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29.01.19

Las elecciones de RD alejan las primarias en la centroizquierda

(El Líbero) La baja participación en las elecciones internas de RD pone en duda la capacidad de convocatoria del FA. Si el partido más grande del FA solo convoca a 3.500 personas a votar, difícilmente esa coalición podrá dar la pelea a los partidos tradicionales.
Por Patricio Navia

(El Líbero) La magra participación electoral en las elecciones internas de Revolución Democrática (RD) levanta legítimas dudas sobre la cantidad real de militantes que tiene el partido. La poca capacidad de convocatoria de RD lleva a pensar que, aunque diga favorecer una mayor participación ciudadana y busque mecanismos para que la gente se involucre más, RD —y, en general, el Frente Amplio (FA)— no serán entusiastas promotores de las primarias abiertas para seleccionar a los candidatos a alcalde en 2020. Como la posibilidad de formar un gran pacto de oposición centroizquierdista depende de que todos los partidos negocien candidaturas de unidad en las 345 comunas de Chile, RD probablemente querrá que las decisiones de quiénes serán los candidatos del pacto de izquierda sean tomadas por los liderazgos partidistas y no por los potenciales electores.

Para nadie debiera ser sorpresa que los partidos políticos tienen poca capacidad de convocatoria. Es verdad que las cifras de militantes siempre están infladas y que, después de que entró en vigor la ley que obliga a los partidos a reinscribir —refichar— a sus militantes, muchas agrupaciones simplemente tercerizaron la tarea en operadores que salieron a juntar firmas. Al parecer, varios partidos recurrieron a la ya tradicional excusa de reclutar militantes engañosamente a través de la petición de firmas para defender las ballenas —una imagen que se basa en uno de los primeros escándalos por inscripciones falsas, protagonizada por el Partido Humanista (ahora miembro del FA) hace ya dos décadas.

La convocatoria a las elecciones internas de RD fue especialmente baja. De sus casi 43 mil militantes inscritos, solo emitieron su voto 3.500. El hecho que se podía votar online desde la comodidad del hogar o desde cualquier teléfono inteligente bajaba los costos de votar al mínimo. Como la elección aparecía muy reñida, había buenas razones para creer que la participación sería más alta.

Aunque la atención se ha centrado en la baja convocatoria de RD, la verdadera preocupación para ese partido y para el FA en general debiera estar en la disonancia que hay entre el discurso a favor de una mayor participación ciudadana que promueve RD y la realidad de un público poco interesado en política y poco dispuesto a aprovechar las oportunidades de participación que ofrecen los partidos. Dada esa disonancia, parece improbable que RD se convierta en defensor de las primarias abiertas para escoger a sus candidatos a alcaldes para la contienda de 2020. Esto constituye un problema para el FA. Como coalición emergente, para asegurar candidaturas a alcalde el FA deberá enfrentar a la Nueva Mayoría o conseguir que los partidos tradicionales de centroizquierda le cedan algunos de los cupos en las comunas en que ellos presentaron candidatos en 2016. La mejor forma de convencer a los partidos a ceder cupos es demostrando fuerza electoral. Ante el temor de que la derecha arrase en las elecciones si el FA y la ex Nueva Mayoría van en listas separadas, tanto el FA como los partidos de la Nueva Mayoría deberían tener incentivos para sentarse a negociar.

En las negociaciones, todos los partidos tratan de obtener lo más posible haciendo las menores concesiones. Pero como la fuerza electoral de cada partido es más o menos conocida, siempre terminan imponiéndose los partidos más tradicionales y con mayor presencia territorial. A menudo, se impone la lógica de ‘el que tiene, mantiene’, por lo que los partidos que ya tienen presencia logran bloquear el crecimiento de partidos emergentes. La falta de nombres con fuerte presencia en las principales comunas de Chile ya tenía al FA en una situación de debilidad frente a los otros partidos de la centroizquierda. Por eso, la mejor estrategia para la coalición emergente era defender las primarias abiertas como el mecanismo para escoger a los candidatos de unidad de la centroizquierda. De esa forma, los partidos tradicionales no podrían imponer la lógica de ‘el que tiene mantiene’. La baja participación en las elecciones internas de RD pone en duda la capacidad de convocatoria del FA. Si el partido más grande del FA solo convoca a 3.500 personas a votar, difícilmente esa coalición podrá dar la pelea a los partidos tradicionales de la NM en primarias abiertas.

Ahora que el FA amenaza con bloquear el acuerdo con el PDC y con los otros partidos de la Nueva Mayoría para ejercer mayoría en la Cámara en 2019, la baja votación en las elecciones internas de RD debilita su capacidad negociadora para las elecciones de 2020 y aleja la opción de que los candidatos de unidad de la oposición se elijan en primarias abiertas. En un país en que la gente parece poco interesada en usar los mecanismos democráticos de participación, las elites partidistas parecen correr con ventaja para escoger los nombres de los candidatos a alcalde en las elecciones de octubre del próximo año. Y con la poca capacidad de convocatoria que demostró, RD —y el FA en general— tendrá pocos argumentos para convencer a los partidos tradicionales de promover más instancias de participación ciudadana.

Fuente: El Líbero (Santiago, Chile)