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20.11.13

La demorada victoria de Bachelet

(Buenos Aires Herald) Bachelet tiene posibilidades de derrotar a su contendiente, la candidata de derecha Evelyn Matthei, en la segunda vuelta de las elecciones el 15 de diciembre, pero el revés de la primera vuelta podría hacerla presidente con la participación más baja desde que se restauró la democracia en 1990.
Por Patricio Navia

(Buenos Aires Herald) Aunque Michelle Bachelet tenía buenas razones para celebrar el domingo pasado, el hecho de que la ex Presidente había pedido a los votantes darle una clara mayoría de votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, hizo que el 46.7 por ciento obtenido lo tomara eventualmente como una decepción. Bachelet tiene posibilidades de derrotar a su contendiente, la candidata de derecha Evelyn Matthei, en la segunda vuelta de las elecciones el 15 de diciembre, pero el revés de la primera vuelta podría hacerla presidente con la participación más baja desde que se restauró la democracia en 1990.

La coalición centro-izquierda Nueva Mayoría (anteriormente conocida como Concertación) tuvo un excelente desempeño electoral el domingo pasado. Además del voto de Bachelet -muy por encima del 25 por ciento recibido por Matthei- NM ganó 68 escaños de los 120 en la cámara de diputados. Con el apoyo de 4 independientes adicionales (todos ellos de centro-izquierda), NM tendrá una mayoría dominante suficientemente grande para pasar todo tipo de leyes, incluyendo muchas que tienen requisitos de mayoría calificada. Nueva Mayoría ha alcanzado el requisito de mayoría de 3/5 para aprobar algunas reformas constitucionales de la cámara. Pese a ganar una mayoría de escaños en el Senado, los 21 ocupados por los Senadores de NM incumplen los requisitos de mayoría calificada. El voto de un senador independiente puede dar a Bachelet suficientes votos para aprobar las iniciativas de reforma educativa, pero para la reforma constitucional tendrá que negociar con la oposición derechista en el Senado.

La primera elección presidencial se llevó a cabo bajo las nuevas reglas de inscripción automática y el voto voluntario que tuvo baja participación. Siete millones menos de personas (55 por ciento de la población en condiciones de participar) se presentaron para votar. Las encuestas preelectorales anticiparon que una alta participación llevaría la elección a segunda vuelta, porque muchos nuevos votantes estarían dispuestos a apoyar a candidatos alternativos. Sin embargo, los votantes más ideológicos que votaron en la primera vuelta no fueron suficientes para que Bachelet resultara victoriosa en primera vuelta. El apoyo más débil de Bachelet  fue en la ciudad capital, donde la expectativa es que incluso menos gente irá a votar en la segunda vuelta, luego de que Marco Enríquez-Ominami, ex legislador de la Concertación y líder del partido progresista y Franco Parisi de la derecha Populista Independiente, declararon que Bachelet ganaría las elecciones independientemente de su apoyo.

Aunque su victoria es todo menos asegurada, Bachelet necesitará hacer una campaña fuerte para lograr que sus simpatizantes concurran a las urnas el 15 de Diciembre. Una escasa participación podría hacerla Presidente con la cuota de votación más baja (como un porcentaje de todos los electores) desde que se restableció la democracia. El hecho de que muchos legisladores de NM que acaban de ser reelectos no trabajen tan duro por un candidato seguro reducirá aún más el nivel de concurrencia.

Como ella se encuentra en la segunda vuelta, Matthei se aprovechará de la oportunidad de confrontar directamente a Bachelet. Después de una entrada tardía en la carrera presidencial en agosto, Matthei perdió un tiempo valioso en septiembre tratando de explicar su papel e implicación con la dictadura militar en el plebiscito de 1988. Al entrar a una segunda vuelta, Matthei tiene ahora un mes para interactuar directamente con Bachelet. La candidata derechista también sufrirá por la falta de entusiasmo entre los legisladores derechistas que ven esto como una carrera perdida y no harán campaña a su favor. Más aún, mientras Bachelet tiene una gran caja de campaña, Matthei ha tenido que luchar para recaudar fondos. Peor aún, Matthei no será capaz de atraer el apoyo de ninguno de los candidatos presidenciales que perdieron el domingo pasado. Darle la vuelta a esta elección no será fácil, pero por lo menos tendrá la oportunidad en una carrera mano a mano contra Bachelet.

Debido a que todos los partidos políticos en Chile sufren de poca aprobación, Matthei no podrá hacer una campaña contra NM. Los dos partidos que conforman la Alianza sufren igualmente de baja aprobación. Si ella hace su campaña sobre el mensaje del voto personal, Matthei fácilmente perderá contra la popular Bachelet. La mejor estrategia posible de Matthei se encuentra en explotar la debilidad más evidente de Bachelet, la ideológicamente contradictoria coalición Nueva Mayoría.

El partido comunista de extrema izquierda y el muy moderado partido demócrata cristiano están fuertemente detrás de Bachelet, pero concuerdan en escasas otras cosas. Mientras que los comunistas quieren una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución, la democracia cristiana lo rechaza. Los progresistas quieren a Bachelet para impulsar los matrimonios del mismo sexo, pero los demócratas cristianos se oponen fuertemente. Como resultado, Bachelet ha sido particularmente ambigua en cuanto a lo que intentará lograr. Su programa de gobierno es vago en detalles específicos y en líneas de tiempo. En las cuatro semanas antes de las elecciones, Matthei trabajará duro para convencer a los chilenos que Bachelet no será capaz de dirigir a su coalición o incluso no intentará cumplir con sus promesas de campaña. Las posibilidades de éxito son escasas para Matthei, pero reaccionó a la noticia del ballotage con un entusiasmo como si hubiera ganado las elecciones.

Después de esta primera vuelta de votación algo sorpresiva, Bachelet aparece más incómoda y vulnerable. Nueva Mayoría tendrá que esperar hasta el 15 de diciembre para celebrar su regreso al poder. Incluso si Bachelet gana con la participación electoral más baja en el Chile moderno, seguirá siendo una victoria dulce para algunos de los miembros de la coalición, quienes tuvieron que dejar el poder hace apenas cuatro años.

Este artículo fue originalmente publicado en inglés en el diario The Buenos Aires Herald.

Traducción de Wanda A. Di Rosa y Hernán Alberro.