Diálogo Latino Cubano

23.02.06

Granma, diario del silencio

 

El diario Granma, vocero oficial del régimen de Fidel Castro, se ha embarcado en una campaña de apología del régimen teocrático iraní, un hecho impensable hace quince años atrás. Con la implosión del sistema totalitario soviético, el socialismo real de Cuba perdió su referente principal en el ámbito internacional y quedó solitario, boyando a la deriva y rumiando el fracaso del comunismo.

Empeñado en su guerra contra los valores que sustentan a las democracias liberales, no ha vacilado en aliarse con algunos antiguos enemigos de ayer, como es el fundamentalismo iraní, resucitando al viejo Pacto Ribbentropp-Molotov que supo unir al comunismo soviético de Stalin y al nazismo de Adolf Hitler para repartirse varios países de la Europa central y oriental. El diario Granma se ha constituido en el defensor de las dictaduras y por eso calla, con sus silencios, las dolorosas y aberrantes violaciones a las libertades fundamentales no sólo en su propio país, sino también en otras naciones azotadas por el autoritarismo. Ante la reciente visita del presidente del "parlamento" iraní a Cuba, el doctor Gholam Ali Addad Adel, el periódico le realizó un reportaje (publicado el 20 de febrero del 2006, en su edición digital) en el que el mencionado político ensalza los supuestos "logros" del régimen teocrático, callando obviamente las continuas amenazas que profiere el presidente Mahmoud Ahmadinejad al Estado de Israel, al que quiere "borrar del mapa" o bien trasladar a Alaska o a alguna región de Alemania, o incluso negando la existencia del genocidio que padecieron los judíos a manos de la barbarie nazi, en el que murieron millones en los campos de concentración y en las persecuciones. De este modo, Granma se convierte en cómplice de los discursos antijudíos del autócrata fundamentalista, el más destacado portavoz del neonazismo en el mundo. En Irán, de acuerdo a los reportes de organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch, de forma sistemática se utiliza la tortura y el maltrato a los presos, y hay grupos paramilitares que reprimen a los opositores pacíficos, contando para ello con el aval de Ahmadinejad, quien ha nombrado en puestos claves de su gobierno a varios represores implicados en asesinatos de opositores. La libertad de prensa, al igual que en Cuba, ha sido suprimida con la clausura de medios independientes y la detención de periodistas, censurando todo acceso a fuentes alternativas de información en internet.

Granma, el diario del silencio, calla ante estas aberraciones, porque también son parte del sistema totalitario vigente en Cuba. La población de la isla caribeña no tiene acceso a otras fuentes de información para contrastar las mentiras y todo lo que calla el régimen sobre sus nuevos socios internacionales.

Y es por eso que este diario pretende justificar la imposición de la "victoria" de René Préval como presidente en Haití por parte de bandas armadas, ante un escrutinio que no arrojaba los resultados que querían escuchar. Granma, vocero de la violencia, presenta a estas bandas armadas como un movimiento popular espontáneo y pacífico que luchaba contra el imperialismo de Estados Unidos -porque no menciona el protagonismo de los representantes de Chile y Brasil en la misión de la ONU instalada en Haití-, pero calla que estos matones hicieron alterar con su chantaje las leyes electorales establecidas previamente.

Los mentores de Granma no creen en las garantías, las leyes y el derecho, sino simplemente en la violencia, la arbitrariedad y en el silencio ante la violación de todas las libertades.

Ricardo López Göttig es historiador y Director del Instituto Liberal Democrático de CADAL. Profesor e Investigador Senior en ESEADE.