más que en la década del 90…Pese a eso, encontramos un Estado con dificultades para resolver sus principales responsabilidades. Más recursos no implicaron una transformación de nuestras escuelas, hospitales o una mejora en la seguridad; más recursos no permitieron ni siquiera reducir los problemas estructurales de pobreza e indigencia. La falta de planeamiento y de un pensamiento responsable y de largo plazo, sumado a la corrupción, la desidia y la incompetencia, hizo que hoy nos encontremos con un Estado con poca o nula capacidad para poder atender sus obligaciones.”

Mientras tanto, Macri en estos primeros seis meses de gobierno, aún con minoría legislativa, logró el apoyo de amplios sectores políticos para aprobar leyes en el Congreso; dialogó con la oposición; se reunió con todos los gobernadores de provincias; saldó la deuda con los acreedores que no entraron en los canjes de 2005 y 2010; eliminó la restricción cambiaria, conocida como “cepo”, sin que el dólar se dispare en su cotización; realizó una exitosa gira a Davos; recibió a varios mandatarios extranjeros, entre ellos a Barack Obama; organizó reuniones de gabinete y brindó conferencias de prensa, ambas inexistentes durante la gestión kirchnerista.

También tomó medidas difíciles pero necesarias, como la quita de retenciones al trigo, el maíz, la carne y la reducción en cinco puntos a la soja; el sinceramiento de las tarifas de servicios públicos; la revisión de contratos en la administración pública, cuyos empleados en los gobiernos kirchneristas aumentaron en un 64 porciento; e hizo uso del veto ante una ilusoria ley antidespidos.

Los principales desafíos que Macri tiene en el corto plazo son controlar la inflación, disminuir el desempleo, aliviar la pobreza y combatir el incremento del narcotráfico e inseguridad ciudadana. Asimismo, tendrá que evitar errores políticos, como lo fue el nombramiento por decreto y en comisión a dos jueces de la Corte Suprema, sobre lo cual terminó dando marcha atrás; y ser implacable en la lucha contra la corrupción, aclarando, más que oscureciendo, casos como la aparición de su nombre en los Panama papers.

Como tantas otras veces en la historia argentina, el control de la inflación será determinante en el éxito del gobierno de Macri. Si, como lo anunció en la Asamblea Legislativa, logra bajar el déficit fiscal para llegar a cero al final del cuarto año de su gobierno, Macri habrá iniciado un proceso de normalización institucional y económica en la Argentina.

Fuente: Latin America Goes Global (Estados Unidos)