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02.02.18

Costa Rica y Ecuador abren el calendario electoral latinoamericano

Es inédito que en el país centroamericano ninguno de los cinco principales candidatos llegue al 20%. Por su parte, en Ecuador, a diferencia de lo que eligen los ticos, la preferencia de los votantes puede significar un cambio que incida en la región.
Por Hugo Machín Fajardo

Una elección abierta” es la que está planteada hoy en Costa Rica cuya ciudadanía acude a las urnas el próximo domingo 4 de febrero.

Es la opinión de Felipe Alpízar, director del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), luego de analizar el resultado de la última encuesta elaborada por esta institución y así lo consigna La Nación de San José en su edición del miércoles 31 de enero.

Una consulta ciudadana que pareciera estar más definida en lo previo, es la que también el próximo domingo tendrá lugar en Ecuador. Pero en Ecuador, a diferencia de lo que eligen los ticos, la preferencia de los votantes puede significar un cambio que incida en la región.

Costa Rica. La conclusión de Alpízar proviene de que los cinco aspirantes a presidir el país centroamericano –llegó a haber 15 candidatos - se mueven dentro de un espectro común a todos, que contiene, con distintos énfasis, elementos de socialdemocracia, socialcristianismo, liberalismo, progresismo, conservadurismo católico, anti neoliberalismo, con el agregado de que uno de ellos, el conservador, cristiano-evangelista Fabricio Alvarado (Partido Restauración Nacional), agrega un tono acorde a estos tiempos: el fundamentalismo religioso que ha dado buenos dividendos electorales en otros países latinoamericanos, pero que también ha desembocado en resonantes casos de corrupción que han llevado a la cárcel a impolutos pastores mediáticos. Tiene el 17% de la intención de voto.

Es inédito que en el país ninguno de los cinco principales candidatos llegue al 20% y el espacio de disputa es mínimo en un contexto de alta volatilidad y cambio de opinión de los electores, asegura el investigador de la UCR.

Según la encuesta, el socialdemócrata Antonio Álvarez, del Partido de Liberación Nacional, opositor al Gobierno, aparece con un 12,4%; mientras que el candidato oficialista Carlos Alvarado, del Partido de Acción Ciudadana, identificado con una combinación de progresismo, socialdemocracia y socialcristianismo, mostró un crecimiento al pasar de un 6% a un 10,6%.  

El estudio sostiene que el centroderechista Juan Diego Castro del Partido de Integración Nacional, tuvo una caída significativa al pasar del 16% al 8,6% y que el socialcristiano Rodolfo Piza, del Partido Unidad Social Cristiana, se mantuvo en su rango, al pasar de un 9% a un 8,2%.

Un 36,5% de los encuestados no se inclina por ninguno de los candidatos para ir a votar el domingo.

Hay en Costa Rica un incremento de la delincuencia (narcotráfico) y casos de corrupción que, sin ser equiparables a los que determinaron la cárcel de expresidentes hace unos años -Rafael Ángel Calderón (1990 -1994) y de Miguel Ángel Rodríguez (1998 -2002)- ; igualmente encausan a Costa Rica en la tendencia de los países latinoamericanos afectados por un mayor o menor grado de corrupción.

Ecuador. La instancia electoral en el otrora país identificado con el socialismo del siglo XXI tiene otras connotaciones.

Se trata de un plebiscito convocado por el presidente Lenín Moreno para que la ciudanía se pronuncie sobre siete preguntas de las cuales cinco tienen carácter de referéndum y dos de consulta popular.

Entre los puntos el más significativo es si se aprueba o no la relección indefinida para los cargos de elección popular en Ecuador.

Esta modificación constitucional fue lograda por el expresidente Rafael Correa en diciembre de 2017, cuando obtuvo la mayoría legislativa para aprobarla mediante enmienda por la Asamblea Nacional.

Esta pregunta y todo el referéndum será un indicador de si se rompe o no con el régimen de la “Revolución Ciudadana” (2007-2017) impuesto por Correa. Un modelo que trajo estabilidad política, crecimiento económico y mejoras sociales gracias, entre otras cosas, al auge del precio del petróleo. Ese crecimiento económico unido a políticas redistributivas, financiadas con el boom petrolero, permitió un aumento de la inversión social que pasó del 4% del PIB en 2006 a más del 8% en 2016.

Pero la sombra de la corrupción, de la mano de Odebrech, opacó esta gestión y terminó con los huesos del vicepresidente Jorge Glas en la cárcel, acusado de haber recibido 16 millones de dólares de la multinacional brasileña. Glas, electo en la fórmula de Alianza PAÍS junto a Moreno, era el hombre de confianza de Correa, e incluso en una fugaz visita de este a Ecuador afines de 2017, le prestó su apoyo ante los tribunales y acusó a Moreno de “traicionar la revolución”.

Otro de los puntos a ser dilucidado en el referéndum es si se está o no de acuerdo con que toda persona sancionada por delitos de corrupción quede inhabilitada para ejercer cargos públicos, así como que pierda sus bienes mal habidos.

También se le pregunta al ciudadano si está de acuerdo en reestructurar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, un organismo creado por Correa; también si acepta la imprescriptibilidad de los delitos sexuales cometidos contra niños y adolescentes; y si se prohíbe o no la minería metálica en el país.

Como consulta popular se inscribieron dos ítems: si se acuerda derogar una ley conocida como “Ley de Plusvalía” y si se acuerda o no en aumentar la zona intangible en al menos 50.000 mil hectáreas y reducir el área de explotación petrolera.

Correa regresó a Ecuador de su residencia en Suiza a hacer campaña contra el plebiscito, pero no logró reunificar AlianzaPAÍS partido por el fundado y debió reconstruir una organización política distinta.

El omnipotente de hace una década ha hecho campaña a favor del No hacia el domingo, no sin toparse con dificultades: fue recibido a huevazos en la población La Maná, en Cotopaxi, también en  Borbón, en la provincia de Esmeralda, en Machala y con basura arrojada a su automóvil en Quinindé.

Correa debe comparecer ante la Fiscalía General para el día siguiente al plebiscito a las 09:30, en Quito, para que rinda su versión libre y voluntaria en el caso conocido como Petrochina, una investigación por supuestos contratos de preventa de petróleo con empresas de China y Tailandia,

En las siete preguntas de la consulta popular ganaría el Sí con un 64.6%, y el rechazo se ubicaría en un 35,4%, según una última encuesta difundida por la empresa Cedatos, de Quito, que también consignó que “el desempleo, los problemas económicos y la corrupción” son los temas que más preocupan a los ecuatorianos.