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11.03.15

Dos ex vicepresidentes y una misión para Uruguay

El gabinete de ministros de Vázquez se caracteriza por estar poblado de figuras ya conocidas de los gobiernos anteriores del Frente Amplio. Para el presente y futuro de la política exterior uruguaya, se destacan dos figuras que serán centrales, dos ex vicepresidentes, Rodolfo Nin Novoa y Danilo Astori, que ahora son ministros de Relaciones Exteriores y Economía y Finanzas, respectivamente.
Por Ricardo López Göttig

(Infobae) El nuevo quinquenio de Tabaré Vázquez en la presidencia de la República Oriental del Uruguay traerá cambios en la administración: ésta será más ordenada, predecible y buscará obtener resultados, diferenciándose de su antecesor José Mujica. Queda atrás, y para el anecdotario, el “presidente-filósofo”, más dedicado a la narrativa oral que a los quehaceres cotidianos del gobierno.

El gabinete de ministros de Vázquez se caracteriza por estar poblado de figuras ya conocidas de los gobiernos anteriores del Frente Amplio. Para el presente y futuro de la política exterior uruguaya, se destacan dos figuras que serán centrales, dos ex vicepresidentes, Rodolfo Nin Novoa y Danilo Astori, que ahora son ministros de Relaciones Exteriores y Economía y Finanzas, respectivamente.

Ya en su primera presidencia, Tabaré Vázquez intentó celebrar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, una iniciativa que fue rechazada por corrientes dentro del Frente Amplio, lo que hubiera supuesto una gran revisión del Mercosur. En este segundo mandato, Vázquez aspira a redefinir el Mercosur para flexibilizarlo y alcanzar el “regionalismo abierto”, expresión que utilizó en el discurso en cadena nacional del 1° de marzo. La actual unión aduanera es un obstáculo para establecer acuerdos comerciales con la Alianza del Pacífico –Chile, Perú, Colombia, Costa Rica y México-, una magnífica puerta de ingreso al Trans-Pacific Partnership (TPP) que se está debatiendo con varias naciones del continente asiático y Estados Unidos. El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea también está siendo obstaculizado por los gobiernos argentino y venezolano, por lo que a una economía como la uruguaya, cada vez más orientada hacia la exportación, se la está ahogando en un estrecho corset regional.

La orientación comercial de la política exterior está marcada por el nombramiento de Rodolfo Nin Novoa, especialista en cuestiones agrícolas y que fue vicepresidente con Vázquez en 2005-2010. Danilo Astori, quien fue vicepresidente durante los últimos cinco años y ahora es ministro de Economía y Finanzas, lo acompañará en las gestiones para la flexibilización del Mercosur. Hasta que asuma un nuevo presidente el 10 de diciembre en Argentina, el gobierno de Vázquez buscará limar asperezas en cuestiones inmediatas que perjudican a la relación entre ambos países, como el dragado del río Uruguay y del canal Martín García –para el cual se llamó a licitación hace unos días-, la prohibición argentina al transbordo de mercancías en puertos uruguayos y las trabas que la administración kirchnerista estableció para las importaciones, a pesar del Mercosur. La búsqueda de nuevas reglas para el Mercosur deberá aguardar al cambio de gobierno y, en este sentido, el presidente Vázquez también contará con el apoyo de las fuerzas políticas de la oposición, que propugnan la apertura hacia los mercados de otros horizontes.

Uruguay se ha beneficiado por mantener la estabilidad institucional, la seguridad jurídica y por preservar el equilibrio macroeconómico, ya que estas condiciones le han permitido atraer inversiones privadas extranjerasA pesar de la retórica de izquierda y de los sueños de socialismo de buena parte del Frente Amplio, no se dinamitaron los cimientos de la democracia liberal ni de la propiedad privada, ni tampoco se impusieron restricciones a la compra y venta de monedas extranjeras como ocurre en Argentina. Uruguay sostiene un Estado de bienestar y el compromiso electoral de Tabaré Vázquez es expandirlo, y para financiarlo necesita una economía vigorosa. Con prudencia, buscará lograr los resultados posibles hasta que Cristina Fernández de Kirchner termine su mandato presidencial, apuntando siempre hacia la apertura de la región al mundo. Esa es la misión difícil, no imposible, de los ex vicepresidentes Nin Novoa y Astori hasta el 2020.

Fuente: Infobae (Buenos Aires, Argentina)