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16.03.18

La derecha se fortalece en Colombia

Comienzan ahora dos meses y medio de carrera electoral hacia las presidenciales cuya primera vuelta será el domingo 27 de mayo. ¿Será el tiempo de los acuerdos y el cálculo en las alianzas que modifique la actual correlación de partidos?
Por Hugo Machín Fajardo

El pasado domingo 11 de marzo, el panorama político-partidario colombiano quedó despejado hacia las elecciones presidenciales del 27 de mayo: el candidato de la derecha, Iván Duque, es quien larga con mejor ventaja, y el resultado de las urnas instaló un nuevo escenario en materia de posibles alianzas y acuerdos, que definirán si este país entre 2018 y 2021 será gobernado por la derecha, el centro, o el centro izquierda del espectro político.

Además de las elecciones legislativas para un nuevo Congreso, se realizaron dos consultas interpartidistas en las que se definió que la fórmula presidencial del Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe, se integre con Duque - Marta Lucía Ramírez, según 5.948.682 votantes; y que la izquierda la encabece el ex alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien sumó 3:359.490 votos.

La abstención electoral fue del 51,4 % o sea que, de 36.025.318 de potenciales votantes, lo hizo menos de la mitad del cuerpo electoral, absteniéndose 18.760.534. Y la novedad fue que una consulta interna de partidos sumó 9.148.871, del total de 10.611.625 votos depositados en las urnas. Hubo 919.091 votos anulados -entre un 12 y 13 % del total- que sumados a los no marcados llegan a dos millones, cifra superior a la obtenida por el tercer partido con representación en el Senado.

¿Qué ocurrió para que la institución más desprestigiada de Colombia, como es el Congreso, haya movilizado a tantos ciudadanos que, en definitiva, votaron para conformar un parlamento que prácticamente mantuvo su antigua integración desde que los mismos partidos que allí dominaban quedaron en primera línea?

La respuesta está en el fantasma del plebiscito del 16 de octubre de 2016 -en que por escaso margen la mayoría ciudadana rechazó el acuerdo de paz logrado entre el gobierno del presidente Juan M. Santos, Premio Nobel de la Paz del mismo año, y las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (Farc)- sobrevoló y estuvo subyacente en la contienda del domingo 11, expresado en la amenaza del castrochavismo, con que permanentemente aterroriza la derecha colombiana, y el deseo de cambiar las reglas del juego político del país que anima al resto del espectro político . El primer elemento aglutinó. El segundo, quedó disperso entre el centro, centro izquierda y la izquierda, categorías que, si bien no alcanzan a definir el complejo panorama partidario colombiano, usamos para poder entendernos en pocas líneas.

El partido creado por la ex guerrilla más antigua de Latinoamérica, que mantuvo su sigla Farc con otro significado -Fuerza Alternativa Revolucionara del Común- apenas obtuvo poco más de 85 mil votos, un mínimo porcentaje, que le reportan dos bancas en la Cámara de Representantes. Sus cinco bancas del Senado y otras tantas a la Cámara de Representantes son asignadas por el acuerdo de paz de 2016. En esto no se equivocaron las firmas encuestadoras que habían registrado el rechazo en la opinión pública al accionar de quienes se iniciaron como guerrilla revolucionaria en 1964 y terminaron como uno de los carteles del narcotráfico más potente de la región, además de crímenes como reclutamiento de menores, explotación de mujeres como esclavas sexuales, secuestros extorsivos, entre otros delitos.

Tampoco le erraron las encuestas en los sondeos previos respecto al resultado de las dos interpartidistas y lo que arrojaron las urnas. Ni se equivocaron los analistas políticos que habían pronosticado la inexistencia de grandes cambios en la conformación del Congreso y que también se ajustaron a la realidad emergente de las elecciones legislativas que, por cierto, fueron las más tranquilas en cincuenta años. Hubo un error de cálculo en la Registradora Nacional en la distribución de los tarjetones necesarios para participar en la consulta interpartidista en poco más de dos decenas de los 11.229 puestos de votación, lo que originó protestas. Pero el presidente de la misión electoral de la Unasur, Wilfredo Penco, del Frente Amplio de Uruguay, izquierda, dijo que la solución adoptada, mediante fotocopias autenticadas por un miembro de mesa receptora de votos, fue la solución adecuada.

El lunes 12 en un programa de debate de la emisora La W en el que participaron representantes de prácticamente todos los sectores legislativos, hubo coincidencia en la necesidad de reformar el sistema lectoral colombiano porque, se denunció, existe el fraude electrónico. Allí se dijo que hay empresas que venden paquetes de cinco mil votos que son utilizados en el momento de transmitir vía telefónica los resultados desde localidades alejados del centro de cómputos oficial y que, mediante determinados algoritmos, se agrega o resta votos a tal o cual candidato. También se denunció la consabida compra de votos en el día de la elección.

Arco legislativo. El Partido Centro Democrático surge como el de mayor número de senadores, 19; seguido del Partido Cambio Radical, 16; Partido Conservador, 15; Partido Liberal, 14; Partido de la Unidad (Santos) 14; Partido Alianza Verde, 10; Partido Polo Democrático 5; y Coalición Lista de la Decencia (Petro) 4, de un total de 108 legisladores. Un Senado mayoritariamente de derecha y una Cámara de Representantes en la que los liberales obtienen la mayor cantidad de escaños, 35, seguidos del Centro Democrático con 32 bancas, en 172 integrantes

El ex presidente Uribe fue el senador más votado para el nuevo periodo legislativo (875.554), seguido a unos 330 mil votos por el ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus (540.783) referente de la Alianza Verde, perdedor en segunda vuelta de 2010 ante Santos, afectado por el mal de Parkinson, lo que llevó a Uribe a referirse a él como “el caballito discapacitado”. Interesante es saber que mientras Uribe tras ocho años en la Presidencia se mantuvo en la primera línea de actividad política, Mockus hacía ocho años que había desaparecido del escenario político colombiano. Es el principal junta votos con que cuenta el candidato presidencial de Alianza Verde, el ex alcalde de Medellín y ex gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo.

Candidatos en carrera. Comienzan dos meses y medio de carrera electoral hacia las presidenciales cuya primera vuelta será el domingo 27 de mayo. ¿Será el tiempo de los acuerdos y el cálculo en las alianzas que modifique la actual correlación de partidos? Ya se sabrá.

Además de los citados Duque, Petro y Fajardo, compiten el ex vicepresidente de Santos, German Vargas Lleras, de Cambio Radical; y Humberto de la Calle, del liberalismo, artífice del acuerdo de paz con las Farc. También talla en esta contienda la senadora Viviane Morales, que perteneció al liberalismo, pero que en el presente aspira a obtener los votos de los cristianos que rondan los diez millones de feligreses y fueron decisivos en el triunfo del No del plebiscito que rechazó el acuerdo de paz de 2016 entre el Gobierno y las Farc. Como candidatos testimoniales están el ex ministro de Defensa de Santos, Juan C. Pinzón; y la ex senadora Piedad Córdoba.

Al día siguiente de las legislativas, el presidente Santos anunció la reanudación en Quito de las negociaciones de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que había decretado por los comicios un alto al fuego entre el 9 y el 13 de marzo.